La visita a las cuatro islas


El relato comenzó en Otro de esos saltos gigantescos

Después de llegar el día anterior a Ao Nang, me apunté a una excursión para ir a ver las cuatro islas (Four Islands Tour). Como siempre incluía el cutre-almuerzo, agua y tenía una parada en un lugar para ver el fondo marino con gafas y tubo.

Me recogían a las ocho y media con lo que me levanté temprano y después de desayunar los esperé un rato. Me recogieron en una furgoneta de esas pickup con la parte trasera convertida en autobús y estaba petadísima de hindúes. De siempre se ha dicho que en mi particular escala del universo, yo soy un racista de cojones con los fumadores y los que tienen CaraCuloLibro, gente a la que ninguneo y me da asco y después, mantengo las distancias con los truscolanes de mierda, los koreanos de mierda y los hindúes de mierda, tres sub-especies que no me gustan nada de nada. Mi problema con los hindúes es que son como la marabunta, no respetan tu espacio personal, se tiran encima tuyo y se te pegan con todas sus enfermedades visibles muy próximas a ti.

Al llegar al muelle de Ao Nang estaba claro que los europedos, los australianos y los gringos se apuntaban al tour en barco rápido y loa asiáticos y un servidor al tour en el Long Tail boat, los barcos títpicos tailandeses con un extraño motor en la parte de atrás y que so más lentos. Mi razón para apuntarme en uno de estos es que en el rápido no se pueden hacer fotos, te llevan como ganado sin ver nada a toda mecha y yo lo que quiero es fotografiar, no acabar con el culo más roto que el de Boris el venezolano. En mi barco íbamos unos cuarenta, de los que aparte de la tripulación, yo parecía ser uno de los pocos que sabía nadar.

Tras salir del embarcadero, el cual no es más que una extensión de arena que no queda sumergida en marea llena, enfilamos hacia la playa con cueva de Phra Nang, la cual está al sur de Ao Nang y no es una isla. Esta, según dicen, es una de las playas más hermosas de Tailandia. Aquello parecía un zoco, con unos veinte barcos llenos de turistas que descargan al mismo tiempo. A esta playa no se puede llegar en coche, solo por barco y en la misma hay un exclusivo resort, aunque vistas las excursiones que llegan todos los días, no sé si merecerá la pena pagar para tener esas hordas delante tuyo. La idea era estar allí unos cuarenta minutos, tiempo más que suficiente para hacer fotos, ver la cueva y bañarte. Todos regresamos al barco y cuando hacen la cuenta faltan dos. Cinco minutos de espera, cinco más, diez más y veinte minutos más tarde aparece un puto hindú de mierda con la zorrra a la que empala y a la que le había hecho quinientas fotos allí en poses de prostituta barata. No solo los otros hindúes se cagaron en la zorra que lo jiñó, los tailandeses le explicaron que un segundo de retraso en la próxima parada y se buscaba la vida para volver.

La segunda parda fue en la isla de Koh Poda, con una playa muy bonita y un atolón justo enfrente. Allí nos daban el almuerzo, que costaba de pollo con curry rojo, otro curry vegetariano, arroz y piña y sandía de postre. Tras comer, paseo por la playa, fotos y baño. Teóricamente íbamos a estar hora y media pero con el retraso nos quedamos solo una hora. A todas estas, cada vez que íbamos en el barco, uno de los hindúes llevaba una especie de altavoces portátiles con forma de balón de rugby y conectados a una memoria USB y ponía música hindú a todo meter y todos bailando y cantando como en una película de Bollywood. También iban chinos, que no ponían música pero hacían fotos sin descanso, cientos y cientos de fotos.

La tercera parada fue en Koh Gai, conocida en inglés como Chicken Island o como la Isla de la Gallina. La razón es que en uno de los extremos de la isla hay una formación rocosa que parece el cuello de una gallina. Después paramos en esa zona para que la gente se tirara al agua a ver el fondo con gafas y tubo. Fue un rescándalo porque todos usaban chalecos salvavidas. Los hindúes se agarraban a la escalera para bajar al agua y la bloqueaban. Los chinos saltaban de cabeza al agua con su chaleco salvavidas y las gafas de submarinear puestas. Yo me limité a bañarme, con las chinas flipando en colores porque sabía nadar. Una de las parejas hindúes estaba de luna de miel y el colega le hacía fotos sin descanso en poses de puta barata. La primera esposa del chamo debía ser pariente cercana de la Pantoja porque tenía el mismo bigotón.

La última parada fue entre dos islas, Koh Tub y Koh Mor, o más bien dos atolones. Lo especial, bonito y alucinante es que estas dos islas diminutas están unidas por un camino de arena en el agua y puedes andar de una a otra. El sitio tiene su encanto, es precioso y fascinante. Según me contó el guía, dos años atrás hubo un mono viviendo en una de ellas pero se marchó a la isla de la Gallina, ya que con mareas muy bajas surge un tercer camino que permite andar hasta ella en marea baja.

Cuando regresé al barco aún faltaban unos cinco minutos y el barco estaba algo separado de la orilla, con lo que subir era algo complicado. Una pareja de lesbos asiáticas subieron, con la machorra elevando a la otra, que estaba un poquito encochinada y no conseguía subir y tras ellas llegó el patriarca de los hindúes. El colega se quedó encajado en la escalerilla y ni subía ni avanzaba. Yo desde el agua me partía la polla de risa mientras las bolleras no podían izarlo y los tailandeses se hacían los locos de lejos mientras ellos también se reían. Finalmente tuvieron que ir a empujarlo para que subiera. cuando entramos todos, comenzó el regreso, el cual desde allí tomaba algo más de media hora.

Al bajarnos nos fueron repartiendo en vehículos para dejarnos en nuestros hoteles. En esta ocasión me tocó en otra camioneta, sin hindúes. Vine llegando sobre las cinco y tras ducharme iba a salir a cenar pero comenzó el diluvio universal y tuve que esperar casi una hora a que parara. Cuando lo logré, salí, fui a un tailandés, cené y regresé al hotel. Para el día siguiente me apunté a una excursión de medio día para hacer kayaking en una zona que dicen que es muy bonita.

El relato continúa en Kayaking en Ao Thalen

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10 respuestas a “La visita a las cuatro islas”

  1. Como se nota que vives en Holanda y conocerás por los escaparates las poses de puta barata, de puta cara y de todos los tipos…
    A mi personalmente me da igual de donde venga la gente, mientras venga limpia. Hay excepciones que si tolero: los niños a los que hacen vivir en la mierda me parten el alma. En el fondo soy una floja.

  2. Virtuditas, el día que una hindú que se lavó el coño por última vez antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial se te siente encima apestando y que toda su familia te esté tocando los güevos, hablamos.

    Otros ejemplos bonitos presenciados/vividos en este viaje: Estoy pagando en Singapur con tarjeta de crédito y un hijoputa hindú mete la cabeza y se pone a mirar. Me detengo y la empleada le dice que se aparte. No lo hace. Viene un encargado y lo empuja y lo aparta de mi unos metros ya que me niego a poner el número secreto con ese tío mirando. Era el siguiente en la cola de espera pero no podía esperar a que le tocara el turno para ver el precio de lo que comprábamos.

    En el mismo lugar unos minutos más tarde, en el jardín que está en la azotea de ese hotel que tiene tres torres. Estoy haciendo fotos y leyendo en el único panel en inglés. Llega otro grupo de hindúes y la puta vieja matriarca decide que exactamente donde estoy yo es el lugar en el que quiere hacerse la foto. Va y me empuja y yo le devuelvo el favor arreándole una patada refleja y mirándola con mi mejor cara de asco. Ella se tira al suelo, se me pega y le dice al hijo, a los nietos, a la nuera y a los otros ocho miembros de la familia que quiere la foto allí. Tuvieron que esperar varios minutos ya que me negué a marcharme y seguí leyendo el cartel como si nada, pese a las miradas de odio del clan.

  3. Tienen suerte que los dioses no existan. Yo no les pediría la paz mundial y polladas similares, yo elegiría el kit para exterminar

  4. Vaya tela los hindúes, a mí es que esos pelos y esos turbantes me dan sensación de suciedad, a lo mejor están más limpios que yo, pero tienen esas pintas de sucios, que echan para atrás. la verdad es que yo hubiera estado amargada con la gente con música alta y eso que cuentas alrededor, Vaya coñazo de excursión. POr cierto, que decían que hacía mal tiempo o mucho calor en mayo-junio en Tailanda y que no se podía ir, qué tal te ha ido, lo pregunto porque es la época en la que me gustaría conocerlo y además es más barato, creo.

  5. Cuando no se puede ir es en septiembre/octubre. Y en verano es la estación de lluvia, con lo que igual te pilla bien o igual te pilla diluviando. En septiembre me han dicho que llueve continuamente, 24/24 horas, por eso es mejor evitar ese mes y octubre.

    A mí el calor no me molesta. En abril/mayo es el final de la estación seca, temperaturas altas (siempre) y humedad alta, aunque menos lluvia. Es temporada baja, con lo que hay menos turistas, se consigue plaza en prácticamente todos los hoteles y pensiones y no hay que hacer cola en ningún lado.

  6. Si te refieres a septiembre, el monzón es particularmente fuerte en las islas en esa época. Si te refieres a esta época, ya habrás visto las fotos.

    Como ponen en travelfish, de julio a octubre es el monzon y hay riesgo de inundaciones. Temperatura media de 29 grados y humedad del 90%. Son los meses a evitar. También dicen que es impredecible, te puede pillar el año en el que solo llueve un rato por la tarde y durante la noche, o te puede pillar el año en el que llueve 24/7 durante meses. Por lo que me contaron allí, el año pasado septiembre fue un mes completo de lluvia sin sol.

    Abril y mayo son baratos y la temporada de lluvia no ha comenzado.

  7. Pues abril o mayo será, que me encanta hacer una escapadita en esa época, de hecho vengo de la Apulia y de la costa amalfitana.