Endogamia


Uno de los grandes placeres que tienen las bitácoras es la licencia para mirarte el ombligo que recibes cuando creas una. El mío es grande y hermoso y pese al paso de los años no me canso de mirarlo. En el pasado miraba también otros ombligos y los comparaba con el mío y hasta nos cruzábamos enlaces que demostraban que nuestros ombligos estaban en cierta forma relacionados. Ahora cada vez me centro más en el mío e ignoro los demás.

La razón está en la falta de originalidad que hay por ahí afuera. Solo tenemos que retroceder cinco años en el tiempo y la blogosfera bullía en creatividad. Las bitácoras eran lugares fantásticos, con historias asombrosas, dramas épicos y polémicas en las que la sangre llegaba al río y los egos elefantiasicos chocaban y generaban tanta energía como una estrella supernova. En esa época la prensa hablaba una y otra vez de las bitácoras, de como eran lo más de lo más y de su importancia y alguno con trescientas visitas al día se creía un Dios. Los números uno de ese firmamento eran los de microsiervos y fue allí mismo donde comenzó el declive cuando una mañana comenzaron a copiar+pegar y reenviar la basura que encontraban y que como mucho traducían al español. En seguida se pusieron en marcha las fotocopiadoras, todos esos guanabi que miran y copian cual chinos y apareció algo de lo que nunca habíamos oído hablar en la blogosfera: el ruido. La copia no aporta contenido y genera ruido. Mientras el nivel de ruido era bajo podías seguir encontrando cosas y reemplazando las bitácoras que terminaban su ciclo con otras nuevas. El problema fue que ese ruido fue en aumento y aquello que conocíamos como la blogosfera se transformó en la bobosfera actual, con noventa y cinco partes de ruido y cinco partes de creación genuina. El ruido es tan grande que escondió los lugares realmente interesantes y que merece la pena leer. Ya no hay conversaciones, ni batallas ni saltos conceptuales. Ahora tenemos los trend topics, las tendencias que marcan un puñado de popes que conforman el sanedrín de la bobosfera y que siguen ciegamente un montón de supuestos blogueros a los que les sienta mejor el adjetivo de comemierda. En estos cinco años vivimos el auge y la caída de Second Life, otra de esas burbujas que la prensa seria, a falta de rigor, amplificó hasta niveles tan grandes que terminó por explotar. Después pasamos por MySpace, básicamente un entorno publicitario enmascarado como otra cosa que no se puede definir y desde allí llegó el gran salto al Caraculolibro y al tuiterota, las dos últimas modas y que al menos han servido para limpiar el patio y permitir que desaparezcan muchos de los que no aportaban nada.

Aunque no hay mal que por bien no venga y las nuevas redes sociales han aligerado la bobosfera de gran parte de la escoria que la poblaba, los que funcionan como repetidores y nos bombardean una y otra vez con la misma información sin aportar nada siguen siendo legión y en este mar de información, encontrar las joyas que merece la pena leer es más difícil que dar con una aguja en un pajar.

Por eso, por gandulismo y porque me apetece mirar otros ombligos espero que esta absurda disertación sirva para que alguien deje en los comentarios constancia de las joyas que ha ido encontrando mientras avanza por este valle de egos y así expandir mi blogosfera con cosas que merezca la pena leer en español, ya que a este ritmo me temo que en tres años me quedan cinco bitácoras en español y el resto serán las fuentes en inglés de las que copian los demás.

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4 respuestas a “Endogamia”

  1. Blogs personales como el tuyo conozco pocos. Ahora mismo se me viene a la cabeza el archifamoso kirai.

    Alguno de cosas curiosas como fogonazos o donde plasmar aquello que te toca las bowlings como éste.

    Estaré atento a los comentarios a ver si pillo algo 🙂

  2. Aquí en Andalucía, a los flojos, vagos, les llaman perros, yo me confieso perrisimo, y me da una flojera enorme meterme en disquisiciones de ningún tipo, y menos de estas, en parte porque estoy malo, cada quien que haga lo que le salga del forro de los cojones, todos los blog que visito, es por algo, como este, ¿Quieres saber mi opinión?
    Lo tienes chupao, te vas a mi blog y pinchas encima de cada nombre de los que comentan, porque es que solo tengo una lista de cuando hace bastantes años armé el blog, varios ni existen o están abandonados, de los pocos que se ven en la columna correspondiente, regularmente, como hago con el tuyo, cuando el Reader me avisa que han escrito, los visito, unas veces comento y otras, que no me parece procedente, no lo hago.
    Yo no tengo blogs por maravillas cósmicas, los que visito es porque tienen «algo» que me motivan, me entretienen, me caen bien simplemente, y continuo visitándolos, otros no valen para nada, algunas veces publican cagadas, pero eso que me parece a mi, a otros les parecen maravillas…
    Y ya ves, así continua mi vida con virus que me dan fiebre, me hacen sentir mal y me ponen de mala hostia…
    Salud

  3. Genín, que te mejores. Lo que busco son joyas memorables y no los que puedan hacer fulanito o menganita.

    Iván, Kirai siempre me ha parecido aburrido y la forma en la que escribe su autor me pone de los nervios. Lo intenté seguir al comienzo y me terminé cansando. El del fogonazos lo puse en mi reader pero no he visto nada interesante en el mismo en los meses que lo he tenido ahí. El tercero que nombras es una bitácora de mal karma y más bien comentando la realidad. No hay nada original en ella.

    Yo también estaré atento pero creo que nadie tiene buenas propuestas que sugerir …

  4. Joyas, aparte de El Sentido de la Vida, no existen ya… pero a mí me gusta leer:

    Mirándolo bien, los tres primeros son de periodistas pofesionales. El cuarto es de un guionista.

    Y si quieres joyas, flipa con esto (si aguantas un poquico, es que se te caen los güever al suelo):

    Anasora

    Sin llegar a chuparnos las pollas, el tuyo es bastante decente, en especial el tema viajes (a partir de tus posts antiguos de Malasia indagué un poquillo más acerca del lugar y me monté un viajecico este verano la mar de majo).

    Un saludo y a seguir así, salao.