Distorsiones

Todos sabemos que para mí el cine es el cine y me da igual si es una película o un documental, siempre y cuando lo pongan en la gran pantalla. El de hoy es un documental neerlandés que probablemente ya ha entrado en el circuito de festivales y que acabará en una o varias plataformas digitales y tales y tales, sobre todo porque no está ligado a ninguna gran productora, lo hicieron unos amigos con la pasta que consiguieron apañar y buscarán recuperar su inversión. Mirando el póster, parece que la lesbiana está intentando emborrachar a la pava de la izquierda para Dios sabe qué pecado mortal.

Un puñado de julays dementes reciben visita de un holandés, sin chimpún.

Por razones que escapan a mi limitada comprensión, un pavo que dice tener veintipocos años, vive en residencias para gente con demencia, entre ellos, que yo para mí eso ya es tan sospechoso o más que un cura pidiendo que le dejen compartir dormitorios con los niños del hospicio. El chamo decide irse de tour por todo el mundo visitando gente con demencia y viendo como en cada se trata el tema en cada país que visita, o algo así.

Lo primero es lo primero. Yo cuando empezó la película me preguntaba si el actor protagonista era en realidad una lesbiana, un travelo, un transexual o un pavo y gracias a Dios que el primer demente con el que habló le hizo la mismísima pregunta y así supimos que es un pavo, que no lo parece pero que para nada y conozco tías que son un cien mil por ciento menos femeninas que el chamo. Con esto resuelto, primero lo vemos interactuando en una residencia o dos neerlandesas y después es una sucesión de visitas a residencias y familias con personas con demencia en al menos cuatro continentes. Vemos como en unos países los encierran a cal y canto, en otros los dejan sueltos para que se pierdan, en otros el sistema pasa y los cuidan sus familiares y así. En cada lugar más o menos obtenemos la respuesta a las mismas preguntas. Como documental, es muy interesante, pero en algunas ocasiones da la impresión que tenían muy poco y forzaron las historias dentro de la película y en otras, estiran el chicle hasta prácticamente romperlo. Aún así, resultó muy amena.

Esto puede provocar el terror más absoluto entre los miembros del Clan de los Orcos, que harán bien evitándola. No estoy muy seguro que funcione entre los sub-intelectuales con GafaPasta, no hay nada cinematográficamente excelente, es simplemente un documental.

Ya es que no hay vergüenza alguna y se ríen del género de terror y cualquier cagada que se encuentran en la calle te dicen que es una película de terror y después pasa lo que pasa. Hace dos semanas los influensers, esa escoria y basura que por un leuro te chupan el cipote no paraban de ensalzar la película que voy a comentar en esta anotación y a día de hoy, esto es un desastre total que los críticos despedazan sin pudor alguno. También puedo confirmar y confirmo que no se oyó un grito de miedo en el cine durante el pase al que fui, en el que había bastante gente y se marcharon todos muy taciturnos. Se trata de Five Nights at Freddy’s y en España al parecer la estrenaron con el mismísimo título porque todo el mundo sabe que la traducción sería truscoluña no es nación.

Un julay bosmongolo se pasa las noches sobando en una mielda de negocio, sin chimpún.

Tenemos a un pollardón enano que se busca un trabajo de securata de noche en una especie de restaurante, parque de atracciones cerrado y va allí cinco días y mayormente él no ve nada pero hay como unos papagüevos de la Palma que se mueven por el lugar y que al parecer matan gente, pero el chamo como que no se entera de nada porque se pega unas sobadas que no veas en el lugar y conoce a una picoleta y vamos, que se le ponen los güevos azules de tanta calentura pero la pava como que pasa de él y sigue más encariñada con sus calabacines.

Esto es una bazofia y básicamente, es un guion escrito pensando en un público de menos de diez años, que son los únicos que igual tienen miedo por algo así. No hay terror, hay unos robots cutrísimos y malísimos que dan lástima y un protagonista que claro, al caerse del coño de su madre al suelo al nacer y darse de cabeza, ya quedó retardado y nunca se recuperó, igual que su hermana, que va por el mismo caminito. La película dura noventa y nueve minutos y le sobran tranquilamente noventa, esto podría haber sido un corto de cinco minutos y no te perderías nada, porque es que no hay nada que contar. Josh Hutcherson tiene que estar desesperado para hacer una cagada de papel así, por no decir que ni jarto de chinchón me creo que sea un chamo de veinte años, que tiene treinta y pico tacos y se le notan. Definitivamente, pasas más miedo en la cola de embarque de un vuelo de bajo costo pensando que van a descubrir que tu equipaje de mano no tiene las medidas apropiadas que con esta historia. Necesitaron a tres retardados para escribir el guion y espero que los hayan declarado como tales para recibir ayudas del gobierno, que cualquier julay con dos neuronas podría haber escrito algo mejor. Tengo que reconocer, sin vergüenza alguna, que ya no me acuerdo del final y eso que la vi hace una semana. Supongo que no murió nadie para poder hacer la segunda parte, que intentaré no ver.

A cualquier miembro del Clan de los Orcos que se le ocurra ir a verla, espero que no se deje el mechero en casa porque la mala leche que se les va a meter dentro hay que sacarla de alguna manera. Ni por error ni por omisión tropezarán en este truño los sub-intelectuales con GafaPasta. Una cagada.