No ha cambiado nada


Los últimos días han sido una carrera desenfrenada hacia el infierno, con temperaturas que jamás se vieron tan al norte de Europa. El miércoles, el récord de la temperatura más alta jamás medida en los Países Bajos, un récord que ese día cumplía los VEINTISIETE MIL TRESCIENTOS SESENTA Y TRES días, ya que había sucedido en agosto del 1944, y que estaba en treinta y ocho grados y seis décimas fue reventado por uno de treinta y nueve grados y tres décimas en la ciudad de Eindhoven y el jueves, el nuevo récord fue destrozado por otro de cuarenta grados y siete décimas en un lugar llamado Gilze Rijen. Al ladito de mi casa, en donde está la sede del instituto de meteorología y artes mágicas, también se reventaron los récords y la temperatura que se alcanzó ayer fue de treinta y siete grados. Como todas las estadísticas holandesas se hacen en base a ese punto, esa es la nueva temperatura máxima oficial a nivel nacional. Por la noche, disfrutamos con la noche más cálida que ha habido desde que se tienen noticias, con veintidós grados y nueve décimas en el momento más fresco, subiendo en medio grado el récord del año pasado. El dato más preocupante y que confirma la tendencia es que este año han habido once récords por de incremento de la temperatura y ni uno solo por temperaturas bajas y si nos centramos en el siglo XXI (equis-equis-palito), la proporción actual es de ocho récords de temperaturas altas por cada récord de temperatura baja y a este ritmo, la distancia se duplicará en un par de años. En las empresas estamos descubriendo que la máquinaria no puede con esto y en algunos edificios, se rompe cuando afuera hay más de treinta y cinco grados. En el nuestro, lo máximo que puede hacer es reducir la temperatura interior en diez grados respecto al exterior. Tenemos un montón de puentes en los que el metal se ha dilatado y no se pueden cerrar (o abrir) y ha habido problemas con los trenes. En los lagos interiores del país se ha prohibido el baño en muchos de ellos por las algas azules, que ya los han invadido. La temperatura del agua en muchos de esos lagos está por encima de los treinta grados.

Mañana nos han prometido que las temperaturas bajarán hasta los veinticinco grados, que en cualquier otra época del año nos parecería como una salvajada y mucho calor pero ahora mismo eso es prácticamente para ponerte una chaquetita del frío tan grande que habrá.


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