Ya he comentado que la sesión fotográfica de amanita muscaria estuvo algo deslucida por el exceso de luz solar. Lo notaréis en la palidez de los colores rojos y en las zonas con sobreexposición. Si hubiera estado nublado el día habría sido perfecto e imágenes como la de este bosque de amanitas lucirían como postales.
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Domingo de fútbol Americano
Si alguien con un poder sobrenatural deseara poner a todos mis amigos en una misma habitación al mismo tiempo, además de tener que mover gente desde varios continentes se sorprendería porque son de todos los colores, razas y edades. El benjamín de ellos es el Niño y es uno de los que más buscan embarcarme en las más exóticas aventuras. En el poco tiempo que hace que nos conocemos hemos vivido ya un par de vidas y nos quedan muchísimas más por quemar.
El chiquillo es de natural deportivo y no se conforma con ser uno de los mejores tenistas holandeses sino que además está loco por el fútbol americano, deporte que practica en el Den Haag Raiders. Algún día igual pongo por aquí una foto que me hizo un día en el que después de trabajar iba a entrenar y tenía el equipo consigo. Aún mejor hubiera sido la foto de uno de los jefillos que pasó en ese momento por la puerta de nuestro despacho y al mirar hacia adentro me vio en plan Transformer tripón.
El Niño ha estado machacándome para que fuera a ver un partido durante meses y al final acordamos que iría a Nijmegen el pasado domingo y de paso aproveché para visitar a mi anterior compañero de despacho, el cual vive allí. Por culpa de labores de mantenimiento tuve que viajar via ‘s Hertogenbosch, ciudad que en español se llama Bolduque y de la que muy posiblemente jamás habéis oído hablar. Quedé en Nijmegen con un antiguo compañero de trabajo para ir a ver el fútbol y juntos llegamos al campo en el que se iba a disputar el partido.
En el tren me preparé leyendo las reglas de este deporte en la Wikipedia porque aunque os cueste creerlo, no tenía ni puta idea de las mismas y el cine americano nunca ha ayudado mucho dada la velocidad a la que transcurren las películas y al hecho de no ser muy didácticas ya que siempre asumen que los espectadores las conocen.
La prueba definitiva de la popularidad de este deporte en Holanda es que en total no debíamos ser más de diez personas los que asistíamos como espectadores. Al menos esto me dio una libertad total para disfrutar haciendo fotografías ya que tenía mucha curiosidad por probar la cámara en fotografía deportiva, haciendo fotos a destajo. En total hice casi novecientas fotos durante las tres horas que duró el partido y de todas esas descarté ochocientas y me quedé con setenta y cinco.
El fútbol americano me pareció aburrido porque es un deporte muy basado en la estrategia y el juego se interrumpe continuamente. Hubo un par de detalles técnicos que ni siquiera llegué a comprender. Después del segundo cuarto aprovechamos el intermedio para tomarnos un café en el bar del complejo deportivo y mientras hablábamos en el bar el camarero escuchó que yo le contaba a mi amigo todo sobre el Bokbierfestival de la semana anterior. El hombre se acercó y nos contó que ?l es el secretario de la organización que organiza el festival y cuando me dijo la cifra que pagan por alquilar el lugar en el que se celebra me dejó helado. Si tenemos en cuenta que no cuentan con subvenciones y que todo se paga con las entradas y la cerveza, le he prometido que el año que viene en lugar de las diez cervezas que tomo cada año me sacrificaré por la santa causa y tomaré quince o quizás veinte y que me guarden cama en algún hospital para recuperarme allí del coma etílico.
En la segunda parte del partido comenzó a obscurecer y mi cámara se lo tuvo que currar incrementando el ISO hasta niveles que con la antigua eran prohibitivos. Como curiosidad decir que hice todas las fotos en modo Tv y fijé la velocidad de disparo en 640 para conseguir congelar los movimientos de los jugadores. Usé un monopod para ganar en estabilidad y durante todo el partido tuve el objetivo Sigma 70-200 mm con un extensor de 1.4x acoplado. Si vuelvo a ver un partido mi amigo el Moreno me ha prometido que me dejará su 500 mm y seré yo el que monte el espectáculo en el campo de juego con el cañón ese apuntando hacia los jugadores.Me fascinó que en el fútbol americano se puedan cambiar los jugadores tantas veces como quieran y que en realidad los equipos están hechos por dos grupos, el atacante y el defensor. También me gustó el ver que por una vez y sin que sirva de precedente hay un deporte en el que no hay que ser musculoso y un figurín metrosexual y los equipos están compuestos por gente atlética y otros con tripa cervecera, aunque estos últimos eran unos tíos que dan miedo y que si te caen encima te borran de la tierra. A propósito, el que lleva el número 4 es el Niño.
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Lycoperdon perlatum o Cuesco de lobo
Yo pongo el nombre de las setas como si fuera todo un experto pero no es así. Estas se parecen a otras que ya han aparecido así que apuesto a que son ese tipo pero si alguno de los intelectuales que saben de estas cosas creen que me equivoco, me lo dicen y tras una comprobación sin ningún tipo de rigurosidad lo cambio. Una seta que tiene nombre de peo (pedo en peninsular) merece alcanzar la gloria. Esta familia se encontraba en los bosques de Lage Vuursche cuando me los tropecé. Pese a su nombre, ninguna de ellas hizo ruido alguno.
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La maratón Europea
Durante la visita de mis padres de este otoño, mi tío también se bajó a Europa y estuvimos todos juntos durante unos pocos días. Como mi tío planeó la visita en plan japonés, en el limitado tiempo que tuvimos nos hicimos el tour de lo mejor de Holanda, la joya de Bélgica y la ciudad de la Luz. Todo eso en cinco días. Al contrario que en otras veces en las que he hecho un relato más o menos exhaustivo de lo que hicimos en esta ocasión lo contaré en versión telegrama.
Nuestro primer día en Holanda, con los visitantes recién salidos del avión fue con visita a Volendam y Marken, un paseo por el siempre idílico rincón de Zaanse Schans y sus molinos y vuelta a mi casa para una gran cena en familia con mi amigo el Rubio, su esposa y sus dos hijos. Mi madre y yo nos encargamos de preparar toda la logística para la cena desde el día anterior y la comida fue un éxito. Consistió en ropa vieja, Guisantes con salchichas, Tortilla de papas con cebolla, Dátiles con bacon, paleta Ibérica de cebo, queso canario y fuet. Una comilona en toda regla.
A la mañana siguiente pasamos un instante por Kamerik y desde allí fuimos a Amsterdam para ver la ciudad. Fuimos a muchos de los puntos que recomiendo a los que vienen al país y aunque fue en una versión muy reducida, supongo que se llevaron una buena impresión. Almorzamos en el restaurante New King y al volver a Utrecht nos fuimos de paseo al centro de la ciudad y cenamos en el Oudaen, el restaurante que está dentro de un viejo castillo de ciudad y que tiene su propia cerveza. Ese segundo día acabaron todos agotados y al día siguiente había que madrugar.
El sábado salimos temprano para la ciudad de Brujas y coincidió que ese día era el Open Monumentendag y no se pagaba por entrar en ningún lugar. Pasábamos noche en la ciudad y nuestro hotel estaba justo al lado del Beginhof. Estuvimos todo el día viendo la ciudad y pro la noche, cenamos junto al fuego de una chimenea y paseamos por la ciudad para verla de noche. Al día siguiente salíamos temprano para París así que de nuevo, todo el mundo a la cama temprano.
A las ocho y media de la mañana ya estábamos en carretera con dirección a París. Llegamos sobre la una de la tarde y nuestro hotel estaba en el distrito catorce, cerca del cementerio de Montparnasse. Sin tiempo para descansar nos fuimos a la ?le de la Cité por donde comimos algo y visitamos la catedral de Notre Dame. Desde allí fuimos a la Pirámide del Louvre que fue el punto de partida para un paseo por los jardínes de las Tullerías en dirección al Obelisco y los Campos Elíseos. Por la noche visitamos la Torre Eiffel para verla iluminada y al día siguiente comenzamos la jornada yendo de nuevo a la Torre Eiffel para verla de día y desde allí cogimos uno de los cruceros de una hora por el río Sena. Al acabar nos fuimos a la Plaza de Trocadero para disfrutar con la vista de la torre Eiffel que hay desde allí y luego continuamos hacia el Arco del Triunfo. Por la tarde nos dividimos en dos grupos y mientras unos hacían compras y paseaban, el otro descansaba en el hotel. Nos volvimos a agrupar en la Plaza de la Opera y desde allí nos fuimos al Barrio Latino. Cenamos cerca de la Sorbona y desde allí volvimos al hotel. A la mañana siguiente estábamos en carretera antes de las siete de la mañana para dejar a mi tío en el aeropuerto y nosotros llegamos a Utrecht sobre la una de la tarde. Todo un palizón.
¿Mi impresión de París? No me ha enamorado como ciudad. Me sucede lo mismo que con Madrid. A mí me gustan las ciudades en las que la proporción se decante más del lado Humano que del Divino y París es demasiado espectacular, demasiados edificios majestuosos y lugares creados para aplastarte y hacerte ver su grandeza. Por supuesto que volveré pero con más tiempo y menos prisas para ver la ciudad pero no creo que mi impresión cambie. También me pareció la ciudad más cara que he visitado nunca, muchísimo más cara que Nueva York, Berlín, Madrid, Barcelona, Roma, Praga, Amsterdam o Bruselas. Todavía no me creo que he pagado más de siete euros por un capuchino que no traía ni una galleta para acompañarlo. El transporte público es excelente y si asumes que allí casi nadie habla inglés y tendrás que buscarte la vida por tu cuenta, todo irá bien. La próxima vez que vaya, intentaré recorrer el lugar con alguien que conozca la ciudad para salirme un poco del circuito habitual y encontrar los rincones bonitos que seguro que existen.