Distorsiones

El cine independiente parece el único capaz de crear historias en las que los diálogos no suenan a enlatados y más bien hechos con un generador automático de frases. Es increíble la diferencia entre ver un peliculón con presupuesto escandaloso y otra casi sin dinero. En la primera más o menos sabes lo que van a decir porque por supuesto van a lo fácil y en la segunda no dejan de sorprenderte. Por desgracia, estas pequeñas películas están mayormente condenadas a pasar por la cartelera sin pena ni gloria y a no estrenarse en la mayoría de mercados ya que la sociedad de consumo las aplasta y anula. Posiblemente esto es lo que le suceda a Sunshine Cleaning, la cual ni tiene título ni fecha de estreno en España.

Dos julays hermanas montan un negocio de mucamas extremas

No todos tienen una vida de cuento y algunos las pasan canutas para salir adelante. Eso es lo que le sucede a la protagonista de la historia, una chica que pasó de ser la más adorada del instituto a una pobre infeliz que trabaja de limpiadora y que ve como todo lo que intenta se le tuerce. Con un hijo, casi sin dinero y de querida porque el tipo al que quiere se casó con otra más «respetable», la chica monta un negocio para limpiar lugares en los que ha ocurrido algún crimen junto con su hermana. Es un trabajo muy desagradable pero que se paga bien. Sin embargo el destino parece no haberse olvidado de ella y la persigue con la saña habitual …

Tenemos una mezcla entre comedia y drama adornada con toques gore. Limpian lugares en los que ha pasado algo horrendo, encuentran todo tipo de trozos de las personas que murieron en ellos e intentan mantener el humor mientras a su alrededor, sus vidas se deshacen y ellas mismas tropiezan en todo tipo de obstáculos aunque siempre intentan superarlos. Los diálogos son duros y bastante reales y la interpretación de las dos protagonistas es fantástica pero sin embargo el resto no parece estar a la altura y las sub-tramas aburren y cansan. Ahí es donde falla esta película, tenían un material de primera pero no supieron envolverlo bien y aunque sales del cine satisfecho por lo que has visto, no dejas de preguntarte si podrían haberla hecho mejor con un poquito más de esfuerzo. A medio camino se les olvidó el humor y caen en una depresión dramática de la que no consiguen salir y que no le sentó nada bien a la película.

En fin, me gustó pero se quedó corta, le faltó algo (o quizás le sobró algo) y por eso se queda a medio camino.

No está de mas recordar que aunque ahora vivo en el primer mundo y soy una persona bella, modesta y sencilla, nací muy pero que muy cerca de Mordor/Vecindario y aunque mis padres hicieron lo imposible por evitarlo, alguna de esas partículas de los Orcos se me terminaron por pegar. Por eso ahora, cuando voy al cine y empiezan a recitar frases en plan intelectual en seguida me pongo nervioso y me aburro. Dicho esto, que sepáis que eso no me detiene y yo sigo viendo películas para esos que cargan gafas de pasta y se empapan de conceptos en la wikipedia para ensalzar su pedantería y en ocasiones hasta me lo paso bien, aunque la película de hoy no es uno de esos casos. Se trata de The Burning Plain la cual se estrenó en España allá por marzo como Lejos de la tierra quemada.

Dos julays acaban como chicharrones por una mala follá

Supongo que se trataba de escribir sobre el amor y las consecuencias nefastas que puede tener. También las buenas, aunque esas no se notan demasiado. Tenemos multitud de historias paralelas, en una de ellas, una mujer se la pega a su marido con un tipo que se la pega a su mujer y ambos se arrejuntan para fornicar como conejos en una caravana en el medio de la nada sin saber que la hija de ella está macerando odio y rabia y los hará pagar la osadía muy cara.

Yo siempre he tenido problemas con estas historias sesgadas en las que la acción transcurre antes, durante y después y todas las tramas parecen desembocar en un lugar determinado del espacio-tiempo en el que lo comprenderemos todo. No se, es algo que no me termina de convencer y puesto que siempre me gustan algunas y otras me aburren, navego en aguas en las que paso del tedio más absoluta a cierto interés. Aquí tenemos una historia buena y tres o cuatro malas y la cosa no funciona, no logro interesarme ni identificarme con ninguno de los protagonistas y lo único que espero es que la cosa acabe pronto para irme a casita.

Da igual que tengas buenos actores si la historia no está a la altura y la dirección es errática, el barco hará agua. A menos que seas un seguidor acérrimo de este tipo de películas, espérate a que la pasen por la tele y así te pegas un siestón del carajo porque te garantizo que te quedas dormido en los primeros quince minutos.

La gran desventaja del cine respecto a la literatura está en los actores. Por más que ellos lo intenten detener, el tiempo pasa y envejecen y cuando se embarcan en sagas, los vemos ponerse como pasas y esto al final tiene un coste para la historia que tratan de contarnos. Si encima es una película que sucede (temporalmente hablando) anteriormente a lo que hemos visto hasta ahora, me lo pones aún más difícil. Eso es lo que le pasa a Angels & Demons, historia anterior a la famosa The Da Vinci Code – El código da Vinci, película que os recuerdo que a mí me pareció un tostón del quince. En España esta nueva historia se estrena con el título de Ángeles y demonios.

A un julay lo contratan para salvar pederastas católicos y el tipo es malo de cojones

Los Illuminati era una banda de gentuza que se oponía a la iglesia católica en tiempos en los que esta era la organización más poderosa del mundo. De repente muere el Papa y al mismo tiempo comienza una compleja trama que parece una venganza de estos por la persecución que sufrieron unos siglos antes. La iglesia católica, más bien acostumbrada a lidiar con casos de pederastia y sodomizaciones contratan a un pollaboba para que los ayude a resolver el misterio en unas pocas horas, las que tienen hasta que les revienten el chiringuito y los manden a todos al infierno. El colega tendrá idea brillante tras idea brillante mientras a su lado siempre corre una chocha del martes a la que no le toca un pelo porque desde la primera película sabemos que es julandrón y que le van las faldas, pero con tiburón debajo.

Han mejorado bastante desde el The Da Vinci Code – El código da Vinci, aquella mierda legendaria que nos hacía vomitar en las salas pero aún así la cosa sigue siendo aburrida. Le sobra tranquilamente una hora de película, alargaron las escenas hasta el infinito y más allá y algunos de los diálogos es que no cuajan. Hay una escena con el Camerlengo sermoneando a los cardenales que es una puta mierda, se mire como se mire. Su personaje en sí es estúpido y sobra. No digamos nada del momento terrorífico que sucede al comienzo cuando un julay se mete en una piscina pública y allí nos encontramos a un tipo como falete nadando con su tanga speedo y cuando sale del agua resulta que es Tom Hanks y si no has apartado los ojos de la pantalla a tiempo, es más que probable que se te hayan quemado las dos córneas, aunque viéndole el lado positivo, ahora sabemos que su personaje es julandrón. Sorprende su capacidad para correr de espalda, cuando no podemos verle la cara, pierde treinta kilos y debe ser un doble porque en las escenas que viene de frente el hombre llega siempre asfixiado.

Las escenas de acción son muy tediosas y están mal montadas, les falta gancho y sobran muchísimos planos que no aportan nada más que segundos en los que nosotros nos miramos las uñas y debatimos entre empezar a comérnoslas o esperar para ver si la cosa mejora. Las tramas secundarias simplemente no funcionaron y pese a la fascinación que parece despertar en muchos, a mí ya las historias con trauma católico comienzan a aburrirme, es siempre lo mismo, un atajo de julandros y pederastas abusando de todo el que pueden y poniendo a un Dios que no da una mierda por ellos como el fin que justifica sus medios.

El momento cumbre de la película sonroja de vergüenza que te da. Me podéis crucificar por blasfemo pero no me gustó y no creo que merezca la pena tirar el dinero con este artificio.