Last Christmas


En el mundillo de las comedias románticas, hay un subgénero de origen brexitiano dedicado exclusivamente a las que suceden alrededor de las navidades, que es como la época en la que esa gente parece que se interesa más por ir de compras y salir a la calle y gracias a eso pueden practicar los rituales de encoñamiento y apareamiento, que son los necesarios para este tipo de cine. La última de ellas hasta te dicen en el trailer que la han escrito en base a una canción navideña famosa, que manda güevos. Se trata de Last Christmas y creo que llega hoy a los cines.

Una julay fracasada se encoña de un pavo medio-asiático que la ningunea cada vez que puede y a ella la frustración le da por gritar, pero con música de fondo o algo así.

Una pava trabaja en una tienda que vende todo el año productos de Navidad y al parecer el año anterior estuvo a punto de palmarla. La dueña de la tienda es tan borde como ella y resulta que la pava conoce a un chamo que se ve claramente que se la quiere empetar hasta los güevos sin pelos y por otro lado, a la dueña de la tienda le sale otro chamo que también tiene la vista puesta en hacerle una inspección completa a los bajos de la vieja y comprobar si las cañerías aún funcionan. Entre medias, la familia de la pava es de regalito, con madre neurótica, padre calzonazos y hermana tortillera pero de tortilla negra, como si le hubieran echado tinta de calamar.

Esto es una sucesión de clichés de películas románticas, los vamos tocando todos y cuando suceden piensas en la película que creó ese cliché, porque aquí no hay nada original, todo son retales de lo que ha funcionado a lo largo de los años que han cosido para tener su historia contada en cien minutos. Uno de mis problemas es que por razones que no puedo explicar, Emilia Clarke está mal, es como si no fuese la persona correcta para el papel, no termina de convencer y no es posible crear una conexión emocional con ella. Tuvo que ser una cagada a la hora de seleccionar a los actores porque Henry Golding funciona perfectamente, es divertido, ameno y en sus escenas, alegra la película. La masiva sobreactuación de Emma Thompson no funcionó y tampoco es tan graciosa, se la podían haber ahorrado. La película tiene ese sorpresón final que a mí me la sudó enormemente y que se supone que es lo que la hace original pero ni eso la convierte en un clásico porque ya lo hemos visto antes. Esto es cine para matar el rato, de ese que igualmente puedes esperar a que la pongan por la tele y combinarla con siesta y digestión.

No creo que interese para nada a los miembros del Clan de los Orcos y tampoco creo que sea el tipo de película que van a ver los sub-intelectuales con GafaPasta. Se puede ver cuando la den por la tele.