Nuestro fracaso


Yo soy de los que han acabado convencidos que ya está todo escrito y cuando se nos ocurre alguna idea nueva, por más que nos pese, no lo es, la tuvo alguien anteriormente y hasta es más que probable que haya libros sobre el tema. Pese a saberlo, no dejo de maravillarme con las estúpidas conclusiones que entran en mi cabezón de cuando en cuando. La semana pasada, la tercera y última película que fui a ver al cine era una holandesa. Hasta ahí nada raro. Me mosqueó un poco que hubiese bastante gente esperando a la entrada de la sala y que predominaran los adolescentes y pre-adolescentes. Por aquí no voy a hablar de la película ya que tendrá su propia anotación.  La acción transcurre en las colonias holandesas, que fue lo que desató este absurdo hilo argumental.

Los holandeses como sociedad están súper-hiper-mega-avanzados, tenemos de todo y de sobrarnos algo, es marroquíes y musulmanes. Por lo demás, la segunda mitad del siglo XX (equis-equis) y los primeros diecisiete años del XXI (equis-equis-palito) han sido fabulosos y cuando uno se mueve por el país, sabe que está en el primer mundo. Tenemos un transporte público de requetequeteque escándalo, trabajo en abundancia y un país que ha sabido domar a la naturaleza. Los vecinos alemanes, los belgas, los franceses, los ingleses, los nórdicos, los del suroeste de Europa, todos parece que avanzamos en la misma onda, con diferencias pero siempre en sintonía. 

Durante siglos, Europa no se cansó de colonizar países fuera del continente. Unos tiraron para Africa, otros para Asia, otros para el norte de América y otros para el sur de América. Llegamos a todos esos lugares y lo intentamos todo, los tratamos de convertir a nuestra onda o simplemente matamos a los locales y los reemplazamos por otros. Nada parece haber funcionado. Mirando la película, rodada en Surinám, uno ve la misma miseria que en cualquier otro país de la zona. La diferencia es que ahí no fuimos los españoles, fueron los holandeses y fracasaron igual que nosotros, igual que los franceses y que todos los demás que llegaron allí. En África es más de lo mismo, ni siquiera Sudáfrica se puede considerar un éxito. Hemos evolucionado hacia unas sociedades maravillosas y a las que ahora todos ellos se quieren venir pero nuestros intentos en sus tierras fueron mayormente anulados por ellos mismos. En resumen, fracasamos y ahora nos enfrentamos a un escenario en el que todos quieren entrar a Europa pero no para abrazar la cultura de las sociedades europeas, lo que quieren es mamar del bote y hundir esa sociedad, llevarla a su destrucción. Fallamos en el momento de la colonización y fallamos después, una y otra vez. Me apuesto los pelos de los güevos que si concentramos todo nuestro dinero en un solo país de esos y lo ayudamos para ponerlo al nivel de Alemania u Holanda, en los doce meses siguientes a nuestra desconección del mismo se autodestruirá y todo se irá a la mierda. No es un problema nuestro, es de ellos y no sé si tendrá solución. Al menos yo no la veo. 

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2 respuestas a “Nuestro fracaso”

  1. El problema de esos países es simple, pero complejo. La corrupción es el principal, (así nos ve en España, no tan bien como por el norte), la educación y no me refiero a saber leer y escribir, que ya sería mucho, sino tener conciencia social y respeto con la ley y los demás.

    El otro gran problema es nuestra injerencia en su política. El caso más claro, al menos que yo conozca, es Costa de Marfil y los diamantes de sangre.

  2. Uf compadre, te has metido en un jardín bien difícil, mejor paso de largo, no tengo ganas de currar…jajaja
    Salud