Otra minúscula Amanita Muscaria enmarcada en colores otoñales.
-
Cesta de Navidad
Todos los años cuando llega Diciembre en la empresa no se habla de otra cosa. ¿Conseguirá nuestra directiva superarse? ¿Romperán el récord que establecieron el año pasado con el regalo de Makro? ¿Volveremos a tirarlo casi todo porque son cosas de una calidad tan mala que no hay quien se las coma?
La respuesta nos llegó esta semana. Hasta este año lo tradicional era que repartieran los regalos entre todos los despachos de las secretarias y estas se encargaban de distribuirlos pero como tenemos nuevo director de Recursos inHumanos y el hijoputa pretende sentar cátedra y que lo maldigamos por siempre jamás, este año nos obligaron a atender el discurso navideño del Director General para poder recoger la caja. No se trataba de un discurso cualquiera sino de dos horas de pura y dura ciencia ficción. Como el que escribe esta página es espabilado, llegué tarde para tener que quedarme de pie y me pasé el tiempo fuera de la sala haciendo llamadas de teléfono a los amigos que viven desperdigados por toda Europa y desearles una Feliz Navidad. Casi al final entré porque la ceremonia del llenado de las copas de vino es un clásico que no me pierdo desde que comencé a trabajar en esta multinacional allá por el 2001. Hay decenas de libros escritos al respecto pero como imagino que nadie los leerá yo paso a resumir el proceso:
En la reunión del mes anterior sobró bastante vino y las cabronas que trabajan en la empresa que nos hace el catering tienen un embudo maravilloso y cuando casi todo el mundo se ha ido vuelven a meter el vino sobrante en las botellas, les ponen un tapón de corcho y lo guardan para el mes siguiente. Sí, ese vino permanece un mes a temperatura ambiente hasta que vuelve a ser usado. El día de la reunión, cuando casi ha terminado, ellas proceden a descorchar las botellas y vuelven a llenar los vasos. Es muy importante saber cuales son los que tienen el vino malo y por eso atiendo la ceremonia. Hace un par de meses nos pusieron cerveza caducada y a una de ellas le dijimos de todo menos bonita y todavía nos tiene algo de inquina pero se muerde el pico porque sabe que si nos chivamos a los jefillos les cae un puro.
Tras la ceremonia del vino boicoteé al Director general para que terminara de una vez. Cada vez que el hombre se tomaba un respiro yo aplaudía y todo el mundo me seguía y él se desconcertaba porque pensaba que creíamos que había terminado y le quedaba cuerda para rato. Después de cinco minutos jugando a este juego tiró la toalla y nos dejó en paz de una vez. Inmediatamente se montó una cola nigeriana para recoger las cajas. Yo me dediqué a beber cerveza y hablar con los amigos y picotear cuando pasaban con la bandeja de pedazos de salami. Las tipas del catering son unas zorras de cuidado y no sacan la comida caliente hasta casi el final, para que sobre y poder llevársela a casa, pero uno tiene una paciencia infinita y junto con una secretaria y un grupo de incondicionales que ya se conocen la movida nos esperamos y al llegar la bandeja de los bitterballen la limpiamos en un par de minutos bajo las atentas maldiciones de dos que yo me sé y que vieron su plan truncado.
Lo que nos regalaron este año por desgracia no podemos decir que sea peor que el regalo el año pasado pero aún así, deja mucho que merecer. Sigo pensando que si nos mandan un correo a todos y nos dicen que darán el dinero para caridad nos quedaríamos más contentos pero bueno, me ha tocado esta empresa y no podemos hacer nada. Os sugiero que veáis la foto en flickr para leer las notas que le he puesto (hacer clic sobre ella). La caja de la parte de atrás es una especie de Juegos Reunidos pero sin el Geyper. No lo he abierto y directamente se lo he dado a mi amigo el Rubio que siempre le encuentra algún uso a todo o en el peor de los casos algún pobre al que no aprecia ya tiene regalo de cumpleaños para el año que viene. La botella es de vino del malo, de ese peleón que te hace salir corriendo y escupirlo todo en el fregadero. La botella pequeña es medio litro de zumo de naranja concentrado, te puedes comprar litro y medio en el super por setenta céntimos así que hagan sus propios números. Hay un paquete de galletas de mantequilla que estaban un poco manidas, un paquete de tostaditas y un bote de pesto para untar en las tostaditas biscochadas.También hay una especie de galletas de queso que tiré después de probar la primera porque sabían asquerosas y una bolsa de drop munten, algo típico holandés. Son unas monedas de regaliz que ya he regalado a un compañero porque odio ese sabor. Lo último son dos vasos talla XXL con una capacidad por vaso de tres cuartos de litro. Aún no sé lo que haré con ellos, imagino que llenarán algún mueble de mi excelsa cocina. No había nada más.
Nos dieron una carta junto con la caja pero como hacemos siempre, la tiramos sin abrirla en la misma papelera de nuestra planta para que los jefes sientan el aprecio que les tenemos.
Yo vacié la caja y me lo llevé todo en mi mochila a casa, pero hubo gente que decidió arriesgarse y cargar con el paquete en la bicicleta con diferentes resultados. La secretaria que se emborrachó conmigo me dijo que se le cayó seis veces a lo largo del trayecto y que pese a todo, no se rompió nada. La gente se paraba a ayudarla y ella les sonreía apestando a vino y les dedicaba algún piropo. Mi amigo el Chino optó por cargarla sin abrirla y me dijo que lo pasó fatal porque tuvo que hacer los veinte minutos andando hasta la estación con el bulto a hombros ya que se niega a pagar billete de guagua. El Moreno ha aprendido la lección de años anteriores y no tiene planes de usar ninguno de los productos con visitas que vengan a su casa. La última vez que lo intentó la gente le preguntó si los productos no estaban caducados porque sabían fatal. Fue cuando nos dieron un licorcito fabricado en Nigeria con algún agua insalobre y un vinito sudafricano que era una mezcla entre espíritu de sal y vinagre. Yo le di esa botella al Rubio y me llamó un día para decirme que por primera vez en su vida había tirado alcohol por el retrete sin bebérselo.
-
Láminas bajo el sombrero
Mi nuevo objetivo aunque no es específicamente para fotos macro te permite hacer algunas fotos chulísimas. El único problema es que te tienes que poner al menos a un metro del sujeto a fotografiar y eso en ocasiones es un poco complicado, sobre todo con las setas. Aquí vemos las láminas bajo el sombrero de una de ellas.
-
Feliz Año 2007
¡Feliz Año 2007!