Yo soy un vendido con las comedias románticas, suelo ir siempre y aunque a alguno le duela, me lo paso bien. Son películas fáciles de digerir y que no suponen un gran desgaste cerebral. En Europa no nos prodigamos demasiado en este género y tener una en cartelera que ha sido producida en Italia es casi un milagro ya que lo normal es exportar dramones del copón y películas de crímenes y lo suave y divertido se deja para el consumo nacional. Estando en España aproveché para ir a ver Ex, una de estas comedias románticas que misteriosamente se estrenan en otros países. En los Países Bajos no se ha estrenado ni es probable que llegue a la cartelera.
Un montón de julays se hacen el cruz-y-raya para volverse a enamorar y poder sufrir más a gustito
Seis parejas distintas entran en la fase esa que nunca vemos en los cines y que transcurre unos años después del fueron felices y comieron perdices. Cada una de ellas tiene problemas distintos pero todos están relacionados ya que el elemento común es la amenaza del final del amor. Unos se divorcian y ninguno quiere quedarse con los niños, a otro le caen las dos hijas después de que la diña su ex, otra pareja se hacen lo imposible por torpedearse en el divorcio, otra que está a punto de casarse se encoña con el cura, unos ponen su amor a prueba cuando a ella la destinan a Nueva Zelanda y la última pareja es más bien un trío ya que el ex amenazará al nuevo novio y le hará la vida imposible.
Con todo esto, tendremos seis barcos navegando por rutas distintas que se entrecruzan continuamente y con saltos de historia en historia cada par de minutos que requieren mantener una cuenta de los diferente dramas. Como suele suceder, unas historias están mejor que otras y son más entretenidas pero por suerte, el cambio continuo hace que incluso las más flojas no resulten agobiantes. Los golpes de humor están bien dosificados y funcionan muy bien. Me recordó en algunos momentos a esas películas de Adriano Celentano que llegaban a España directamente en video y que veíamos en casa de mi abuela en plan cine de barrio.
La mayor parte de los protagonistas me eran completamente desconocidos y aunque no recuerdo a ninguno especialmente, tampoco puedo decir que fueran malos. Hicieron su trabajo y lo hicieron bien, la película funcionó, pasas un buen rato, te ríes en los momentos adecuados y según sales del cine, una hora más tarde ya lo has superado y tienes vagos recuerdos de la historia.
Una comedia entretenida que no pasará a la historia pero que tampoco os hará salir del cine echando pestes.
