Para acabar la visita a Estambul vemos este panorama con el interior de la mezquita de Rüstem Pa?a y su apabullante exceso de azulejos. No es la mezquita más grande, ni la mejor ubicada pero para mí, es la más bonita. La imagen está compuesta a partir de tres fotos.
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El punto de no retorno
Uno de los conceptos más fascinantes para mí es el del punto de no retorno o Point of no return en inglés, ya que no he encontrado una definición en español del mismo.
Se trata del punto que una vez lo has cruzado, es físicamente imposible volver atrás y has de continuar hacia adelante ya que volver deja de ser una opción. Lo podemos aplicar a un montón de momentos en nuestra vida, encrucijadas en las que has de tomar una decisión crítica y cuando lo has hecho, seguir adelante.
En mi caso, mi punto de no retorno sucedió el año pasado, alrededor de julio. Llegué a los Países Bajos el uno de julio del año 2000, un día lluvioso como todos los de ese mes en aquel año. Fue un aterrizaje suave en una cultura totalmente distinta y en mi maleta venía la determinación de quedarme en este país dos años y volver a casa, a mi país, con mi gente. Me fui aclimatando, le cogí gusto a tener cuatro estaciones, me lo pasaba bien, tenía dinero, viajaba y cuando llegó el mes de julio del año 2002 decidí quedarme un año más. A partir de entonces, cada año, en el mes de julio, me paraba a pensar en lo que había hecho hasta entonces, en aquello que podía ver en mi horizonte y decidía si ya había llegado la hora de volver a España o continuaba un año más. Siempre elegía quedarme en los Países Bajos un año más.
Esta rutina la mantuve hasta el 2008. Cuando llegó mi pequeña evaluación del año pasado me di cuenta que no había nada en el otro lado que me atrajera lo suficiente como para volver. Mi idea de España, mis recuerdos, mis amigos, todas las cosas que había dejado atrás y que formaban el corazón de aquello que hasta ese momento había tirado de mi hacia allá no era capaz de mantener la tensión suficiente como para que quisiese volver. Había cruzado el punto de no retorno, ese que define el lugar a partir del cual es físicamente imposible volver atrás. Ese día asumí que en realidad, mi casa, mis amigos, mi mundo, mi corazón, están en los Países Bajos. Ese fue el día en que decidí acabar de una vez con mis cursos de holandés y comenzar los trámites para adquirir la nacionalidad de este país y renunciar a la española.
Una vez crucé ese punto, las cosas han sido mucho más sencillas ya que no he de luchar contra lo que me pide el cuerpo. Me llama la atención la reacción de los españoles cuando me preguntan por el tiempo que pienso quedarme en los Países Bajos y por mi respuesta de para siempre. Parecen no poder entender la razón que me lleva a abandonar una supuesta calidad de vida que yo no vi nunca por allí y que cada vez que visito el país tampoco veo. Vale que hay mejor clima que aquí pero eso no es suficiente. Si pongo en un lado de la balanza ese mejor clima, que en el caso de las Canarias es una primavera continua y en el otro lado pongo un trabajo genial y relajado, dinero más que suficiente para vivir, viajar y comprarme lo que me apetece, una sociedad en la que no hay que tener rejas en las ventanas, ni alarmas conectadas a centrales, un país por el que te puedes mover de lado a lado usando el transporte público sin problemas y con una frecuencia increíble, una gente que me ha acogido y adoptado y mil cosillas más, la balanza siempre se decanta del lado neerlandés.
Aún recuerdo al cabrón de mi jefe en España, un tirano que exigía un montón de horas más sobre las cuarenta por las que te pagaban y que además de recordarte todos los días que no tenías ni puta idea de nada amenazaba continuamente con ponerte en la puta calle. Sigo recordando el sueldo miserable que tenía como ingeniero y eso que ya en esa época yo cobraba mucho más que un mileurista actual, aún recuerdo la frustración de saber que comprar mi propia casa sería casi un sueño y lo comparo con mi casa actual, dos plantas y ático, cien metros cuadrados de jardín, un vecindario lleno de escuelas y pensado para que la gente viva tranquila y sigo sin ver nada del otro lado que merezca la pena lo suficiente como para volver.
Hace más de un año que crucé ese punto de no retorno y cada vez estoy más cerca de mi destino.
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Mezquita de Rüstem Pa?a – Rüstem Pasha Camii
Las dos últimas fotos de Estambul son de una mezquita pequeña y encantadora escondida entre callejones muy cerca del Bazar de las Especias. Se trata de la Mezquita de Rüstem Pa?a o Rüstem Pasha Camii, a la que se llega subiendo por unas escaleras algo tenebrosas. Está casi por completo recubierta de azulejos de ?znik.
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Matando ratas en esta casa
Este lunes parecía como cualquier otro, con las actividades habituales y demás. Sin embargo a media mañana descubrí algo extraño por aquí, algo oculto. Estaba al final del código de la página, oculto. Ni para mí ni para ninguno de vosotros resultaba aparente pero tenía una intención muy específica.
Alguien había inyectado algún código dentro de mi bitácora para enlazar hacia páginas de spam. A partir de ahí comencé a leer e investigar y aunque lo arreglé, preferí tirar por lo seguro y revisar la casa bien buscando esas ratas asquerosas y matándolas una a una.
Si habéis entrado esta tarde por aquí habréis visto que en ocasiones la página no funcionaba o tenía un aspecto extraño. La razón fue que borré todos los ficheros del WordPress e instalé una copia limpia y después borré la base de datos al completo y la volví a instalar con un nombre distinto para las distintas tablas. La tarea tomó mucho más tiempo del que yo esperaba por culpa de limitaciones en el PHPMyAdmin de mi proveedor, que no permite ficheros de más de 7MB y la base de datos de esta bitácora es de más de 20 MB, así que tuve que partirla en trozos y subirlos uno a uno. Todo lo que puede salir mal siempre tira hacia el desastre y al parecer la copia de respaldo de la base de datos que hice instantes antes de destrozarlo todo tenía entradas repetidas y cada vez que pillaba una se me jodía el proceso y este pequeño contratiempo me obligó a partirlo todo en multitud de ficheros e ir subiéndolos uno a uno. Para cuando acabé, tuve que comenzar a reiniciarlo todo ya que los Widgets se habían desactivado y algunos de los plugins dejaron de funcionar.
Ahora parece que todo va bien aunque aún no estoy seguro. He cambiado los permisos de todos y cada uno de los ficheros y los he restringido bastante. He instalado unos cuantos plugins que estarán en el trastero velando por la seguridad. Uno de ellos se llama Clean Options y busca opciones huérfanas en la base de datos. Otro limita el número de intentos de login por IP y un tercero realiza tareas de revisión de Seguridad.
No hay nada seguro e imagino que tarde o temprano encontrarán otra puerta por la que entrar pero si hay algo que tengo claro es que cada vez que detecte una de esas intrusiones, la neutralizaré. Me gustaría encontrar algún programa que se ejecute en el servidor donde hospedo los ficheros y que controle la modificación de ficheros pero aún no he dado con ninguno. Si alguien sabe de alguno, que deje el nombre en los comentarios y veré si lo puedo instalar.