Have you confessed?
Ya he contado como llegamos hasta aquí así que pasaremos al grano más o menos directamente. El concierto comenzó con una hora de retraso con lo que tuvimos tiempo más que suficiente para pensar en los grandes misterios de la vida y resolverlos con matrícula de honor.
La energía fluye en el universo y se transforma grácilmente y eso es lo que sucedió la noche del lunes. Estás allí preparándote para uno de los grandes eventos de tu vida y en un segundo se apagan las luces del estadio Amsterdam ArenA y comienza la música.
Sentado al lado de Dani había un italiano que cuando la oscuridad cubrió el estadio y aún sin que sonara la música ya estaba al borde de las lágrimas. Eso es lo que se llama un fan y en aquel lugar y momento de la historia del universo, allí estábamos cincuenta mil de esos.
Con los primeros acordes aparece una enorme bola de discoteca que desciende hacia una pasarela mientras por detrás, en una pantalla cilíndrica galopan caballos. La canción que abre el espectáculo es Future Lovers mezclada con I feel love de Donna Summers. La bola de discoteca llega hasta la plataforma, se despliega y de su interior sale una diosa, una mujer que está por encima de todas las mujeres, una reina, emperatriz, ama y señora de millones de seguidores. Madonna pisa el escenario y ya no tienes ojos para más nada. Te captura y te sientes impelido a seguirla con la vista, con los oidos y con todos tus sentidos. Ella canta y se mueve mientras a su alrededor todo un despliegue tiene lugar. La realidad se transforma y salimos despedidos hacia su mundo. Cuando acaba continúa con el Get Together, el segundo corte de su último álbum. El escenario se transforma a cada instante y el espectáculo es una pasada. Madonna se mueve de lado a lado, canta, baila y una tropa de caballos saltan por todas las pantallas continuamente. Casi sin descanso nos da la bienvenida a su espectáculo y de la nada surge una especie de potro mecánico metálico sobre el que canta Like a Virgin retorciéndose y haciendo unas piruetas de cuidado. Cuando acaba el estadio se viene abajo, allí aullan hasta los mariquitas. Termina el segmento cantando Jump, el último sencillo del disco y con todo el mundo rendido a la gran reina del Pop.
Como suele suceder en sus conciertos, los interludios son de música y espectáculo y separan segmentos de la obra. Un concierto de Madonna es un espectáculo integral en el que se cuida hasta el último detalle y donde se busca modular al público de formas muy específicas. En este primer cambio hay unos bailarines saltando y brincando en unos entramados metálicos y demostrando que no es que sean buenos sino que son los mejores y por eso están allí. La música nos lleva de la mano y de repente suena algo muy conocido, algo que está grabado a fuego en mi memoria genética, una canción que lleva en mi vida exactamente veinte años y que escuché por primera vez estando en Estados Unidos de vacaciones. El escenario está totalmente a oscuras y lo único que se ilumina es una enorme cruz con cristales y espejos sobre la que está apoyada Madonna, la canción es Live to Tell del True Blue, un álbum que hasta los ignorantones que yo me sé tendrán que reconocer es de lo mejorcito que se ha hecho en los últimos tres siglos y si me apuran un poco, mejor en los dos últimos milenios. Mucho se ha hablado de esta canción y de la blasfemia. Poco se ha dicho que mientras canta detrás de ella se ponen cifras y datos sobre los niños que mueren de SIDA cada año en África y de como nadie hace nada para ayudarlos. Tampoco se comenta que promociona organizaciones que ayudan a esos niños porque eso no es noticia para los fundamentalistas religiosos. Para ellos que mueran uno o dos millones de chiquillos de SIDA no vale una mierda. Para ellos solo importa que MADONNA está profanando un símbolo religioso por usarlo para recaudar dinero para una buena causa. Espero que esos mismos que la critican y la vilipendian sufran en sus carnes lo que los niños a los que ella trata de ayudar. Durante el Live To Tell el italiano lloraba a lágrima viva y yo reconozco que me quedé cerca de las lágrimas. Para suavizar el ambiente continuó con el Forbidden Love del último álbum y tras este vino Isaac posiblemente mi canción favorita de este disco. La cantó el mismo tipo que sale en el CD. Fue algo mágico. Después comenzó a pedir disculpas en un montón de idiomas y el estadio se volvió a venir abajo. Era el momento de Sorry, una canción que ya es un clásico y que perdurará eones en la memoria colectiva. Ella personalmente pidió perdón a su Dios poniéndose de bruces en el suelo haciendo la cruz. Por supuesto la gentuza fundamentalista tampoco tendrá esto en cuenta ya que la han condenado en su particular juicio sumarísimo y pasándose por el forro del culo su supuesta caridad cristiana. Terminó el segmento con el Like it or not bailando por el escenario y disfrutando con la música tanto como nosotros.
El segundo interludio fue un remix del Sorry de nuevo con bailarines y con las pantallas bombardeándonos con imágenes de la diva. Tras este descanso llega el momento de tocar la guitarra y demostrar que pasó con gran aprovechamiento su curso de manejo de la guitarra eléctrica de CCC. Comenzó con una versión del I love New York que jamás podré olvidar. Es por momentos como ese por los que adoro a esa mujer. No es que sea la mejor, es que es ?NICA e irrepetible. Después de dejarme sin aliento y con todas mis chacras alucinando en colores se marcó un Ray of Light con guitarra absolutamente increíble. Cien mil ojos la miraban y ella no permitía que ni uno solo apartara la mirada de ella un solo instante. Además demostró que para una madre con cuarenta y siete años está mucho mejor conservada que la mayor parte de las putetas que acaban de entrar en la treintena que conozco. Siguió cantando el Let it will be que a mí me parece una canción bastante personal. Bailaba y se movía rodeada por sus cantantes y bailarines y parecía no cansarse nunca. Siguió el Drowned World – Substitute por Love del disco Ray of Light en versión pachanguera y bailable. Acabó el segmento con Paradise (not for me) del disco Music. Esta tercera tanda puso el listón tan alto que el concierto podría haber acabado ahí mismo y nos habríamos ido a casa tan contentos.
El tercer interludio fue con patinadores bailando y saltando, haciendo cabriolas sobre las pasarelas con sus patines y convirtiendo lo imposible en real. Nosotros estábamos allí para verlo, fuimos testigos de su magia. Madonna sale a lo Travolta en Fiebre del sábado noche y comienza a bailar el Music Inferno, una versión brutal del Music que levantó hasta a los minusválidos. La bola de discoteca volvía a lucir en todo su esplendor y los watios de luz reventaban retinas por doquier. Aquello era lo más parecido al cielo que pueda haber en la tierra. Nuestros cerebros vibraban al ritmo que marcaba la música al igual que las pelvis, la gente gritaba y enloquecía y en el centro de todo una mujer que sabe como hacerlo. Se iba desprendiendo de ropa todo el tiempo y después de este acelerón nos salió con el Erótica en una de sus múltiples versiones y si creíamos que ya lo habíamos visto todo, estábamos muy equivocados. Madonna baila y baila y canta y corre de un lado del escenario al otro y se ríe y disfruta y nosotros con ella. Después de esto interpretó una versión exótica de la Isla Bonita. A la famosa canción la mezclaron con algún tipo de ritmo caribeño y el resultado fue algo inesperado. Los bailarines corrían y saltaban a su alrededor y el escenario estaba lleno con toda la gente que trabaja para ella. Se siguió quitando ropa y llegamos al Lucky Star, una canción de su primer álbum que es simple y pegadiza. Se dio el gusto de cantarla con la voz en falsete que tenía en aquella época, la misma voz que tantas veces se ha criticado. El escenario se la tragó y tras unos instantes la vomitó en otra parte vestida con zapatos de tacón de aguja, un leotardo ajustadísimo y llegó aquello por lo que todos estábamos esperando. La gente rugía cuando comenzó el Hung Up. Lo coreamos completamente, veías a unos bailando y otros llorando y todos sabíamos que aquel era el número final. De nuevo el escenario estaba completamente lleno, el sistema de iluminación apabullaba, la melodía nos obligaba a movernos y así llegamos al final.
Sí, todo lo bueno se acaba y tendremos que esperar al menos dos años para volver a ver a la reina en gira. YO estaré allí de nuevo. Además pienso apuntarme al club de fans para poder conseguir entradas junto al escenario. La próxima vez que la vea estaré bien cerca. Lo prometo.
Para aquellos que quieran flipar con algunos de los datos de esta gira les sugiero que se den un paseo por la wikipedia y busquen Confessions Tour.
Al final, cuando la reina se ha marchado y quedamos desolados, surge una pregunta en las enormes pantallas:
HAVE YOU CONFESSED?
Yo sí me he confesado durante todo el concierto y salgo del Amsterdam ArenA en paz conmigo mismo y con Dios.
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5 respuestas a “MADONNA – Confessions Tour 2006”
Que Dios te bendiga, hermano, por habernos iluminado sobre la última aparición de nuestra Santa en Holanda. Gracias.
madonna eres la diva de divas que dios te bendiga un abrazo te llevo en mi corazon soy admirador tuyo hace 20 anos te felicito por tus triunfos sigue asi cali colombia
me gustaria tener mas informacion tuya sobre fotos musica todo tu repertorio aun que tengo mas o menos algo gracias
No tengo ninguna foto, ni posters ni nada por el estilo. Me gusta su música y lo que tengo es eso. Todos sus CDs y muchísimos discos de vinilo y los dos últimos conciertos en DVD y algún otro algo más viejo. Tampoco colecciono sus películas.
Madonna es un ser especial, siempre me ha sacado de mis màs obscuras depresiones, dios me privilegió con algo que es de ella, pero por alguna razon lo tengo yo, se trata de SU VOZ. cada vez que me escuchan cantar, todos se quedan voca abierta mirando como, es representada su voz entre mis labios, (acto que realizo, solo para efectos benèficos) … cada vez que estoy deprimida y me escucho, me siento feliz de saber que tengo algo de mi màs grande idolo curiosamente soy de su mismo signo… (leo)
pero debo reconocer que no le llego ni a la cuarta parte de sus huellas, para ser madonna se debe llegar a ser casi un semidios, su gracia, carisma y pasion no tienen comparaciòn con nadie de este planeta…
thank you,