Kubo y las dos cuerdas mágicas – Kubo And The Two Strings


Ayer fui al cine a una sesión doble y la expectativa era de ver primero una película que pensaba que sería mala y después una de animación con muy buenas críticas y que me haría emocionarme hasta las más recónditas chacras. No fue así. La primera resultó una película muy interesante y la segunda, una puta mierda casi que del copón, que es de la que voy a hablar hoy. Se trata de Kubo and the Two Strings la cual se estrenó la semana pasada en España con el título de Kubo y las dos cuerdas mágicas.

Un julay menor no encuentra cura que lo toque y le de algo de chimpún

He tenido que mirar de qué va la película en IMDb porque salí del cine sin tener ni puta idea. Al parecer, un julay menor vive en un villorrio asiático y un espíritu del pasado busca joderle la vida y él tendrá que encontrar una armadura mágica para luchar contra esa miasma o algo así.

Lo tengo clarísimo. El cine asiático no es para mí. Desde el primer milisegundo de película, cuando comenzaron con la asquerosa música y a menear el TresDé, yo entré en trance. Me pasé la primera mitad de la película durmiendo y despertándome como un bellaco de lo mala que era, aburrida, aburrida, aburrida y cuando me despertaba era por los adultos que se iban al baño para matar dos o tres minutos y salir de la sala, en la que parecía haber una plaga de incontinencia urinaria. Me la suda que la animación sea impecable. La historia es intragable, un bodrio pensado para surrealistas y descerebrados, que deben ser los úicos que pueden apreciar algo así. El niño me la traía al fresco y si me ponen un arma en la mano, le pego un tiro y acabo con la peli en los primeros cinco minutos. La supuesta magia y fantasía no funcionaron conmigo, los giros del argumento me la traían floja y todo el desenlace, que pasé luchando conmigo mismo para no dormirme, fue poco menos que un vomito visual en TresDé, con una estúpida escena en un cementerio en la que el espíritu se convierte en lombriz intestinal o algo así y después el chiquillo la vence sin hacer nada y acaban todos allí haciéndose pajillas de pura alegría. En fin, que espero que el daño producido en mi cerebro por esta mierda no sea permanente y pueda recuperarme pronto para ir al cine.

No creo que quede una butaca intacta en cualquier cine al que vayan los miembros del Clan de los Orcos a ver esto. Vamos, yo me uniría uno de los grupos por participar en la diversión arrasando el cine. Esto es bazofia por y para los sub-intelectuales con GafaPasta, muchos de los cuales se pasarán la película empalmaos de puro gusto visual ante la profundidad y delicadeza de la sublime cagada. Aléjate de los cines, las teles y hasta de los iPads en los que la estén poniendo. Es la única forma de sobrevivir.

01/10

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