Megalodón – The Meg


En los últimos años hemos tenido una purriada de películas de bestias que atacan a julays como tú y como aquel, que no como yo por mi obvia superioridad. Ya he perdido la cuenta de cuantos dinosaurios o alimañas extraterrestres han venido a la tierra y con los tiburones, más de lo mismo, es que no dejan de salir películas con tiburones atacando a la basca y hoy tenemos otra más, solo que rizan el pendejo y se salen con unos tiburones ancestrales y supuestamente extinguidos. La película que logra esto se titula The Meg y en España se estrenó hace un par de semanas con el título de Megalodón, que suena a grupo musical con al menos tres putillas meneando unas nalgas exageradamente grandes y con pezones como huevos fritos.

Un julay tiene que extinguir a un montón de bestias ya extinguidas o algo así pero con chimpún

Resulta que el chino kudeiro ha construido una especie de base submarina de cristal o plástico del caro fastuosa y esplendorosa y que esto va a ser lo más de lo más. Mandan un submarino al fondo marino del agua del mar porque tienen una teoría de que debajo del fondo hay más mar, que casualmente, el fondo es como lefa de ballena endurecida y que tras esto hay todo un mundo nuevo de cosas que no se extinguieron o que son diferentes o así y la cosa es que sale muy mal y tienen que llamar a un cacho de carne calvo con ojos para que les saque la papeleta y después, para que luche contra la bestia que se escapó de la zona protegida por la lefa y ha subido a la superficie para correrse unas vacaciones épicas y legendarias.

Esto es una estupidez de proporciones épicas. Te ponen un montón de tecnología de última y penúltima generación y después, a sacar monstruos generados por ordenador y todo el mundo a gritar. Por suerte la vi en el DosDé porque me niego a ponerme gafas para algo que no requiere de la posesión de neuronas en el cerebro. Es una película absurda de serie B pero con presupuesto, algo más propio de televisión, con unos diálogos que pueden provocar hurticaria y con tal secuencia de gilipolleces que si eres alérgico, acabarás en un hospital en la sala de cuidados intensivos. Jason Statham hace de Jason Statham, ya que pretender que fue capaz de actuar es mentir. Se limita a lucir el palmito, correr y una y otra vez, ser más y mejor que unas bestias gigantescas, porque al final no hay una, hay más. El nivel de polladas va in crescendo y el final es épicamente épico. Sale una playa en Asia que es, sin lugar a duda, la definición del infierno, con miles y miles de personas en el agua con flotadores, sin espacio para uno que quiera nadar. Aquello no es una playa, es una MIELDA pinchada en un palo. En fin, para ver en la tele.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, esto se hizo pensando en ti, en tu hembra y en las bestezuelas que estáis criando. Si eres un sub-intelectual con GafaPasta y te pillan en el cine viéndola, pierdes las gafas para el resto de tu vida.


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