La sirenita – The Little Mermaid


Si hay una película de animación de la Disney que todo el mundo coincide en que supuso el renacimiento de su cine de dibujos animados, esa fue la Sirenita, todo un clásico de 1983 y ochenta y tres minutos de duración en la que prácticamente no hay una canción mala. Ni yo ni nadie hemos entendido por qué tenían la necesidad de hacer una versión de imagen real, pero aún así fui a verla esperando que se limitaran a hacer escena por escena lo que habíamos visto. La nueva película se vuelve a titular The Little Mermaid y en España también llega con el mismo título que la vieja, La sirenita.

Una julay quiere que un acarajotao se la empete hasta los pelos de los güevos y ella gemir como mula parturienta.

Tenemos una pava que es sirenita y princesa o algo así y que se enamora de un pavo que rescata y que resulta ser príncipe. Después una pulpo pelleja, truscolana y podemita le quita la voz y le pone pezuñas y ella va a la superficie a ver si el príncipe la empala contra la pared, mientras la mala se quiere quedar con el reino de la tonta o algo así y el príncipe tiene menos luces que un agujero negro. En un momento determinado hay bronca de pellejas y esto acaba peor que el rosario de la aurora.

Le han metido cincuenta y dos minutos adicionales y lo más increíble es que le sobran los cincuenta y dos, que no se aportó nada. Personalmente me la suda que la sirenita sea mulata, en el mar pueden haber peces de todos los colores pero lo que no me entra es que el príncipe sea de color blanco nuclear y su madre sea más negra que Kunta Kinte. Eso fue una cagada, igual que hacer que el príncipe sea un personaje totalmente vacío, es que no aporta absolutamente nada, viene a ser como un influencer, un ser de naturaleza inútil que se puede borrar y no afectará para nada a la humanidad. El padre de la Sirenita está interpretado por Javier Bardem en una interpretación pésima o quizás son los efectos especiales para que parezca que estaba bajo el agua. Las nuevas escenas son un aburrimiento que no veas y de alguna manera, consiguieron cargarse la magia que tenía la película original y retocar las canciones para hacerlas más del gusto de podemitas, suciolistas, etarras y truscolanes y en el camino, las destruyeron. La película es una épica decepción. Es larga y aburrida y solo se salvan un poco las canciones.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, esto te puede provocar una intensa reacción alérgica, más o menos la misma que pueden sufrir los sub-intelectuales con GafaPasta. Tendremos que olvidarnos que esto existe y seguir recordando la original.


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