Os digan lo que os digan lo cierto es que uno va al Photokina no solo para ver la tecnología sino para pasear por el recinto como un depredador buscando a las tías en tetas que todos sabemos que hay por allí. La encontramos en uno de los pabellones, rodeada de una marabunta de machos en diferentes estados de erección mientras la decoraban para que saliera bien en las fotos. Mi teléfono no da para más pero por suerte mi amigo el Moreno llevaba su cámara pequeña y conseguimos un plano con más detalles de esos intelectuales que tanto nos gustan a todos:
Como veis la chica es muy aplicada y se estaba bien quieta para que se la trabajaran bien. La dejamos allí y por suerte nos la tropezamos más tarde, ya con la obra artística que tanto admiramos terminada.
Ella iba muy contenta porque todos los fotógrafos apreciaban enormemente el arte que llevaba sobre su cuerpo y no la miraban como un cacho de carne al que se la quieren endiñar sin más contemplaciones. Al próximo Photokina me llevo la cámara porque el artista que estuvo durante unas horas pintándola se merece algo más de reconocimiento y espero poder hacerle una foto con más detalle a a ese valle y a esas dos montañas.