Estoy leyendo un par de libros sobre fotografía y siempre te dicen que desciendas hasta el objeto cuando lo vayas a fotografiar para aumentar el dramatismo de aquello que quieres que otros vean a través de tus ojos y enseñarles ese punto de vista que ellos no pueden ver porque no se agachan. Incluso antes de leer sobre esto yo lo hacía porque me parecía algo natural, siempre buscamos traspasar los límites y encontrar aquello que es nuevo. Dicho esto, la única forma de mostrar estas tres setas de una forma única e impactante es mirándolas desde arriba y asombrarnos por las curiosidades que se pueden dar en la naturaleza. Volveremos a verlas poniéndonos a su nivel y entonces podréis juzgar cual de las dos imágenes es mejor. Yo me quedo con esta vista aérea.
Actualización: Podéis ver estas setas también en El trío visto desde el suelo
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Un trío de amanitas
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Castañas asadas
Hace un par de semanas veíamos la receta de Castañas guisadas con anís y aprovechando que seguimos en temporada y son muy fáciles de conseguir (o relativamente fácil porque en Holanda la gente no las come) hoy descubriremos lo fácil que es preparar castañas asadas. Conviene recordar que se pueden hacer en la bandeja del horno o en una sartén. Yo con el horno siempre he tenido problemas y se me quedan muy duras. Mi padre usa una sartén vieja que pone al fuego y en la que hace las castañas. Como yo tengo gas en mi cocina, agujereé la sartén que uso y así al ponerlas al fuego se chamuscan un poco y quizás sea cosa mía, pero me quedan más sabrosas.
Los ingredientes: castañas y sal
La implementacion: se hace un corte en las castañas y se ponen un rato en remojo en agua. Se escurren y las pones en la sartén (agujereada o no) y se les pone un poco de sal por encima. Después es solo removerlas de cuando en cuando para que se vayan haciendo por todos lados. Yo las hago en el fogón más grande y con un buen fuego. En diez minutos o así ya estarán deliciosas.
Una de las recetas más simples que se puedan cocinar y un éxito seguro.
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa
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Sola en la hierba
En un lugar lleno de amanitas muscaria lo más complicado es encontrar una que esté sola y con la que se pueda componer una foto que tenga un poquito de encanto. Ya he dicho que tuvimos dos grandes problemas. Por un lado el sol era excesivo y estropea los rojos y por otro había demasiada hierba. El año que viene me llevo unas tijeras y me dedico a podar el entorno de la seta antes de hacerle la foto.
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Algunas fotos del Bokbierfestival
Hace unos días hablábamos del Bokbierfestival 2008 y aunque me hubiera gustado poner alguna foto en aquel momento no pudo ser porque mi amigo el Moreno aún no me las había dado. En la anotación mencionada anteriormente he puesto una que hice a la entrada del Beurs van Berlage con mi iPhone y el resto de las fotos fueron hechas por mi amigo. Puesto que ya hablamos del tema nos limitaremos a ver las imágenes y comentar alguna bobería al respecto.
Si tenéis curiosidad por saber que ocurre en un festival de este tipo, la foto anterior lo muestra claramente. Es un montón de gente bebiendo y pasándoselo bien mientras en el escenario un grupo toca canciones folclóricas y algunos hasta prestan atención a la música. En la imagen no se puede ver pero en los lados están los grifos de las cincuenta y pico cervezas Bok que se pueden degustar durante el festival y también fuera de la imagen están las zonas en las que uno puede enjuagar su vaso.
Los que tocaban estaban más borrachos que nosotros y en una de las ocasiones que pasamos cerca de ellos mientras descansaban pillamos a uno de ellos haciendo el payaso con una folclórica que llevaba un traje de la época en la que Escarlata O’Hara comía nabos confederados. Huelga decir que el vaso se terminó cayendo.
Por último, los legendarios grifos de los que surgen las dos mejores cervezas Bok del mundo, la IJsbok y la Ezelenbok. El colega que las servía estaba más pasado que las bragas de Carmen de Mairena y en algunos momentos se quedaba como congelado hasta que recuperaba la conciencia y comenzaba a servir de nuevo. Es lo que tiene trabajar en un entorno de riesgo como puede ser un festival cervecero, que ni te enteras que te has echado una docena de cervezas entre pecho y espalda y las cosas comienzan a moverse sin que uno pueda hacer nada por evitarlo.