Hablando con mis amigos les puedo decir mariquita, maricón, pollaboba, comemielda, gilipollas, truscolán, rastrero, rata, cabrón, cabroncete, cabronzote, pero lo que jamás de los jamases se me ocurriría decirle a ninguno de ellos es blanco porque ese sea el color de su piel. Precisamente por eso, no entiendo ese ansia que tienen los negros gringos de llamarse unos a otros negros todo el tiempo, no se de donde les viene ni veo que sea una ofensa, siendo ese su color de piel. Esta entrada sirve para decir que voy a hablar de la película Girls Trip que creo que ni tiene fecha ni título para España, aunque ciertamente se rumoreó que la querían titular truscoluña no es nación.

Cuatro julays se bajan a Nueva Orleans a cogerse una moña y comer alguna que otra polla

Cuatro viejas ya más pasadas que el paquete de uvas pasas que tiré tres años después de que hubieran caducado se juntan muy raramente. Una es famosa y está casada con su amor del instituto, al que las otras odian, otra está separada y con niños, una es bloguera de famosos y está arruinada y la cuarta es la tonta del bote. Cuando llegan a Nueva Orleans, se desmelenan y se chiflan todas y una de ellas hasta consigue follar mientras unas llaman a las otras negras, seguramente sin mirarse a un espejo porque ellas también lo son.

Esto es una especie de comedia para adultos y digo lo de adultos porque en un punto determinado sale la polla de un viejo o algo así en pantalla. El problema es que falta la risa, es tediosa y de las cuatro chamas, las movidas de tres de ellas son cansinas. Tenemos una serie de escenas pensadas por un estúpido aprovechando que tiene cuatro negras, con lo que las carga de movidas relacionadas con la raza. La cosa es que cuanto más avanza la película, más convencido estoy que al menos esas negras descienden de monos pero que muy básicos, solo hacen monerías, su estupidez alcanza niveles dantescos y lo más triste es que en el cine, viendo una comedia, nadie se ríe. En un punto determinado una de ellas se lanza con una tirolina entre dos balcones en Bourbon St. y se queda en el medio y se mea sobre la gente que pasa por debajo y eso supuestamente tiene que dar gracia pero es que pensaron que aún sería más gracioso y mientras no pueden sacar a esa del medio de la calle, otra negra se lanza detrás de ella, la empuja, se queda esta segunda trabada en el medio de la calle y se mea también. Así de triste fue la cosa. Para cuando llega el final y tenemos las movidas de estas tiparracas, con una de ellas haciéndose pasar por mujer fuerte y poderosa mientras su marido se la pega hasta con las sandías de la nevera, estamos más que hartos.

Esto lo ponen en España y no me extrañaría que los miembros del Clan de los Orcos revienten las butacas del cine. Esta basura no tiene el pedigrí que demandan los sub-intelectuales con GafaPasta.