En el ojo de la tormenta – Into the Storm


Esta semana fui al pre-estreno de la película que quiero comentar hoy. Era una de esas sesiones especiales de la cadena de cines a la que pago una cantidad fija al mes de diecinueve leuros para ver todo el cine que quiero (el cual es mucho). En este tipo de sesiones, te dan comida y bebida gratis y hasta hay un pequeño concurso en el que puedes ganar algunos premios. Parece increíble pero sí que es posible tratar a la gente que va al cine de otra manera y el resultado es que tienen una clientela fija, cientos de personas que acuden todas las semanas una o varias veces a ver películas. Lo dicho, en esta ocasión se trataba de una película de estas de tragedia de la madre naturaleza llamada Into the Storm que se estrenó en España la semana pasada con el título de En el ojo de la tormenta.

A un poblado de julays le caen un buen puñado de tornados con desilusión y sin fantasía

En un poblacho de algún lugar de los Estados Unidos se acerca el día de fin de curso y los chavales hijos del director del instituto que resulta ser viudo están ocupados preparando sus últimas prácticas. En paralelo, un grupo de cazadores de tornados llega a la zona porque esperan que allí caiga una buena y quieren registrarlo para la posteridad. Cuando llegan los tornados, pillan a casi todo el mundo en la ceremonia de graduación y se han de refugiar en el colegio, salvo uno de los hijos del director, que se fue con una pava a otro lugar para ver si se la camelaba y se la podía jincar. Con esto y con mal tiempo, tenemos todo lo que hace falta para una película de efectos especiales.

Reconozco que me esperaba una película bastante peor. No se por qué pero había asumido que sería aburrida y que los efectos especiales serían tristes y patéticos. Me equivoqué. Por supuesto que la historia está trillada y recuerda sospechosamente a Twister con ligeras variaciones pero con las pequeñas tramas secundarias consiguen que nos identifiquemos con la película y entretiene. Los dos jóvenes hijos del director son bastante distintos, con uno espabilado, inquieto y buena persona y el otro amargado y resentido con su padre y con una profunda hinchazón de cataplines por culpa de una pava en la que se quiere descargar. Cuando por fin acaba con ella y la tiene entre sus brazos se da cuenta que quiere un montón a su padre y a su hermano y también quiere chingarse a la pava. Con tanta confusión del chaval, la cosa se complica con tornado tras tornado y todo el mundo corriendo de un lado para otro, coches volando, un par de payasos haciendo tonterías, gente seria sufriendo y efectos especiales a tutiplén, aunque minimizados con el conveniente uso de tomas supuestamente hechas con teléfonos de movilidad amplia y que todos tenemos en nuestras manos hoy en día. La película cumple con su objetivo, que es el de entretener y hacerte pasar un pelín de angustia y después de verla tengo claro que no quiero ni sufrir el martirio de un instituto americano o vivir en zona de tornados porque con mi suerte, me perseguirían.

Este es el cine de entretenimiento espectacular que puede resultar perfecto para una salida en manada del Clan de los Orcos incluyendo a las hembras. Por esa misma razón, es el tipo de película que evitan como la sífilis los sub-intelectuales de GafaPasta. Para el resto, si hace calor y quieres pasar un rato en una sala con aire acondicionado o te gusta ver películas con desastres provocados por la naturaleza, esta es muy entretenida.


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