Los odiosos ocho – The Hateful Eight


Cuando somos fans de un director nos cuesta un montón darles de lado una vez dejan de estar alineados con nosotros. Todos evolucionamos y aunque lo intentamos, no siempre vamos en la misma dirección y eso lo he notado y mucho con el cine de Quentin Tarantino, director que tenía en el altar con los grandes y cuyas tres últimas películas lo han bajado del mismo. Tenemos que retroceder hasta el año 2009 para mi primer disgusto con él en la terrible y patética Inglourious Basterds – Malditos bastardos, película de la que me niego a discutir con cualquiera que no la haya visto en versión original ya que al parecer la hizo porque le fascinaba escuchar a gente hablando en idiomas distintos al inglés. Sin ser tan mala, tampoco salí del cine muy impresionado con Django desencadenado – Django Unchained y para rematarlo, ya en el trailer de la película que voy a comentar hoy notaba que aquello olía a paquete. Se trata de The Hateful Eight y se estrena en España la semana que viene con el título de Los odiosos ocho.

Un puñado de julays juegan al Cluedo sin ilusión ni fantasía

Un pollaboba va en una diligencia con una penca a la que entregará en un populacho para que la ahorquen y así ganar un dinero. En su camino se cruza un negro que también es un cazarecompensas y se les une. Después pillan a otro tipo que al parecer es el poli del pueblo al que van y todos juntos llegan a una posada en el camino ya que hay un temporal. Allí hay una serie de gente y en los ratos que pasan juntos, hablarán y se matarán unos a otros.

A mí me la suda que Tarantino sea un maestro componiendo escenas y moviendo la cámara, la historia es un PAQUETE y yo voy al cine para que me cuenten una historia y no para que meneen la cámara. Está dividida en capítulos y el tercero, que debe durar prácticamente una hora, es lo que podríamos definir como UNA PUTA MIERDA DEL COPÓN. Están en la pensión y todo es como una especie de obra de teatro de las malas, con los actores actuando en un teatro, no delante de una cámara de cine y sin que pase absolutamente nada. Lo mismo sucede en algún otro capítulo. El cuarto lo podrían haber reducido a la mitad y si me hubieran dado a mi las tijeras, la película habría adelgazado desde las casi dos horas y cuartenta y cinco minutos a poco menos de noventa. El tedio de los diálogos estúpidos se une el que nunca llegamos a saber quién es el protagonista, no está claro si nos cuentan la historia de la pollaboba que no sabemos por qué quieren colgar o nos tratan de vender la historia del tipo que la capturó o la del negro. No hay nada definido, no hay fluidez narrativa alguna y el exceso de escenas en la posada (prácticamente el noventa por ciento de la película) agota al espectador. En el tramo final tenemos violencia excesiva, visualmente molesta y gratuita que no aporta nada y no ayuda a mejorar el relato. Ver como le vuelan la cabeza a un chamo con un rifle con todo detalle y como los cachos de su cabeza le caen a otros no sirve para contar una historia, es sencillamente, gore. De los actores, decir que Samuel L. Jackson hace el peor papel de los últimos años, Jennifer Jason Leigh está confirmadamente patética, sobreactúa y quizás no se llegó a enterar que no estaban rodando una película de una payasa de teatro y Michael Madsen me provocaba arcadas de lo mal que lo hacía. En fin, que la película no vale para mucho. Incluso la banda sonora de Ennio Morricone acaba por cansar de tantas horas que dura.

Tres horas de cine con cerca de dos horas en las que no pasa nada puede matar a cualquier miembro del Clan de los Orcos o provocar una estampida y hacer que destruyan el cine. Tampoco creo que valga para los sub-intelectuales de GafaPasta. Seguramente esto es solo para los fans del cine mediocre y de ese director.


4 respuestas a “Los odiosos ocho – The Hateful Eight”

  1. Lo del encierro en la posada donde las cosas acaban fatal no tiene recuerdos vagos de Reservoir dogs?