Si alguno cree que tengo una obsesión enfermiza con el tiempo y los récords que se rompen, pues va a tener razón porque la tengo, que por algo, soy pasajero en esta nave llamada Planeta Tierra y tengo claro que las cosas van de mal en peor y la culpa de gran parte de todo la tienen los culocochistas, que no los vamos a mentar por la extrema sensibilidad que tienen, bueno ellos y todos los países del tercer mundo y hasta del cuarto que contaminan a destajo, queman carbón con gusto y neutralizan cualquier esfuerzo que hagamos nosotros, como por ejemplo, China y la India, que mientras esos pasen de todo, no cambiará nada. Ya había dicho que junio venía fuerte en lo de establecerse en la clasificación y al final consiguió sin mucho esfuerzo ser el mes más cálido y soleado en los Países Bajos de los últimos ciento veintidós años, que por aquí seguramente solo el Ancestral recuerda aquel horrendo 1901.

Partiendo que en los Países Bajos, con el frío que se espera siempre, definieron los días de verano como esos en los que la temperatura sube de los veinte grados, durante el mes de junio hubo dieciséis, más de la mitad de los días del mes y hubo dos días tropicales, que es cuando la temperatura sube de los veinticinco grados. Yo pienso que en menos de cinco años, subirán los días de verano a los veinticinco grados y los tropicales a los treinta o simplemente, tendremos todos los días del mes de junio garantizados como de verano y con la posibilidad de un buen puñado de tropicales. Con tanto día de sol y sin nubes, la cantidad de horas de sol a piñón durante el mes fue de trescientas cuarenta, que equivalen a más de catorce días con sus veinticuatro horas con el sol sin apagarse y eso lo conseguimos porque en esta época del año, el alba sucede antes de las cuatro y media de la mañana y el crepúsculo después de las once de la noche, que es que prácticamente no hemos tenido oscuridad y como no había nubes, era un sin vivir de luz, salvo para los que tienen paneles solares y ven como producen tanto que ya la red se niega a recoger su energía y no consiguen dinero a cambio de lo que producen, que tienen que consumir ellos mismos o es energía que se está perdiendo.

Por supuesto, tanto sol, tanta luz y tanto calor, trajo una sequía. Nos cayeron veintitrés milímetros de agua en todo el mes cuando esperábamos sesenta y seis, o sea, una tercera parte. El césped regresó al amarillo y dejó de crecer, muchos árboles matan sus frutos porque no encuentran agua y los hay que hasta deciden adelantar el otoño y dormirse porque si no morirán.

Esto es solo los previos. Llegaremos a los veranos con cuarenta grados en los Países Bajos y con sesenta grados en España. Es lo que hay.