Recuerdo que no hace mucho, aunque eso igual sean tres años o así, hubo una peli con un tema parecido, de un detective resolviendo un caso que no me moló nada, así que yo ya iba al cine con muchísima aprensión y poquísimas ganas porque me temía todo lo peor, siempre. Esta era además la tercera película que veía en un sábado lluvioso de cine, después de regresar de Gran Canaria y con la cartelera petada de pelis nuevas. Se titula Knox Goes Away y al parecer jamás de los jamases se estrenará en España, ni siquiera con el fabuloso título de truscoluña no es nación.

Un julay al que le queda una luna monta una coña marinera del copón.

Resulta que a un panoli que es un asesino a sueldo o algo así, le diagnostican una forma agresiva de demencia que le borrará el cerebro en un mes o así y en esas, que en un momento de desconcierto mata a su compi de asesinatos y en el mismo día, el hijo que no le habla de toda la vida llega a su keli cubierto de sangre y le dice que lo ayude porque mató a un panoli que empreñó a la nieta que no ha visto nunca. O sea, que esto es un dramote de telenovela. El chamo organiza un plan para que lo culpen a él de todo y para que el hijo escape inocente o así.

Tengo que reconocer que pese a que esto apesta a telelefilm, me resultó super-hiper-mega interesante y está tan bien montado que nunca llega a aburrir, que es mi problema con estas pelis en las que el director y el guionista son unos sabelotodos. Ayuda muchísimo que Michael Keaton esté muy bien como el chamo con la demencia y que James Marsden también esté fabuloso como el hijo al que ayuda el padre y que al final de sus días, como que lo arreglan todo entre ellos. Hay un toque de redención en la historia que funciona muy pero que muy bien y la forma en la que el demente lo organiza todo antes de olvidarse de sí mismo es fantástica, con un montón de piezas como de dominó que tendrán que ir cayendo de una en una para que el resultado sea que a su hijo no lo puedan culpar por algo que hizo y que lo culpen a él cuando ya no sea más que un cuerpo sin memorias. Resultó que este es el debut como director de Michael Keaton y vamos, que lo ha hecho muchísimo mejor que una purriada de directores de basuras que he visto este año.

Esto no es cine para los miembros del Clan de los Orcos, que harán bien en mantenerse alejados de los cines y supongo que muy pocos sub-intelectuales con GafaPasta la apreciarán. A mí me gustó.