El museo de las maravillas – Wonderstruck


Alguna vez he llegado a creer que si me extirparan la parte del cerebro que pretende que pase por sub-intelectual con GafaPasta, mi vida sería mejor, eso sí, tendría que comentar menos películas en el cine. La semana pasada estuve un día en Amsterdam para eso que hacemos todos de darnos un empache de filmoteca con una sesión triple. Una de esas películas se titulaba Wonderstruck y al parecer se estrena en España el día del cumpleaños del Elegido o sea al principio de enero con el título de El museo de las maravillas.

Un julay mierdea por un barrio de negros sin chimpún

Un chiquillo que queda huérfano se escapa de la casa de sus tíos y se va a Nueva York a buscar al que cree que puede ser su padre ya que se carteaba con su madre en la época en la que le hicieron el bombo y como que intuye que ese fue el que se la petó hasta los pelos de los güevos. En paralelo, una julay que al parecer es sorda va de aquí para allá por Nueva York y particularmente a un museo con el que está obsesionada. O algo así.

Esto son dos historias paralelas en diferentes momentos temporales ya que la de la sorda sucede como cincuenta años antes que la del niño y ahí está precisamente mi problema. El tratar de contar dos cosas en paralelo y a la vez con tanta distancia es odioso, no cuaja, hay ratos malos y ratos peores. El guión se complica demasiado y aunque más o menos captamos el concepto y sabemos lo que va a suceder, como que rizaron el rizo hasta más allá del punto en el que nuestra capacidad para creer se rompe. Hacer que el niño sea sordo por un accidente y que la historia paralela es de una pava sorda fue demasiado, lo de la amistad instantánea del niño con otro chiquillo negro que pasaba por allí es de ciencia ficción y que los dos se queden dentro de un museo por la noche porque la seguridad debe ser una puta mierda, eso ya no tiene punto de credibilidad. Con tanta morralla, la historia que nos quieren contar y que pretenden que se convierta en una especie de cuento mágico acaba tornándose en un masque insidioso que solo consigue que demos cabezadas. Los actores que interpretaron a los niños o lo hicieron fatal o estaban tan asqueados del guión como yo pero no les funcionó y de los mayores decir que pasaron por allí para pillar el cheque.

Esto lo van a ver los miembros del Clan de los Orcos y queman la sala de pura rabia. Tampoco creo que tenga el espíritu que buscan los sub-intelectuales con GafaPasta, aunque igual me equivoco. Una de esas películas que lo mejor es olvidar que sucedieron y esperar que el disco duro en el que la guardan se queme y se pierde para siempre.


3 respuestas a “El museo de las maravillas – Wonderstruck”

  1. Una de las actrices era una niña que hacía de sorda y a la que yo le habría pegado un tiro sin dudarlo. El otro era un niño que se hacía el retardado y el gilipollas muy bien, un niño negro sin amigos que no podía ser más tonto y una vieja rara-rarita que resultó ser la primera niña mentada. En fin, que el elenco era como para potar y no dejar gota en el estómago