La entrada al Castillo de Praga se hace por un lugar que tiene pinta de todo menos de castillo. Por detrás del edificio se pueden ver las torres de la catedral y a los lados de la puerta hay una guardia de esas con las que a la gente le gusta fotografiarse. Una vez dentro llegamos a un gran patio en el que encontraréis el lugar en el que se pueden comprar las entradas para visitar los diferentes edificios.
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Rábatar
Abrió los ojos tan pronto como fue consciente de que estaba despierto y que los sonidos indicaban que ya estaba llegando a su destino. Se sentía preparado, capaz, resuelto a cumplir la misión que le habían encomendado. Pese a los obstáculos que pusieron en su camino los del Sanedrín Chicharrero lo eligieron a él, un mecánico de coches especializado en tunear portabultos para meter equipos de música dantescos con los que escuchar tan a gustito el Guarretón. Inicialmente debía ser su hermano el que iría, el intelectual de la familia, el único que acabó el bachillerato y consiguió un puesto de reponedor de pasillos en el hipermercado de la Ballena pero cuando les hicieron las pruebas médicas y pese a sus obvias carencias intelectuales, ganó por la mínima, por tan poco como diez millones de nanómetros.
Pese a ser gemelos idénticos, los científicos e intelectuales varios del hospital insular de Gran Canaria no salían de su asombro y no podían creer lo que indicaba su instrumental. Su rabo era diez nanómetros más grande que el de su gemelo idéntico, todo un centímetro que marcaba la diferencia ya que frente a los escasos veintiuno de su hermano, el acometería la compleja tarea con veintidós, o vintidó que es como él lo decía. Se había pasado las dos semanas de entrenamiento repitiendo el número a todo el que lo quisiera oír, tratando de compensar toda una vida de sentirse inferior, relegado al rincón de la lástima por tener un hermano intelectual que una vez casi se leyó un libro. Ahora le tocaba a él.
En su cabeza estaban frescas las instrucciones y el entrenamiento recibido en interminables sesiones. Lo ponían durante horas a leer los mensajes enviados desde móviles a las televisiones locales de la isla durante los programas de noche, o más bien durante vídeos interminables en los que una tía cañón se tocaba unas tetas recauchutadas y que siempre parecían a punto de estallar y mirando hacia la cámara que estaba casi sobre los pezones, gemía sin parar como si estuviera ascendiendo a los cielos y se iba a convertir en la siguiente santa católica en ser canonizada.
Su primera misión tenía dos objetivos. El primero es YOISI, una paraguaya con la chocha caliente que dejó el siguiente mensaje:
Hola me llamo yoisi tengo 22 años, y me dedico a entretenimiento para adultos realisando show para adultos q esten interesado en este tipo de entretenimiento.. Bueno complasco en lo que pidas NO DOY PROVADITAS OK…
y bueno en lo regular utilizo : conzoladores, aceite, bailes, lenseria.. (MASTURVASIONES)Y en el mismo lugar tendría que encargarse también de YOLINDA, la cual dejó un mensaje distinto:
ola soy una nena muy kaliente y soy latina en estos momentos soy nueva en esta ciudad. soy una nena muy atractiba y me encanta follar y q me follen, ademas me encanta chupar poyas prueba mi boca viziosa y vente dentro de ella, me gusta q me tiren la leche en la cara, kulo si te intereso tengo una propuesta interesante para ti amol, estoy a dispocición, te hare vivrar en la cama te comere la poya hasta q se te pongan los huebos asules soy una folladora innata me dicen la deboradora.
Tenía que neutralizarlas usando su Na-Bó, ese arma secreta que escondía tras unos pantalones falsos de marca que compró en el rastrillo por diez euros. Se bajó de la guagua de la línea doce en Jinamar y frente a él se extendía una visión fantástica con las trece promociones de edificios flotantes, las famosas torres dantescas de Jinamar de las que todos hemos oído hablar. En la calle un grupo de niños jugaba a quemar un coche que el padre de alguno de ellos había robado y dejado abandonado la noche anterior aunque no había mucho que quemar porque otros se habían encargado de despiezarlo y extraer todo lo aprovechable. En las ventanas de las torres dantescas de Jinamar, bragas, calzoncillos y ropas de lycra con colores brillantes ondeaban al viento y se impregnaban de aquello que hacía a los Jinameños tan especiales. La central eléctrica de Jinamar, situada a un par de kilómetros, vomitaba incansable toneladas de un polvo mágico que los Jinameños ya llevaban en la sangre desde su nacimiento y los convertía en seres únicos, conectados entre ellos a través de ese enorme árbol de la Vida que es la chimenea de la central y en el que dicen que se guardan los recuerdos de todas las generaciones anteriores de habitantes de aquel agujero sacado del infierno.
Miró hacia las torres dantescas y trató de orientarse. Tenía miedo y no quería contactar con la fauna local así que enfiló hacia la que creía que era su destino, una de color verde mierdoso que parecía querer alejarse de las otras. Por sus paredes escalaban los rateros buscando ventanas abiertas por las que colarse y al local de la planta baja llegaban mujeres con bolsas de comida que les habían dado en Caritas para revendérselas al tendero y así poder comprar más jaco. Fue a tocar el timbre del portero automático pero alguien se lo había llevado junto con la puerta y lo único que tuvo que hacer fue entrar. Yoisi, su primera víctima, lo esperaba en la planta séptima y pese a la aprensión que le dio al ver las puertas del ascensor, decidió que era preferible a siete pisos de escaleras.
En el interior del ascensor los mensajes subliminales llegaban en forma de grafitis:
Digan lo k digan los pelos del koño habrigan
Kon ese kulo, yéname la boca de peos ke kiero morir gediondo mamasita
Hamar sin ser hamao, es komo limpiarse el kulo sin aver kagado
Pulsó el botón de la séptima planta y trató de contener la respiración hasta llegar a su destino ya que el hedor a meados era insufrible. Mientras el ascensor subía, obstáculos que debían encontrarse en su camino lo golpeaban e incrementaban su miedo escénico. Tras lo que le pareció toda una vida, el ascensor se detuvo y la puerta trató de abrirse aunque sin mucho éxito. Pensó que se quedaría encerrado y se lanzó a empujar las puertas hasta que consiguió abrirlas.
Frente a él, el séptimo C, el lugar en el que tendría que demostrar que era la persona indicada para este trabajo. Se acercó, pulsó el botón del timbre y esperó a que le abrieran.
… Continuará
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Vladislavský sál ? Salón de Vladislav
Hace cinco años publicaba en la bitácora una foto del Vladislavský sál ? Salón de Vladislav en la pequeña serie que hice sobre la ciudad de Praga. Hasta el día de hoy sigue siendo mi favorita de todas las que hice en ese viaje. Me gusta el color (o la falta del mismo), la textura, la pareja que está en el centro y los dos curiosos del lado izquierdo. Cinco años más tarde volvemos al mismo lugar y nos lo encontramos completamente distinto. Ahora ya no se puede caminar por el parqué (o lo que quiera que sea) y parecen haber renovado el suelo. Hay mucho más color pero ese inmenso salón de banquetes y coronaciones dentro del Antiguo Palacio Real de Praga sigue teniendo su encanto.
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Met wie proost jij?
Uno de los anuncios que más repiten en los cines en los Países Bajos es de la marca de cerveza Grolsch. En el mismo cuentan la historia de un holandés que se ha hecho famoso haciendo aquello que le gusta y al terminar preguntan: Met wie proost jij? la traducción pachanguera podría ser ¿con quién brindas?
En neerlandés, el verbo brindar tiene un toque a proximidad, a cariño, a complicidad que no parece tener en nuestro idioma. En holandés, cuando brindas, lo haces con gente con la que te apetece estar, no es algo formal y con una sola palabra lanzas varios e intrincados mensajes que se mezclan con el principal, que en mi caso es la celebración de la amistad, de la camaradería, de rodearte de aquella gente que te gusta.
El sábado brindaba con el Niño, el domingo brindaba con el Rubio y su esposa, el lunes brindaba con el Moreno, hoy con la Chinita, mañana con un compañero de mi empresa que ha venido desde España, el jueves con Waiting que se ha dignado a pasar por los Países Bajos, el viernes con un amigo que cumple años, el sábado con el Niño de nuevo y el domingo aún me estoy pensando si acudir al cumpleaños que me han invitado. Cada día de esta semana es una celebración de la amistad, brindando con gentes distintas.
Aunque se puede pensar en tiempos pasados, brindar es un verbo que en holandés prefiere jugar en el presente o en el futuro. No merece la pena enfrascarnos en batallitas de tiempos pasados que dicen que fueron mejores. Hay que disfrutar el presente y confiar en un futuro que por supuesto siempre será mejor, pase lo que pase, con sus buenos y sus malos momentos.
En esa ola de presente que avanza inexorable, ayer dejamos atrás la playa de la mayor feria fotográfica que se celebra anualmente en los Países Bajos. Fui después de trabajar con mi amigo el Moreno y después de ponernos tibios a comer carne en un restaurante griego llegamos al recinto ferial y en la mismísima puerta vimos al Dios de la fotografía digital. Allí, a menos de un metro de nosotros se encontraba Scott Kelby, el hombre que ha ayudado a tanta gente a descubrir que todos podemos, que aunque en nuestro interior no haya un fotógrafo exquisito, con nuestras limitaciones y un poco de ayuda por parte de la tecnología actual lo podemos hacer. Supongo que se sintió hasta incómodo con las miradas que le echamos. Más tarde recorríamos la feria, parándonos en los distintos expositores, hablando con unos, atendiendo a las demostraciones de otros y así se nos pasaron las horas hasta que llegó el momento de marcharse.
Estando en aquel lugar y recibiendo un bombardeo constante de información por parte de todos los comerciales creo que fue el instante en el que decidí que me voy a comprar un estudio fotográfico para poner en mi casa, o más concretamente, un par de focos, con sus paraguas, trípodes y demás para ver si de una vez por todas me tomo más en serio la fotografía de comida y hago alguna foto que merezca la pena. Hoy ya me he pasado un par de horas leyendo lo que otros opinan de los diferentes modelos a los que le he echado el ojo. Mis necesidades no son muchas ya que mis sujetos serán siempre del mismo tipo: comida. Disfruto enormemente decidiendo lo que quiero hacer, preparándola, fotografiándola y posteriormente comiéndomela, ya sea solo o brindando con otros.
Met wie proost jij? Brindo con aquellos que quieren hacerlo, lo hago ahora y lo haré en el futuro, por ejemplo la semana que viene, en Galicia, en donde si ellos quieren, Virtuditas, Jc o Aliena podrán brindar conmigo y con aquellos que me acompañan.