Distorsiones

Pese a seguir con pasión todas y cada una de las películas de terror que se estrenan en cartelera, he de reconocer que de la saga de Saw sólo he visto en el cine Saw 2. El resto espero a que las den por la tele. Por culpa de un ajuste en mi programación particular, me quedaba un hueco entre las dos películas que quería ver y decidí llenarlo con Saw V, a sabiendas que esto no es terror, sólo muertes sádicas y litros de sangre. A Holanda ha llegado bastante tarde, en España se estrenó en septiembre del 2008. Supongo que en este país la gente tiene otros gustos.

A una banda de julays los llevan al matadero

Obviamente no hay trama alguna. Se trata de encadenar una sucesión de muertes terribles. Lo mejor es que el asesino oficial de la serie ya ha muerto pero a base de flashbacks y de aprendices lo mantienen en la historia y vemos su careto cada minuto y medio o así. Hay dos polis y al parecer uno es poli bueno y el otro poli malo y se siguen y se persiguen y la gente muere y más y más sangre cae al suelo derramada en esa ciudad en la que al parecer cada edificio industrial abandonado es una factoría del crimen.

Personalmente me aburrió hasta el infinito. Me desquició la estupidez de la historia, lo malas de las actuaciones, la fotografía que lo hacía parecer un vídeo casero y lo único que logró llamar la atención de cuando en cuando fueron las famosas trampas en las que siempre tienes la oportunidad de escapar.

En fin, algo para olvidar. Arriésgate si te va lo sádico.

Puede que porque voy tanto al cine he desarrollado un decimonoveno sentido que me permite averiguar esos giros fantásticos que le dan sentido a la historia antes de tiempo y por lo general, ahí es donde se caga la película y deja de gustarme. O eso o los años me están volviendo más sabio y capaz de atisbar esos momentos que abren las bocas de los espectadores y los encandilan. Hoy mismo estuve en el cine y entre lo que tenía para elegir me quedé con Seven Pounds que también se ha estrenado esta semana en España con el título de Siete almas.

Un pollaboba de julay le come el tarro a una negra para poder endiñársela por delante y por detrás

Inicialmente todo es confuso y extraño. Un tipo va de aquí para allá haciendo preguntas y acojonando a la gente y no nos queda muy claro si los quiere ayudar o hundirlos y pisarles la cabeza para que no escapen. De cuando en cuando nos lanzan un destello de lo que nos debe explicar las razones que hay detrás de todo y si eres medianamente sagaz lo averiguarás casi desde el principio. Lo veremos encapricharse con una enferma y desarrollar una extraña relación con ella, aún más increíble que el episodio tercero de la Saga de las Galaxias. Entre estas estamos cuando al director le entra la prisa por iluminarnos y nos lleva a trompicones hasta el final de la historia.

He de reconocer que me aburrí. El salto de historia en historia y el tratar de ocultar el hilo que lo mueve todo no funcionó conmigo. A eso se une la pésima definición de caracteres, con un protagonista soso y tedioso que parece ser incapaz de poner más de un careto y que llega un momento en el que cae en lo pedante. Los que le tienen que dar la réplica no lo hacen mucho mejor y la amiguita enferma de muerte no solo parece demasiado saludable pese a que le queda muy poco, es que además está más caliente que la Veneno y eso le resta aún más credibilidad. El que mejor lo hace es el perro enorme que la consuela en aquellos días que no tiene un macho humano en su casa.

No puedo contar mucho porque os chafaría la película pero os diré que es bastante sosa y te deja con la sensación de haber perdido un par de horas de tu vida que podrías haber usado para otras cosas.

El día de año nuevo mantuve un par de tradiciones que llevo cumpliendo desde hace casi nueve años. Pasé la mañana y parte de la tarde en la playa tomando el sol y esa noche fui al cine. Como era día de estreno conseguí encontrar algo que se salía del circuito estrictamente comercial llamado Flammen & Citronen, una película danesa que narra un episodio de la historia de ese país durante la Segunda Guerra Mundial. En España se estrenó como Flame y Citron. Siempre trato de encontrar una explicación a las razones que llevan a los traductores de las pelis a hacer lo que hacen. Podían haber dejado el título original puesto que eran los nombres que recibían los dos protagonistas y si no, podrían haberlos llamado llama y limon que es la traducción al español y no quedarse a medio camino poniéndoles nombres ingleses. En fin, es una causa perdida.

Dos julays poligoneros le tocan los huevos a los nazis mientras matan a la gentuza que sale en el Tomate

Dinamarca está ocupada por los nazis. El año es 1944 y aunque la gente quiere que acabe la guerra, están aplatanados y no hacen nada para echar a la chusma alemana. Un par de jóvenes que forman parte de la resistencia se dedican a asesinar colaboracionistas y tras dejar a uno con vida por dudar de la veracidad de las órdenes recibidas, entrarán en una espiral de asesinatos y traiciones que no puede tener un final feliz.

Lo que más llama la atención de esta historia es la frialdad con la que Flammen asesina. El tío disfruta con el tema y hay momentos en los que llegas a pensar que si no es por los nazis, habría acabado en una banda mafiosa ejecutando a gente por puro placer. A su lado, Citronen es el conductor del vehículo y un hombre más comedido dentro del cual va creciendo el odio poco a poco y acabará siendo tan cruel como su amigo. Alrededor de ellos, traidores, nazis, mentirosos y un montón de gente cuyos intereses no siempre persiguen el bien común y que cambiarán de bando cuando les interese o usarán los recursos disponibles para su propio beneficio. Es una historia de crimen y persecución policial muy bien llevada y que consigue mantener nuestra atención durante las más de dos horas que dura. Los actores ejecutan un trabajo impecable y cuando terminas tienes la sensación de haber descubierto un trocito minúsculo de la historia de Dinamarca que no conocíamos y aún más importante, una aterradora visión sobre los daneses durante la Segunda Guerra Mundial.

Al parecer es la película más cara rodada en Dinamarca y trataron de ser fieles a la historia. Si aún sigue en cartelera y buscas algo diferente, pásate a verla que seguro que la disfrutas.