El bailarín – The White Crow


La única razón por la que fui a ver la película de hoy es que encajaba perfectamente en mi escapada a Amsterdam, ya que en realidad quería ver otra pero me resultaba imposible. Mi desdén para con esta es que lo del ballet como que me la suda profundamente y ya visto el cartel me provocaba escalofríos. Al final acabó pesando en mi decisión que es una especie de biografía de un periodo de la vida de un famoso bailarín y confiaba en que sus saltitos con malla de ballet estuviesen limitados. La película se llama The White Crow y en España se estrenó esta semana con el título de El bailarín.

Un julay julandrón se escapa de la chusma y la miasma podemita y monta un pitote que no veas.

Un chamo que Genín y Virtuditas seguro que conocen porque son tan mayores, llamado Rudol Nureyev y que a mi me suena a queso del más apestoso, entra en una academia de ballet rusa pero ya de mayor o algo así porque es pobretón y medra y medra y se lesiona que no veas y la mujer de su profesor favorito como que lo adopta y lo lleva a su casa de un solo cuarto y le ponen una camita a los pies de la de ellos y todos son como familia y cuando pilla a la hembra sola, pues se la chinga también sin que el marido al parecer lo sepa, aunque con la de golpes que se da con el marco de la puerta con la cornamenta lo debería haber deducido. En una de estas mandan al bailarín a una gira por París y Londres y en París se chifla todo con la libertad y no para de ir por ahí y cuando los podemitas-comunistas consideran que es un malaje, como que lo quieren obilgar a regresar a Rusia para castigarlo y él se escaquea y pide asilo.

Al parecer esto está basado en la historia real del bailarín. La parte de su vida en Moscú y también cuando era pequeño es bastante interesante para todos esos podemitas que se creen que con su sistema se vive mejor y que parecen ser incapaces de ver la destrucción de Venezuela. La película funciona muy bien en el tramo ruso por la complicidad y carisma entre el bailarín, que lo interpreta un ruso del que nunca jamás oí hablar y que dudo que vuelva a saber de él y Ralph Fiennes, que también dirige la película. En el momento en el que saltan a París entramos en una dinámica totalmente diferente, el chamo descubre que el mundo libre no es el del hambre, la miseria y el abuso de los funcionarios comunistas y el colega se despiporra y más cuando nota un vacío enorme por sus bajos posteriores y decide rellenarlo con cualquier rabo que se le cruce por el camino, aunque la historia es demasiado ambigua en el lado sexual y nunca sabemos si le gusta comer de los dos platos o se centra en uno solo. Hay algunos ratos de danza pero no se hicieron pesados. Como soy un ignorantón (y orgulloso de serlo), no tengo ni idea de si el colega era tan bueno como dicen. La película tiene un último capítulo con las movidas de la solicitud de asilo y sus dudas y sus nervios que a mí me pareció un poco mal llevado, tenía momentos en los que la historia se movía a una buena velocidad y de repente como que aceleraban sin razón alguna o se frenaba completamente y te hacía revolverte inquieto en tu butaca. Pese a eso, me lo pasé bien y quizás hasta aprendí algo.

Esto no es, no ha sido y jamás será el tipo de cine que pueden ir a ver los miembros del Clan de los Orcos, para ellos sería una tortura. Es más bien el tipo de cine de los sub-intelectuales con GafaPasta y vista la cantidad de los susodichos que había en el cine, parece que a ellos les mola mazo.


6 respuestas a “El bailarín – The White Crow”

  1. Claro, quien no va a conocer a Nureyev, uno de los mas grandes bailarines de todas las épocas.
    A pesar del 7, en cuanto pueda, la veo… 🙂
    Salud

  2. ¿el qué? Para mi las grandes bailarinas son Madonna, Rihanna, Beyoncé y por supuestísimo, Miley Cyrus y en el otro bando, los Locomía

  3. 🙂 🙂 🙂
    Los locomia eran geniales, lo malo eran las pérdidas de aceite, podría haber muchos accidentes con los resbalones… 🙂
    ¿Y que tal la Lola Flores? 🙂
    Salud

  4. Lo pensé y casi edito el comentario ayer por la noche. La Lola se desataba en los escenarios y era espectacular. Definitivamente, mejor que Beyoncé