Uno que es de natural observador y de voluntad inquieta se pasa el día mirando a su alrededor y detectando pautas anómalas de comportamiento. Ayuda el usar el transporte público en lugar de pasarme las horas bobas en el coche completamente solo mientras escucho algún programa de radio. En Holanda ya he medio enunciado la Teoría del Sueño de los Chinos y en Estados Unidos la he verificado con sujetos que viven en un entorno diferente y ahora ya la podemos considerar aprobada y publicarla.
La Teoría del Sueño de los Chinos dice que si sueltas a un chino en un tren, tranvía, metro, autobús o cualquier forma de transporte público colectivo se queda dormido de forma casi instantánea y se pasará el viaje despertando cada noventa segundos y mirando abobancado a su alrededor antes de volver a caer en el sopor del transporte.
Los chinos no usan iPod, no leen libros, no hacen crucigramas o sudokus. Ellos entran en el metro, buscan asientos, agarran todas sus cosas y antes que te des cuenta están escorándose hacia la gente que va a su lado y duermen como troncos. Estos días pasados los he visto por decenas. Duermen hasta de pie cuando viajan en el metro. La gente los aparta a empujones cuando les caen encima. Con el primero eres delicado pero tras las primeras tres veces no tienes ninguna piedad y los separas de tu cuerpo evitando de esta forma que te contaminen las chacras con alguna sustancia china que puedan emitir. Es muy normal que se despierten en el último segundo y tengan que salir corriendo para no pasarse de parada e incluso que lo peor suceda y hayan de retroceder por su despiste. Te los encuentras durmiendo por la mañana, por la tarde o por la noche.
La causa parece ser una malformación del gen del sueño chimpúnico que dispara un abobancamiento y amodorramiento similar a la hipnosis tras tres meneos en un tren. Es salir de la estación y todos caen en coma y no se recuperan hasta un rato después de la llegada a la siguiente parada. A veces los puedes ver luchando para no cerrar esos ojos ya pequeños pero no sirve de nada, terminan en manos de Morfeo.
Ejemplos prácticos los tengo a montones: mi amigo el Chino perdió su mochila en un tren que lo llevaba a Luxemburgo con un montón de amigotes chinos como él cuando alguien les bailó todas sus bolsas sin que ninguno se diera cuenta porque se habían dormido. Eso jamás habría sucedido con españoles, más predispuestos a criticar, gritar y disfrutar del paisaje. En Nueva York vi a una lolita asiática a lo Britney Spears, es decir sin bragas que le tapen la pelambrera del chochillo que fue sentarse y comenzar a golpear con saña el pecho del hombre que iba a su lado porque no es lo mismo un occidental dormido que un cabezudo de estos con mollera del tamaño de un barreño. La chica giraba la testa como la niña del exorcista y el movimiento del metro hacía que el péndulo fuera tomando fuerza hasta que lanzaba su ataque sobre el hombre. Ella se disculpaba y tres segundos más tarde estaba durmiendo de nuevo y recargando energía cinética para usarla contra el infeliz. Otro chino se sentó en un vagón con unas bolsas de pescado que despedían un hedor increíble y se durmió inmediatamente lanzando las bolsas sobre la señora que iba a su lado, la cual no tuvo más remedio que levantarse y continuar el viaje de pie.
Este defecto se extendió a otras razas de Asia y se sabe que los japoneses sufren del mismo mal e incluso los coreanos, algo que ha sido tratado en Naciones Unidas en repetidas ocasiones porque un cabezazo de un coreano puede matar al que lo recibe, ya que está más que comprobado que las cabezas de los coreanos son tres veces más grandes que la media y son el único país en donde en lugar de cascos se usan palanganas y barreños. Las mismas fuerzas de la ONU, habitualmente conocidas como cascos azules o boinas azules son identificadas como palanganas azules cuando algún individuo de Corea forma parte de las mismas.
Así que presta atención cuando uses medios de transporte colectivo y procura no sentarte junto a esta gente a menos que quieras que te den cabezazos.