Más búsqueda de chamba


Hace un montón de tiempo en La búsqueda hasta aquí había comentado un poco las cosas que sucedieron en el primero de los años de la Edad de oro sin chamba, que yo ya lo veo como mi Edad de oro. Más o menos había contado hasta el final del verano del año pasado. Después, en los últimos cuatro meses del año tuve una racha en la que me llamaban, sobre todo de empresas amarillas del país del sol caguiente, pero nunca cuajaba nada. De entre ellas, una fue con una empresa cuyo nombre es muy famoso porque venden cambios y frenos de bicis, entre otras cosas. En realidad en esa nunca llegué a hablar con un amarillo, tenían como un perro de presa neerlandés que les preseleccionaba los candidatos y obviamente, no le gusté porque habló conmigo dos veces y después me mandó a tomar por culo con una excusa tonta por correo. Ya a esas alturas yo tenía claro que están los profesionales de recursos inHumanos que se toman las cosas en serio y que igual que te acosan y contactan contigo buscando su candidato, tienen la decencia de contactar personalmente contigo para mandarte a tomar por culo. Otros, simplemente te hacen la cobra en versión recursos inHumanos y si pueden hasta te bloquean en sus teléfonos, dejan de responder a mensajes, correos y es como si estuvieras en el purgatorio y no pudieras contactar con los seres vivos. De esos hubo varios. Otra cosa que noté, tras un año, es que había empresas, multitud de empresas, pero multitud, multitud, multitud, que siempre tienen las mismas ofertas de empleo, siempre hay cincuenta, ochenta, ciento treinta candidatos, que el linqueIn es como las noveleras de barrio y te informa de todos los que han solicitado trabajo a través de ellos y dos meses después, esa misma oferta, pero la misma, misma, misma, vuelve a aparecer como nueva y de nuevo, hay decenas o centenas o millardos de candidatos y dos meses más tarde vuelve a suceder lo mismo y de hecho, llegó un momento en el que me tuve que organizar un sistema con una pequeña base de dato para apuntar los sitios en los que había solicitado trabajo, el currículo que había mandado, que yo seguía añadiendo versiones y otra información pertinente porque se dio el caso que solicité el mismo puesto en varias ocasiones y jamás supe de ellos, con lo que los de recursos inHumanos de esas empresas hacen como que laburan, pero lo cierto es que están de putas y de chaperos disfrutando de la vida. Recuerdo que mi amigo el Moreno estaba trabajando como contratista en una de esas multinaciones y me contó que tienen miles de ofertas de empleo y no contratan a nadie, siguen prefiriendo pagar contratistas porque les dan más flexibilidad a la hora de romper los lazos o algo así.

En el tramo final del año, contactó conmigo una empresa del país del sol caguiente, que hacía aparatos para laboratorios, al parecer de muchísima calidad. Primero me querían para un puesto, e hice dos entrevistas y finalmente, el chamo de recursos inHumanos me dijo que iba a ser de-que-no. Un mes más tarde tienen otro puesto, más en lo mío, solo que relacionado con la directiva médica, que yo desconozco, pero eso no era un problema. Hablé con el chamo de recursos inHumanos, hablé con el que sería mi jefe y todo pintaba bien. Después querían que hiciera otra entrevista con el que es el jefe de mi jefe y la organizaron fatal y él pensaba que yo iría a su empresa y yo pensaba que la haría desde mi keli, como las otras dos, porque no me dijeron nada, así que hubo un desencuentro y la tuvieron que cambiar a otra fecha, que ya se puso en el día antes de mi marcha navideña a Gran Canaria y el día en el que me tenía que hacer la PéCéeRre para poder viajar y además, hacer algunas compras y además, además, irme por la tarde al hotel cerca del aeropuerto para no perder el vuelo. Fui a la empresa y entré a la entrevista y en los primeros treinta segundos, quizás en los primeros veintinueve, ya noté que el tipo me odiaba y que aquello no llegaría a ningún lado. Durante la siguiente hora, el chamo lo único que hizo fue demostrarme que aunque me ofrecieran un trabajo, yo debería decir que no, con su momento cumbre cuando reconoció que en ese momento no estaban respetando las leyes de importación de productos a Europa y estaban introduciendo en el mercado único productos con materias ilegales y que eso sería mi responsabilidad, pero yo tendría que mirar a otro lado y no hacer o decir nada, con lo que si se descubría, yo era el que iría a la cárcel. El tipo era como un suciolista, un podemita o un truscolán, un gitano facineroso y despreciable. Ese me dio un muy mal rollo que no veas. Me dio un poco de pena por el que iba a ser mi jefe, que parecía buena persona y que habían contratado dos meses antes, que el hombre se pensaba que iba a tener algún poder allí y yo creo que durante mi entrevista descubrió que él no pintaba nada, que el otro era el macho del corral y allí se haría lo que él quisiese y que igual que a mí me comentaba alegremente que tenía que convertirme en un criminal, cualquier día le dice al otro que se ponga de rodillas y le coma el cipote debajo de la mesa que tiene ganas de lefar pero le da pereza cascársela.

Y así más o menos llegué al final del año pasado, con un mes en Gran Canaria, feliz y contento cobrando mi paro y sin agobios ni preocupaciones.


2 respuestas a “Más búsqueda de chamba”

  1. Me he quedado flipando en colores, como es posible que un tipo esté hablando con un desconocido de un trabajo ilegal y se quede tan pancho…
    Salud

  2. Ya me parecía a mí que no podías haber estado tan parado, era solo que no lo contabas! vale vale…