Las donaciones a los monjes budistas


En uno de los accesos del templo y monasterio budista tenían la zona en la que recogían las donaciones de papeo para los monjes, que la gente venía con comida para darles y si no había suficiente, los monjes salen por la mañana a hacer las redadas puerta a puerta y como si no les das, te envían a truscoluña, que no es nación, en el portabultos de un coche, todos les donan. Los monjes se pegan unas sentadas de comer que no están ni escritas y la obesidad entre ellos era habitual, igual que los teléfonos más caros del mercado, que al parecer Buda dejó escrito que el voto de pobreza no se aplicaba a los dispositivos electrónicos. Mi primera experiencia con un panoli haciendo turismo y fotos con un aipá fue con un monje budista y aquel era de los caros, de los que tenían tarjeta de telefonino dentro.


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