Después de la complicada operación Recuperando la mesa, mi foco cambió a la escalera, que estaba pintada pero en la que aún no había puesto las alfombrillas sobre los escalones, ya que estaba esperando a que acabaran todas las obras en la planta alta. A las alfombrillas, en los meses previos, las sometí a una extensa y repetitiva tortura. Con mi pequeña máquina de vapor de supermercado de bajo costo alemán, les daba candela de vapor para quitar la porquería que se había ido acumulando en cada una de ellas durante los años y por increíble que parezcan, con perserverancia, fui recuperándolas y devolviéndolas a su gloria original. Después descubrí en el ático, que es como una región salvaje en mi casa, que tenía tres nuevas, ya que al parecer cuando las compré el paquete traía quince y solo uso doce, así que hubo un concurso y las tres que perdieron se vieron exiliadas al ático y sustituidas por las nuevas.
Eso no fue todo, en el día que las iba a poner, las rocié con una espuma especial para limpiar alfombras, después las limpié y cuando se secaron extraje todo de sus entrañas con la aspiradora. Ya listos para el montaje, cogí mi cinta de pegar de doble cara especial para alfombras y las fui devolviendo a la escalera y el resultado se puede ver en la foto anterior, en la que las que están en la parte de arriba son las más nuevas. Por supuesto la regadera no se quiso perder la oportunidad de lucir su color verde y realzar el conjunto y ahí la tenemos.
Creo que en diversos momentos hice vídeos cortos en los que se van viendo los cambios. A ver si los busco, los junto, les pongo alguna cancioncilla horrenda y los vemos como el colofón a todo este trabajo en mi keli.
6 respuestas a “Las alfombrillas vuelven a la escalera”
¡Impecable!
Estás hecho un hacendoso y perfecto amo de casa… 🙂
Salud
A ver, las alfombrillas se ven limpitas y bien colocadas, pero claro, no me puedo quedar con esto dentro: el color es horrendo, con lo chulas que te han quedado las escaleras y le metes eso que parecen alfombrillas de furgoneta rancia? quizá es que yo soy anti alfombrillas/moquetas… en mis escaleras vinilé los contrapeldaños y la parte de arriba está con madera, así puedo fregar con comodidad, pero como siempre, la casa es tuya, está claro!
el color vino barato de brik es uno que se ve mucho por mi casa. Ahora mismito mi dormitorio es un festival de ese color, con las cortinas, la cabecera y el pie de la cama, las puertas del mega-armario y hasta el edredón y la sábana bajera. Como las escaleras son de madera, las alfombrillas distribuyen el peso mejor y no hacen ruido cuando subes o bajas y se siente mejor en los pies.
En mi caso, las alfombrillas son esenciales, la escalera es de madera vista, barnizada, y en mi caso, las razones son obvias… 🙂
Salud
Jesús!!!!!!
Que gustos tienes tan rancios!!!
Yo no pondría esas alfombrillas ni de coña, fastidian toda la escalera.
Lo repito, en Holanda las escaleras son una estructura totalmente de madera, se hacen las casas y se deja el hueco y después ponen la estructura. Es como una inmensa caja de resonancia que hace un ruido dantesco y las alfombrillas amortiguan ese ruido seguramente en un ochenta por ciento. Además, ahora que hay dos grados afuera, se sube y se baja super-calentito.