Cuando era un pipiolo, adoraba el género literario de la fantasía. Siempre que aparecía algún libro nuevo en el Círculo de Lectores con dragones y movidas así, era el que pedía. La caída en desgracia del género llegó a los veintimuypocos, cuando se me ocurrió la terrible idea de volver a leer a Tolkien. Fue un desastre. Aquello era una mierda del copón, literatura para descerebrados y cerebros aún no desarrollados. El puto señor de los julandrillos me asqueó antes de llegar a la página cuarenta del primer tomo, el Hobbit me provocó arcadas y mejor no decimos nada de eso que ni siquiera es un libro llamado Silmarillion. En Gran Canaria aún hay un montón de libros en mi habitación que jamás rozaré. Más recientemente, intenté escuchar los de la serie esa tan famosa pero no pasé de la primera hora del primer audiolibro. Simplemente no es para mí. La excepción y la única saga que sí que adoré y que para mí es el principio y el final del género de la Fantasía son los libros the La Torre Oscura de Stephen King. Eso sí que es literatura épica. Ahora han hecho una película y hasta he aprovechado para revisitar ese mundo y a día de hoy, estoy por el segundo tomo, a punto de acabarlo. La película que han hecho se titula The Dark Tower y en España también se ha estrenado con el título de La Torre Oscura.

Un julay adolescente viaja a los mundos de Yupi para correrse una juerga

El último Pistolero está todo el puto día persiguiendo a un chamo que se viste de negro y que parece medio pitoniso de Raticulín y le quiere hacer pupita de la mala. En eso que un adolescente pajero como que se transpapela entre los multiversos y le sale por su barrio y lo acompaña a matar al malaje porque tiene como unas energías interiores que ni la de las pilas del conejo. O algo así.

Teniendo siete libros han hecho una película que pica de algunas cosas pero que no tiene básicamente nada que ver con la saga literaria. De entrada, el pistolero es negro y en la saga el viene de un mundo en el que los negros son una rareza. El niño le sale talludito y respondón. La película corre por un montón de detalles que se pueden leer en los libros pero sin centrarse, está como desenfocada, como si voluntariamente hubiesen elegido no atacar lo conocido e inventarse una nueva historia. En mi caso funciona, es sucinta, básicamente hora y media, van al punto en cada momento y aunque la traca final es un poco exagerada, divierte. Para aquellos que jamás se han leído los libros puede ser una forma interesante de ver algo que entra dentro del género de la fantasía pero está fuera de los límites convencionales y aburridos del género. En este caso, parece tener también mucho de ciencia ficción. Me encantó Idris Elba como el Pistolero aunque particularmente yo no habría elegido a Matthew McConaughey para el papel del malo malísimo, ya que no actúa y se limita a hablar con acento sureño. El chaval es totalmente prescindible y habrá que esperar para ver si llega a tener carrera como actor.

No creo que sea el tipo de cine que les mola a los miembros del Clan de los Orcos pero sí que puede ser una que guste a los sub-intelectuales con GafaPasta. Voy a ir contra-corriente y repito que me gustó mucho más de lo que me esperaba.