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  • El post-cursillo

    8 de febrero de 2024

    Obviamente, esta es la continuación de aquello que comencé en El cursillo, pero vamos, que si no te has enterado, no hay nada que yo pueda o quiera hacer para remediarlo. Tenemos que hice tres días de curso ondeline y me examinaron y contra todos los pronósticos, aprobé y en enero, al final de enero, un amarillo del país del sol caguiente viajó a la vieja Europa para la segunda parte, que constaba de muchas reuniones, de una auditoría a un suministrador en la que yo miraría a los maestros laburando, de una segunda auditoría y de un curso de tres horas relacionado con el tema.

    Ya de entrada, yo me escaqueé de la segunda auditoría porque dos son demasiadas. También eludí muchas de las reuniones trabajando desde mi keli, que los amarillos son más de reuniones en vivo y al no estar allí de corpore insepulto, como que se olvidaban de mí. Después vino un significativo problema logístico. Resultó que empezaron a apilar gente para ir a la auditoría y finalmente éramos seis y el carro que alquilaron era de cinco, así que yo me ofrecí como cordero de sacrificio a ir desde mi keli en transporte público, algo que me interesaba porque el suministrador está a dos horas de mi kli o de la oficina y si volvía allí, en realidad tardaría tres horas en regresar. Primero teníamos una reunión para preparar el evento entre los seis y después de eso comencé mi desplazamiento, que me llevaba desde Utrecht hasta Enschede, ciudad en el recarajo neerlandés y que básicamente está a las puertas de Alemania. Primero iba en un tren intercity hasta Hengelo, y allí cambiaba a un tren local. Resultó que mi tren acumuló unos minutos de retraso y el cambio, para el que tenía seis minutos, se convirtió en carrera sin tiempo y en el mismo andén había dos trenes locales que iban a sitios diferentes y por la ley de Murphy, me subí en el equivocado, que iba hacia el noreste y yo debía tomar el que se movía hacia el sureste. En la siguiente parada me bajé y por allí pasa un tren cada media hora, así que busqué una parada de guaguas y regresé a la estación de Hengelo en guagua y esta vez me puse en el lugar adecuado para el tren. Cuatro minutos después de salir me dejó en Enschede Kennispark y allí me recogió el colega que llevaba el carro, aunque el suministrador estaba a diez minutos andando y podía haber hecho el kilómetro a pata. Lo de la auditoría fue un paripé, es mucho de tomar café y contar mentiras y como nosotros éramos seis, ellos metieron en el cuarto a ocho julays y acabamos con catorce julays perdiendo el tiempo durante tres horas y puedo confirmar y confirmo que no aprendí nada sobre como realizar auditorías. A las cuatro de la tarde, el colega me llevó de vuelta a la estación y de allí pillé el tren inverso hasta Hengelo y desde allí enganché en el intercity que me llevaría a Utrecht. El viaje iba bien hasta que nos paramos en una estación y el chofer nos dijo que íbamos a estar allí parados un gran rato porque él y el billetero se iban y los que los sustituían estaban atrapados en otro tren en otro lugar del país porque habían visto a alguien caminando sobre las vías y habían parado la circulación de los trenes. Lo del cambio en estaciones de los chamos es algo que está en su plan social y la empresa y los ciudadanos (exceptuando, obviamente, a podemitas, truscolanes y suciolistas) llevamos demandando que lo quiten porque solo añade retrasos. La excusa que dan los empleados es que si hacen una ruta en ida y vuelta (una o varias veces por día), se aburrirían y eso llevaría a accidentes y el que lo proclama, te lo dice mientras mira su telefonino y no te mira a los ojos. Cuando por fin encontraron a otros dos para sustituir a los que faltaban, después tuvieron que encontrar un hueco para nuestro tren entre los otros y vamos, que llegué a Utrecht con veintinueve minutos de retraso.

    Al día siguiente fui a la oficina para el curso de tres horas, en el que no aprendí nada, el amarillo habló y habló y habló y nos dijo que teníamos que hacer un examen en nuestra keli y mandarle los resultados para evaluarnos. Yo volví a responder mal a todo. Al día siguiente tenían la segunda auditoría, de la que escapé porque iba a Alemania con mi jefe, pero ese viaje se canceló y yo me quedé calladito para que no me metieran en la otra. El viernes teníamos el cierre de la semana, con más reuniones aburridas y con el amarillo diciéndonos que tenemos que hacer lo que él dice y mi jefe diciéndole que haremos lo que nos dicen las leyes europedas y no lo que pretende un ignorante y bárbaro que ni siquiera las conoce. Cuando le pregunté si había superado el segundo examen me dijo que pol favol, espela y vamos, que han pasado dos semanas y sigo espelando y hoy por ejemplo una pava pretendía que labure en el tema y le dije que yo no estoy oficialmente titulado y que por más que no me duela, no pienso hacer nada sin la titulación necesaria y la bendición de mi jefe.

  • Guraidhoo Corner 1, duodécimo día

    7 de febrero de 2024

    Con gran desazón y sufrimiento tengo que anunciar y anuncio que llegamos al duodécimo y ÚLTIMO día de buceo en las Maldivas y en el que hice una y solo una inmersión, ya que acababa a las nueve y volaba el día siguiente a las diez de la mañana, con lo que tenía veintinco horas antes del vuelo, una más de las demandadas, aunque en el curso de buceo te dicen que son dieciocho, pero es que esto de los números de horas se basa en imaginación y fantasía en plan conservador porque nadie ha hecho pruebas salvo el ejército gringo hace décadas y llegaron a esos números después de matar a un buen puñado de soldados voluntario. La buena noticia es que de esta inmersión me han salido cuatro vídeos con lo que esta semana veremos la mitad y la semana que viene la otra mitad. La música es del fabuloso y fantástico compositor John William, concretamente la canción Rey’s Theme de la película Star Wars: El despertar de la fuerza – Star Wars: The Force Awakens

    Comenzamos avanzando hacia la esquina, como siempre que hemos visto en esta inmersión. Después de quince segundos o así aparece un tiburón de punta de aleta blanca y vemos un águila marina volando sobre nosotros. Durante gran parte de la duración de este vídeo, parece que solo hay azul pero ahí tenemos un águila marina y un tiburón, solo que no se acercaban y cuesta verlos. Seguro que llegarán mejores momentos en los tres siguientes vídeos.

  • El cursillo

    6 de febrero de 2024

    Estoy casi convencido que en realidad no quise hablar nunca de cierto curso que hice al final de noviembre y que tenía una segunda parte en enero, así que rebobinamos en el tiempo, que de siempre se dijo que cualquier tiempo pasado fue mejor y nos ponemos al final de noviembre, momento en el que durante tres días, me castigaron con un curso ondeline de tres días, que fue un viacrucis, escuchando a un chino con un inglés malísimo hablar y hablar y hablar durante tres horas seguidas sin descanso y yo sin enterarme de mucho de lo que decía, bueno, ni yo, ni los otros, que eran un turco que trabaja en la fábrica y tres italianos que trabajan en otra fábrica que hay por allí. El primer día, después de tres horas de curso, aún no habíamos llegado al tema, que se supone que nos quieren convertir en auditores mágicos, místicos y esperpénticos, con poderes embutidos e imbuidos para analizar las medias verdades o las medias mentiras de nuestros suministradores cuando hablan de coñas químicas y medioambientales, que como bien saben los culocochistas, es mi especialidad, ya que ambos me siguen por el linqueIN y flipan con esas anotaciones tan espectaculares que pongo por allí acompañadas, por supuestísimo, con vídeos de buceo, que tanto gustan a la basca.

    Regresando al tema, después de un primer día perdido, en el segundo día, por fin hablaron, aunque poquísimo, de lo de las auditorías, pero poquísimo, lo cual me mosqueó porque supuestamente, al final de esta coña no marinera, yo acabaría siendo un auditor, que según la RAE es el julay que realiza auditorías. En el tercer día, me enteré de que la mitad del tiempo del curso era para un examen alucinante en el que demostrabas tu conocimiento de auditor y en la otra mitad, hablaron de las auditorías y hasta sugieren como pensar en el concepto de una manera abstracta. Yo ya flipaba con el chino aquel y cuando nos mandaron el examen, respondí lo peor que pude, confiando en tener al menos un muy deficiente, que era la nota que me merecía, hice el examen, lo envié y unos días después me dan tremendo disgusto y me dicen a mí y al otro que hemos aprobado, algo que ninguno de los dos comprende porque en algunas de las preguntas nuestras respuestas eran opuestas y o uno acertó, o el otro, pero nunca, nunca, nunca, nunca jamás, los dos a la vez. Con el tremendo disgusto del aprobado, nos informaron que la siguiente fase sería una visita del gran auditor, un amarillo del país del sol caguiente, que nos acompañaría a visitar algunos suministradores para auditarlos insitu y darles tremendo disgusto y tras esas visitas y tres, repito, TRES, tripito, T-R-E-S horas adicionales de curso, obtendríamos ese precioso y facineroso título que nos presentaría como auditores sacrosantos investidos por la suprema autoridad.

    Después de que regresé a África para las cuatro semanas que pasé en Gran Canaria, hubo un mercadeo intenso de correos electrónicos y finalmente fijaron la última semana de enero como el momento en el que el bendecido amarillo vendría a Europa a iluminarnos con su sabiduría. Aquí todo está muy relacionado y esa visita me jodió mi tradicional viaje a Málaga de fin de enero, que finalmente realicé una semana después, pero esa es otra historia.

  • Kandooma Thila, undécimo día

    5 de febrero de 2024

    Llegamos a la tercera inmersión del día en Dhandi Giri y esta es la penúltima antes de acabar la gigantesca serie de las Maldivas 2023. Gracias a la poca visibilidad, en esta solo tenemos un vídeo. La música sigue siendo del majestuoso compositor John William, el tema Remembering Munich de la película Munich.

    Comenzamos directamente con un águila marina volando y miles y miles de trillones de peces. Vamos acercándonos a la zona en la que suelen estar los tiburones y por el camino vemos un montón de vida diminuta. En el primer minuto tenemos un águila marina, preciosa, volando justo por debajo de nosotros. Esos animales son increíbles. Mantiene la posición sin esfuerzo mientras bancos de peces pequeños están entre ella y nosotros. La escena es espectacular. Sobre el segundo minuto vemos varios tiburones, aunque al ser menor la visibilidad, cuesta un poco. A los tres minutos y medio aparece otra fabulosa águila marina planeando. Pasados los cuatro minutos tenemos una tortuga que viene hacia nosotros y con ella acabamos.

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