Que me estoy aburguesando es algo que reconozco hasta yo mismo sin necesidad de que me pellizquen los huevos. Desde que me compré la casa comencé a acomodarme, a comprarme muebles buenos por el placer de tirar el dinero, a cuidar mi jardín y hacer todas esas cosas que se dan por supuestas a la clase media. hace unas semanas di un paso más en ese camino y me apalabré una señora de la limpieza, una mucama que viene por mi casa dos veces al mes y hace aquello que a mi me da pereza hacer, recoge la casa, limpia aquí y allí y lo deja todo como los chorros del oro. Esto lo tenía que haber hecho hace tiempo, es la mejor inversión que he hecho. Solo tengo que dejar un dineral sobre la mesa, me voy y al volver a casa por la tarde todo ha cambiado de aspecto y luce más bonito.
Encontrar mucama no es fácil y me ha tomado un tiempo. Al final mis vecinos me presentaron a su sobrina, una chica que trabaja de cajera en un supermercado y que se saca una pasta adicional haciéndose casas en dinero negro. La hijaputa está follable según la escala mangorra que mide estas cosas. Un día de estos me voy a quedar en casa para verla vestida con su ropa de trabajo tirada por el suelo del salón o pasando la aspiradora por la moqueta de los dormitorios. Me la imagino emocionada metiendo las manos en la cesta de la ropa sucia y eligiendo el calzoncillo más sudado para pegarle una esnifada y empaparse de esa fresca brisa de marrano. Seguro que recoge pelos de la ducha y los guarda en una cajita en su mesa de noche y que se revuelca en mi cama antes de cambiarla.
Mi felicidad es casi absoluta ahora que he descargado la enorme responsabilidad de la limpieza del Palacio Real y puedo dedicarme a tareas más propias de mi rango. Lo he celebrado a lo grande, yendo de compras y completando mi dormitorio. Me faltaba encontrar un armario de puertas correderas que hiciera juego con la cama y después de un año de gestiones infructuosas lo he logrado. Me ha costado una cantidad indecente y dentro de seis semanas le daremos un gran recibimiento en er Chumino. Cuando te sales del circuito de Ikea y buscas muebles en tiendas menos populares los precios crecen exponencialmente pero bueno, todo sea por despertarme cada mañana y ver esa obra de arte.
Ahora ando a la caza de dos lámparas. He encontrado una que seguro luciría fantástica en mi salón pero los tres mil euros que vale me echan para atrás, que por ese dinero me puedo comprar seis esposas coreanas. Tendré que seguir mirando. Lo que también se puede decir de mi casa es que es amigable con el medio ambiente, está preparada para evitar la fuga de energía y de esta forma ahorrar en gas y TODAS las luces tienen bombillas de bajo consumo. Si se suman los vatios de todas y cada una de ellas cuando están encendidas la cantidad será inferior a los cien vatios.