My Bloody Valentine – San Valentín sangriento 3D


Recuerdo cuando de pequeño iba al cine a ver películas en 3D y nos daban aquellas gafas horribles con las que salías de la película con dolor de cabeza y comentando con los amigos las cosas alucinantes que habían pasado. También recuerdo cuando vi en los Estados Unidos Jaws 3D, la tercera parte de tiburon y aluciné. A lo largo de los años he visto casi todo lo que ha aparecido en cartelera en tres dimensiones, primero con esas gafas con un plástico azul y el otro rojo y luego con las más sofisticadas que se usan hoy en día y que polarizan lo que vemos de alguna manera mística e increíble. Por eso, cuando se estrenó My Bloody Valentine y leí que era en 3D, llamé a mi amigo el Niño y lo convencí para ir a verla, ya que al cine en 3D hay que ir acompañado para disfrutarlo más. Alucinamos. La película se ha estrenado en España en Septiembre con el título de San Valentín sangriento 3D.

Un julay vuelve al pueblo del que salió diez años antes tras un encontronazo con un travelo asqueroso y se vuelve a topar con la misma reinona solo que ahora es más fea

Una fiesta en una mina acaba en desastre cuando un chiflado asesino mata a unos cuantos jóvenes. Diez años más tarde, el hijo del dueño de esa mina vuelve al pueblo a venderla y nada más llegar, el fantasma del asesino que todos creían muerto comienza de nuevo a liquidar gente y ahora parece dispuesto a terminar lo que no pudo hacer una década antes.

En el cine en 3D, las cosas han de salir de la pantalla y ponerse delante de tu nariz. Todo eso y más sucede en esta película. El más que acabo de nombrar es eso que todos hemos deseado ver en alguna ocasión, un poquito de mete-saca en 3D, unas tetas que salen de la pantalla y cobran esa tercera dimensión tan fascinante y todo esto lo vemos y flipamos y alucinamos y aullamos y casi nos lanzamos a aplaudir porque da igual que la trama sea floja y que el remake no haga nada por mejorarla, hay tetas y las vemos en 3D. Una auténtica pasada, estirábamos las manos para colgarnos de aquellos dos tremendos tetorros que nos llamaban desde unos centímetros y que parecían tan reales. Además, por si esto no fue bastante, tuvimos litros y más litros de sangre, cuchilladas, hachazos, persecuciones y todo tipo de muertes violentas. Una carnicería de esas que se recuerdan y en la que los que van a morir no nos aburren con reflexiones mierdosas y diálogos estúpidos. Se ponen delante del hacha y salen por patas hasta que los alcanza su destino y pasan a mejor vida. Absolutamente genial. Nos lo pasamos pipa, que era de lo que se trataba, tuvimos un montón de sustos y salimos del cine con una sonrisa de oreja a oreja.

Toda una sorpresa y una experiencia fantástica. Absolutamente recomendada para todos los que saben apreciar una peli de terror con jóvenes dispuestos a morir a la primera.

08/10


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