El templo de Zeus, el estadio olímpico y bastante más


El relato comenzó en Viajando a Atenas

Nos habíamos quedado en la Ágora de Atenas y desde allí seguí la ruta que me llevaba por todos los sitios a los que tenía acceso con mi entrada. Antes de llegar a mi destino, a unos pocos metros del mismo, está el Arco de Adriano:

Arco De Adriano con la Acrópolis al fondo

Es similar a los arcos monumentales romanos pero diferente. Se dijo que el arco se construyó para celebrar la llegada del emperador romano Adriano y agradecerle todo lo que hizo por la ciudad pero es eso, un se dijo …. También se piensa que el arco marcaba la línea que separaba la parte vieja de la nueva de la ciudad, ambas viejas ahora. El arco está a trescientos y pico metros de la Acrópolis y si miráis por el agujero inferior, la podéis ver ahí a lo lejos.

A mi espalda estaba el Olympieion, el Templo de Zeus Olímpico. Este, tanto en tiempos de griegos como de romanos era el templo más grande de Grecia y el solar da una idea de lo magnífico que debía ser.

Templo de Zeus Olímpico y Acrópolis al fondo

Al parecer, dos columnas de este templo se llevaron a Roma en el 86 a.C. y supusieron el inicio de la influencia del estilo corintio en Roma. El templo lo acabó el emperador romano Adriano. Seguramente en la Edad Media algún terremoto lo tumbó y la gente se llevó los materiales para construir sus kelis. Cada una de las ciento cuatro columnas corintias que tenía media diecisiete metros de alto. Han llegado hasta nuestros días dieciséis que son las que se pueden ver en la foto anterior. Este es el templo del rey de los dioses.

Desde allí fui hasta el Liceo de Aristóteles o lo poco que queda ya que son las ruinas más escasas de todas las que vi. Estas ruinas se encontraron en 1996 y en lo que se ha encontrado se puede ver la zona de lucha libre y el gimnasio. En ese punto de la ruta suspendí mi lista arqueológica y roté hacia otros puntos de interés que quería ver. Por la zona está el Zappeion, un edificio empotrado en el Jardín nacional de Atenas y que fue el primero que se hizo para las últimas olimpiadas griegas y seguramente todavía lo están pagando. El diseño exterior es similar al del parlamento austriaco.

Mi siguiente parada era el Estadio Panathinaikó, también conocido como el Kallimármaro, un fabuloso estadio de atletismo recubierto de mármol (el único del universo) y que fue en el que se celebraron los primeros Juegos Olímpicos Modernos en 1896. El estadio está abierto por un lado y se puede visitar pagando cinco leuros. Te dan una audioguía que te explica cosillas.

Estadio Panathinaikó

En la foto anterior se puede ver un panorama con el estadio deformado por la función de panorama del teléfono. A la derecha en alto se puede ver la Acrópolis, que domina toda la ciudad. La visita es sencilla pero agradable. Se puede entrar por un túnel que en su época era una cueva de folleteo de las jóvenes griegas y que después era por donde salían los atletas y al final del túnel se llega a un edificio que se usó como vestuario y en el que ahora están expuestas las antorchas olímpicas de todas las olimpiadas modernas. Imagino que el PoZero si pasa por allí se le pondrá como un garrote de dura con tanto mármol al aire libre esperando que alguien lo rapiñe.

Desde allí fui hasta la plaza Síntagma, el corazón de la ciudad y en la que está el antiguo palacio real y que ahora es la sede del parlamento, frente al cual está la tumba del soldado desconocido. Comentar que los trajes de los soldados que patrullan allí son horrorosos, ni en carnavales me pondría yo algo tan horrendo. Por la zona hay un par de museos que tenía previstos para el día siguiente.

Allí tomé el metro para moverme una estación, hasta la Evangelismos y fui andando al Monte Licabeto, al cual al parecer se puede subir con un funicular que yo no vi y acabé subiendo a patota. La cima está a doscientos noventa y nueve metros de altura y desde la misma hay una buena vista de la ciudad. Comenzaba a oscurecer y nubes que barruntaban lluvia también amenazaban la ciudad.

Panorama de Atenas desde el monte Licabeto

En el panorama se puede ver el mar Mediterráneo, el estadio Kallimármaro e incluso la Acrópolis, si sabéis mirar bien. Desde allí regresé a la zona del Arco de Adriano con la esperanza que lo iluminaran, igual que el Templo de Zeus Olímpico y esperé a que oscureciera. Mi gozo acabó en un pozo, aunque tienen las bombillas, como que están ahorrando energía y no había luz alguna.

Me acerqué hasta el Museo de la Acrópolis, que quería visitar al día siguiente, para ver en donde estaba. Regresé por el paseo que rodea la Acrópolis e hice la siguiente foto de noche de la misma:

Acrópolis de noche

Fui a las otras ruinas para ver si estaban iluminadas y en caso afirmativo, les hice fotos. Después regresé al hotel para dejar la cámara. Para cenar elegí el restaurante Lithos, que estaba cerca y tenía buena pinta y me apetecía una Mousaka.

Croquetas Zucchini

Al final pedí de primero unas croquestas Zucchini y de segundo la Mousaka:

Mousaka

Al salir del restaurante estaba baldado y decidí caminar un rato. Muy cerca del restaurante me topé con la aberración de la siguiente foto:

Horterada luminosa en Atenas

Es una especie de pub o restaurante para jinameños y horteras con una iluminación que atenta contra todas las humanidades salvo la truscolana, que no tiene nación ni se la merecen. Mi vecino me monta esa ordinariez en la fachada y le quemo la casa con ilusión y alegría. Paseé hasta la plaza Síntagma siguiendo la calle Mitropoleos, llena de tiendas y muy animada a esa hora de la tarde/noche. En total ese día caminé unos veinticinco kilómetros. Comenzaba a chispear así que opté por regresar a la habitación, ver unos cuantos episodios de mis series favoritas y caer muerto hasta el día siguiente en el que estaban previstas lluvias con chubascos fuertes de cuando en cuando y agrupé las visitas a todos los museos.

Todo lo visto durante las dos anotaciones que han narrado este día en Atenas está agrupado en trocitos de vídeos AQUÍ, acompañado de la canción Forest Hymn (Apollo mix) del grupo Deep Forest. Es el vídeo más largo de todos los que he puesto hasta ahora, con una canción que se extiende durante casi seis minutos y medio. En el vídeo se puede er el Teatro de Dioniso, el Odeón de Herodes Ático, el Propileos de Atenas, el Partenón, una manifestación que se cruzó en mi camino cuando llevaba las castañas al hotel, el Hefestión en la Ágora de Atenas, el Templo de Zeus Olímpico, el estadio Kallimármaro, tanto por fuera como la sala de las antorchas olímpicas, incluyendos las de la ciudad ocupada española de Barcelona, si le hacéis caso a esos hijosdelagranputa que aún no han exterminado por allí, también vemos la vista de la ciudad desde el Lofos Likavitou y acabamos en la horrenda fachada navideña iluminada.

El relato acaba en El Cerámico y los museos en Atenas


3 respuestas a “El templo de Zeus, el estadio olímpico y bastante más”

  1. La banda sonora del video es flipante, me encanta…
    Pues caerse por las gradas abajo del Dionisio, menuda hostia…
    Salud

  2. El estadio de mármol también es horrendo. En la zona intermedia los escalones son mortales. Con dos cervezas encima ese día te ganas tu sueldo de minusválido. No te quejarás, todo a velocidad normal y procuré mover menos la cámara para que no potes 😉