El quinto poder – The Fifth Estate


A veces a los directores y productores se les va el baifo y se vuelven excesivamente pretensiosos. Cuando eso sucede, lo importante deja de ser el contenido de lo que nos quieren relatar y se centran en el continente. Son películas que parecen ser diseñadas para llegar a los Oscars y arrasar llevándose un montón de estatuillas, eso si tienen suerte y la gente se fija en ellos. No parece el caso de la película de la que quiero hablar hoy y que lleva unas semanas en cartelera pero que siempre se me escapaba, seguramente por una latente falta de interés por mi parte. Se trata de The Fifth Estate y en España se estrenó a mediados de octubre con el título de El quinto poder.

Un julay más divo Arturito Más-y-Menos monta un pitote universal cuando se junta con un gringo chivato un cabeza-cuadrada pollaboba

Un tipo que al parecer es australiano de nacimiento y que tiene serios problemas de ego, ya que se cree una diva de la ópera, monta un tinglado para exponer secretos de la gentuza en el poder. Al parecer el pollaboba no es mucho mejor que aquellos a los que denuncia y hará todo lo que pueda por pillar minutos de audiencia televisivo, aunque tenga que ir a un concurso de baile con la Pantoja de compañera. A su alrededor, recluta a un puñado de mediocres y soñadores que le lamen el culo hasta pulírselo. Por suerte no hay justicia en este mundo y hoy en día está aislado en la embajada Ecuatoriana en el Reino desUnido.

Como alguien que no ve la tele y que sigue la prensa muy por encima y centrándome en las noticias sobre la compañía de la Manzana mordida, que son las únicas realmente interesantes, viví toda la movida sobre los Wikileaks de refilón y sin que me importara un carajo. Cuando una putita nórdica denunció al chamo por penetración sin consentimiento acabó en la embajada ecuatoriana en Londres, que no es un destino con demasiado glamour pero que al pmenos nos protege de ese hombre. La película es aburrida tirando a aburridísima y solo sirve para ensalzar su ego. Además, habla de forma rara, ya que ni tiene acento inglés, ni australiano ni nada de nada y de hecho, tuve que mirar en la wikipedia porque por un momento pensé que era Truscolano con el pelo teñido para esconder ese origen tan zarrapastroso, pero no, el que sí que es truscolano de verdad es el actor Daniel Brühl que interpreta a su esclavo favorito y que me provocaba dolorosas arcadas con su incapacidad para actuar y con su desdén de la pava que se le metía en el catre, se quitaba las bragas y le hacía espectáculos de ventriloquia con los labios bajunos mientras el la ninguneaba para seguir chateando con su amiguito el friki. En los momentos en los que intentan crear algo de tensión fracasan miserablemente y no hay un solo instante en el que realmente capturen el interés de los espectadores. Igual lo que hizo ese chamo es importante pero la forma en la que lo contaron hace que no lo puedas apreciar.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos y vas a un cine a ver esto tu neurona única puede sufrir daños permanentes e incluso llegar a desactivarse. Los intelectuales de GafaPasta se merecen verla para que sufran en el cine intentando que no se les cierren los ojos, algo que solo se puede evitar si te centras en jugar al Tribus con tu dispositivo mágico y maravilloso. Si por desgracia son pobres y tienen un teléfono con el androitotorota ese, pues les toca joderse


Una respuesta a “El quinto poder – The Fifth Estate”