
Hoy tenemos una peli que ha tenido un estreno super-hiper-mega limitado y no será hasta la semana de los Oscars cuando la pondrán en Utrecht en tres únicas sesiones, con lo que la fui a ver a la filmoteca en Ámsterdam, que parece ser el único sitio en el que la dan regularmente. Tiene una purriada de nominaciones a los Oscars y el trailer hasta la hace parecer muy interesante y viene envuelta en las habladurías por todo el sexo que aparece en la misma. La película se titula Poor Things y en España se estrenó en enero como Pobres criaturas y obviamente, no se refieren a las ratas sucias y zarrapastrosas de los truscolanes, podemitas y suciolistas.
Una julay subnormal recorre el mundo y chinga que no veas.
Tenemos que un friki que supuestamente es científico y hace hasta trasplantes de cerebro en un laboratorio hediondo ha creado a una pava con un cuerpo decente y menos sesos que un truscolán y la pava va aprendiendo cosas o algo así y conoce a un pavo y un día decide irse con el pavo por el mundo y chingar con él. La pava regala toda la pasta del otro y cuando se ven en la pobreza, en París, rompen y ella acaba trabajando en un puticlú y creo que más adelante la viene a buscar su novio acarajotao y regresa a la keli del científico, o algo así.
Esto es mucho de poner muchos decorados y vestuarios de fantasía, pero lo que es la historia, no hay casi ninguna, es flojísima y cuando necesitan llenar más de media hora, la meten en un puticlú francés y venga a poner tíos entrando en el cuarto de la pelleja a follar. La escena era tan, pero que tan aburrida, que me dormí al menos quince minutos, lo cual lo dice todo para mí sobre esta historia tan laureada por los críticos. Está vacía de contenido y yo, si quiero ver una teta o un chocho peludo, soy lo suficientemente inteligente para saber donde buscarlos y no necesito que los acompañen de una historia fantástica. Al parecer, para que una mujer sea realmente libre, se tiene que prostituir y dejar que se la follen a conciencia, o al menos eso es lo que nos vienen a decir en esta película. Además, es que le ponen a los orcos más desagradables para chingársela. No tengo absolutamente nada bueno que decir sobre Emma Stone, salvo que no será mi candidata en la quiniela y le he terminado cogiendo manía a Mark Ruffalo por gilipollas y a Willem Dafoe por venderse con esto.
Provocará vómitos y odio súbito a los miembros del Clan de los Orcos. Al parecer los sub-intelectuales con GafaPasta la adoran porque por fin han visto un chocho peludo en pantalla.
