Kung Fu Panda 2


El cine de animación continúa recordándonos que se pueden hacer buenas películas si se quiere y que gran parte de la culpa de los tostones infumables que llegan a las pantallas es de los productores y su desidia a la hora de comenzar proyectos. Ya a nadie se le tuerce el gesto cuando vemos una segunda o una tercera o una quinta o incluso una octava parte de una historia en cartelera. Es lo que hay, los escritores estiran sus éxitos como el chicle y los productores de cine también, así que cuando Kung Fu Panda se convirtió en un gran éxito ya estaba cantadísimo que tarde o termprano veríamos la secuela y así llegamos a este comienzo del verano con Kung Fu Panda 2 llegando a la cartelera.

Un julay obeso le hace un chiri-pi-pán-pím-pám a un pájaro más malo que un vicepresidente de gobierno

Po vive feliz y contento como maestro del kung fu cuando aparece un malo malísimo que amenaza con acabar con la existencia de esta ancestral forma de pelear. Tendrá que dejar su gandulismo habitual y salir con su banda de amigotes a luchar contra el malo y vencerlo para salvar al mundo, al universo y a todo lo demás. Además, descubrirá cosas de su pasado y de sus padres.

Lo primero que llama la atención en esta segunda parte es que es mucho más obscura y tenebrosa que la primera y no estoy muy seguro que sea adecuada para niños pequeños. Aunque tienen los toques casuales y las bromas intrascendentes que a los chiquillos les gustan, también hay mucho momento de mal rollo que igual les da algo de miedo. La historia pasa continuamente de momentos relajados y distendidos a escenas de acción que se ven amplificadas por el 3D, el cual parece que se está convirtiendo en la opción por defecto del cine de animación pero no siempre resulta necesario y viendo la película en 2D no creo que se pierda mucho. El guión es muy completo y no tiene la simpleza de otras películas de animación y las voces son las de los de siempre, que supongo que doblarán y masacrarán en la versión española.

Aunque ya sabemos de qué van, siguen siendo divertidos y no han tratado de forzar demasiado el tema como sucedió con Shrek. Lo que cuenta es divertirse y yo reconozco que me lo pasé muy bien en el cine y disfruté con las bromas, las persecuciones, las peleas y todo lo demás. El final queda totalmente abierto para una tercera parte y hasta se ve por donde irán los tiros.

Esto es cine de verano, perfecto para tardes sin complicaciones con la parienta y aquellos miembros del clan de los Orcos que no se hayan ido de vacaciones.

08/10


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