Ya se sabe que cada pocos años, las productoras gringas pulsan el botón para resetear y vuelven a contarnos las mismas historias o al menos con los mismos personajes y nos ponen actores nuevos para seguir ordeñando las ubres del dinero fácil. Como parece que los cómics son los candidatos perfectos para esta tarea, se han acordado de uno del que se llegaron a hacer dos películas buenísimas y con muy poca imaginación y aún con menos desparpajo han rodado un nuevo comienzo, o al menos así lo parece, aunque no me extrañaría nada si esto es también un nuevo y definitivo final. La película se titula Hellboy y se estrena en España con el mismo título dentro de dos semanas.

Un julay vitorino se entera que tiene familia truscolana y se chifla como una jaira.

Si soy honesto, tengo que decir que uno de mis problemas con esta película es que nunca me quedó muy clara la historia que nos cuentan. Empezamos hace cienes y cienes de años, en un pasado muy lejano en el que una especie de bruja Avería quiere destruir el mundo o algo así pero fracasa y después hoy en día, un bicho feo que no veas tendrá que volver a luchar para lo mismo porque una gentuza mala resucita o revive a la bruja esa que sigue empecinada en el tema y de nuevo hay que salvar a la raza y al universo de la maldad truscolana, que es mucha. O quizás era otro el tema.

Básicamente, esto es como un revuelto de ideas que de tanto oscilar, saltar, cambiar y evolucionar, acaba aburriendo. Da igual que el tipo sea como rojo y que tenga cuernos cortados y una especie de padre o padrastro que se los lima en unas escenas como muy de curilla presunto tocador de niños, que hay mucho mal rollo cuando estos dos están con la cornamenta al sol. Hay ratos en los que hasta me dio la impresión que el director se aburría porque a falta de algo mejor, sueltan alguna chorrada para intentar recuperar el ritmo y no funciona. En este caso, las dos películas anteriores eran tan buenas y estaban tan bien dirigidas que el patetismo del intento hasta deslumbra más. En el apartado del gore lo dieron todo, las muertes y los despedazamientos y torturas se disfrutan con todo detalle, pero ni siquiera eso sirve para balancear la historia. En realidad lo único que deseo es olvidarla lo antes posible y seguir con mi vida.

Supuestamente esto era cine para los miembros del Clan de los Orcos pero mucho me temo que incluso ellos la repudien. Ciertamente, no es un plato digno del paladar de los sub-intelectuales con GafaPasta. Carne de televisión.