Como en lo relativo al cine los americanos dominan los mercados de occidente, nos tenemos que mamar un montón de películas con eventos en los que los gringos se miran al ombligo y recuerdan trocitos de sus cagadas históricas. Por suerte también son los que tienen más pasta y se gastan más en efectos especiales y así logran películas espectaculares como Deepwater Horizon, la cual vi hace unos dos meses y que parece que por fin llega a la cartelera española la semana que viene con el título de Marea Negra

Unos julays las pasan putas cuando se les incendia la patera en la que curran

En una plataforma petrolífera cerca de la costa gringa, todo el mundo curra que no veas hasta que el invento se escoña cuando la avaricia hizo que se les rompiera el tinglado y allí se monta un fuego espeluznante y tienen que actuar como héroes y villanos para salir con vida del lugar.

Desde siempre lo de irme unos meses a trabajar a una plataforma petrolífera me ha llamado la atención, no se si por el viaje en helicóptero hasta y desde allí o por estar en un entorno hostil durante un periodo considerablemente de tiempo y rodeado de un grupo limitado de julays. En cualquier caso, las plataformas me fascinan y ver como se destruye una y lo que sucedió en ella no me quita las ganas de cumplir esa pesadilla. La historia es conocida y aquí lo que vemos son los dramotes personales, hacen que nos encariñemos con gente y después se ensañan con ellos y lo pasamos super-mal en el cine viéndolos sufrir. La historia tiene unas buenas dosis de acción, de fuego y de explosiones y el protagonista corre, salta y hace de todo sin mover un solo músculo de la cara, ya que se trata de Mark Wahlberg o de Matt Damon, que no los distingo y ambos equipados con una carencia total de terminaciones nerviosas en la cara para que no se les estropee el cutis. En este caso no importa porque nos dan igual sus emociones. Gina Rodriguez hace de tonta-del-culo y vamos, si yo soy el que está allí, esa lleva años digerida por los peces del fondo marino del agua del mar porque ni de coña me preocupo por ayudarla. Me gustó mucho también ver a Kurt Russell haciendo de persona ya mayor y no pretendiendo ser un adolescente con acné como lo ponen en muchas ocasiones, que el hombre ya tiene sesenta y cinco tacos y por mucho que lo planchen, se le notan. Es cine de desgracias, en este caso no natural sino creada, alimentada y desarrollada por humanos y está bien hecho.

Me puedo ver con todos los miembros del Clan de los Orcos en el cine pasándomelo bien. Totalmente vetada para sub-intelectuales con GafaPasta.