Esta fue la única película que vi durante el tramo del año 2024 en el que estuve en Gran Canaria porque no hubo estrenos españoles y aproveché para ir un día en el que la ponían en versión original, que yo lo de los mediocres doblajes a otras lenguas ya lo tolero poquísimo, además que hay cinco voces, quizás seis y siempre estás oyendo las mismas. A ver si llega pronto la inteligencia artificial a ese mundillo para que las voces dobladas suenen idénticas a las de los actores originales. La película se titula The Holdovers y en España se estrenó como Los que se quedan.

Un julay pajero le toca los mondongos al profe.

Tenemos que en un internado, la madre de uno de los pavos lo deja tirado durante las navidades y asignan a un profesor cascarrabias cuidar a los que se quedan, que en principio eran unos cuantos más hasta que el padre de uno de ellos se apiadó y se llevó a los otros. El pavo y el profesor se odian pero poco a poco van descubriendo que son bastante similares, los dos como bichos raros. El trío lo completa una empleada del internado que está de luto porque su hijo era soldado y murió en alguna de las guerras gringas. Los tres pasarán unas navidades increíbles y llegarán a encariñarse unos con otros, pero sin chimpún.

De alguna manera este drama termina calando en uno y al final te identificas con los tres protagonistas, aunque en mi caso más con el joven que con los viejunos porque yo tengo el síndrome de Peter Pan. La película tiene una pinta a cine de los setenta que no veas, hasta en los colores y en la granularidad de las imágenes y está fantásticamente dirigida, pero lo más alucinante es ver a un Paul Giamatti, que está fabuloso, es increíble. No conocía a Da’Vine Joy Randolph o al menos no la recuerdo, pero lo hace muy bien como la madre que llora la muerte de su hijo y que al igual que el profesor, es alcohólica conocida, que esos están bebiendo todo el día. El chaval Dominic Sessa, promete y habrá que vigilarlo, consigue sacar su papel de chaval con madre que pasa de él y padre que no se sabe si murió o no y al mismo tiempo, rebelde y posiblemente condenado a acabar fuera del sistema educativo y como carne de cañón para la guerra del Vietnam. En el momento en el que se quedan los tres solos y ya no hay más secundarios, la película gana un montón y cuando se van de viaje a Boston se vuelve fabulosa. No me esperaba algo así.

Esto se lo pones a un miembro del Clan de los Orcos y le da un jamacullo. Absolutamente recomendado para todos los sub-intelectuales con GafaPasta.