Ayer mismamente despotricaba contra el cine gabacho y la siguiente película que fui a ver en mi multi-sesión en la filmoteca fue otra película francesa y tengo que reconocer y reconozco que tenía dos posibilidades y elegí la que parecía menos dramática y menos de polladas francesas. Al final fue un acierto. También quiero que os fijéis cuidadosamente en el blanco que es obligado a cargar con el negro y además sonreír, como si el otro estuviera hecho de aire y no pesa nada. La película se titula Envole-moi y por ahora, no parece que se vaya a estrenar en muchos países aunque lo merece.
Un julay parrandero se convierte en el esclavo de un mulato y ciertamente sin chimpún.
El hijo de un médico rico y famoso vive la vidorra padre sin dar un puto palo al agua hasta que jinca el descapotable en la piscina de su viejo y este le pone un ultimátum: tiene que reformarse y volverse super-hiper-mega responsable o pirarse de su keli y lo pone a hacerse amigo y cuidar de un chiquillo que está petado de enfermedades y que básicamente, es un cadáver andante. Con malas ganas o quizás ninguna comienza la tarea pero poco a poco irá cambiando o algo así.
Decir que al parecer esto está basado en una historia real, pero alemana, aunque aquí lo cambiaron a los franceses que pese a tener un tronco empetado por el orto, son menos tiesos que los germanos. Si has mirado bien la foto (hasta haciendo clic en la susodicha para verla más grande), cuando empezó la película la jeta del chamo blanco me sonaba una jartá y tardé medio minuto o así en reconocer al chamo, o por lo menos a su ancestro, porque resulta que ese es Victor Belmondo y se parece que no veas a su abuelo, que tristemente, ha fallecido esta semana. Hablando de la película, esto empieza como un drama de AntenaTriste o Telajinco, como un telefilm pero va mejorando según avanza y se gana el derecho a ser considerada una película de cine. La historia es muy lineal y todos sabemos que el dúo terminará congeniando pero disfrutamos igualmente del viaje de estos dos, desde universos opuestos, hacia una galaxia común. El lado cómico prevalece siempre y está muy bien usado. Al final, sales del cine contento por haber visto una historia de esas que te dejan buen cuerpo.
Si eres un miembro del Clan de los Orcos, igual hasta conoces ese refrán que dice que no se le da miel a los cerdos, así que ni te molestes que tú eres uno más de la piara. Probablemente la parte de comedia hace que no valga para los sub-intelectuales con GafaPasta, que se toman a sí mismos demasiado en serio. Es una buena historia y bien contada.
Una respuesta a “Envole-moi”
Bueno, por eso el dicho de que, «el que tuvo retuvo».
Hubo una época en que el cine francés, como pasó con el italiano, dominaba Europa, luego, por diversas razones de mucho peso, se vinieron abajo, cosa que tienen mucho que agradecer al amigo americano, y así vamos…
Salud