Lo que me llamó un montón la atención del Wat Traimit es que está construido como un fuerte, es macizo, sin las polladas típicas tailandesas y los espacios abiertos, aquí son conscientes que tienen miles de kilo de oro dentro y que el mundo está lleno de gentuza truscolana y podemita que están dispuestos a robarlo, así que han camuflado un búnker de templo budista, pero sigue siendo un búnker y no veas la de escaleras que le metieron, para quitarse de encima a minusválidos varios, que allí en Bangkok se te apalancan a pedir por las puertas y aquí lo tienen crudo. En la planta baja, que podemos ver a dos julays por la calle, no pusieron mármol y las ventanas, las pocas que hay, tienen como barrotes de hormigón.