Estoy borracho. Dicho esto que nadie se espere una afinada anotación desgranando los más bajos instintos que sabiamente ocultamos. Es incluso posible que elimine esta entrada mañana cuando mi cerebro vuelva a funcionar medianamente bien.
Hoy celebramos nuestro DÍA DE LA INDEPENDENCIA, nuestra emancipación de la multinacional que nos ha cobijado durante toda la historia de nuestra división y que finalmente nos ha entregado en manos de los japoneses. En esta anotación hay fotos de la compañía y sé que mañana por la mañana muchos de mis colegas del trabajo estarán visitando mi página para verlas y comprobar que no he desvelado ninguno de los secretos de esta infame jornada en la que todos nos hemos pasado un rato de vueltas.
Al llegar a la oficina esta mañana, vestido correctamente para un gran evento me encontré esa gran interrogación en el lateral del edificio principal de nuestra división. El símbolo de interrogación oculta el nuevo nombre de la compañía que iba a ser desvelado en una gran fiesta por la tarde. Por lo que nos contaron en el correo que enviaron a todos los empleados, la fiesta comenzaría a las 15.30 y duraría hasta las 18.30, todo muy holandés. Prensa, invitados y todos los empleados pasaríamos esas tres horas juntos celebrando el nacimiento de este nuevo proyecto y certificando la independencia de aquellos que nos han llevado de la mano desde el comienzo de los tiempos. Hoy trabajábamos pero en un aire festivo. La gente iba muy modosita salvo aquellos que han hecho del mal gusto una seña de identidad y que para tal ocasión aparecieron con ropas que no se pueden conseguir ni en un rastro de gitanos.
A la hora de almorzar fui de paseo como suele ser habitual e hice esta otra foto en la que se puede ver la carpa para la celebración situada frente a la entrada principal y el gran cartel con el nombre de la empresa también cubierto por un toldo.
Sí. Hasta hoy trabajaba para la mayor multinacional holandesa y una de las compañías más importantes del mundo en el campo de la electrónica y desde hoy pertenezco en cuerpo y alma a una empresa conjunta entre ellos y una de las mayores multinacionales japonesas, la primera con un cuarenta por ciento de las acciones y la segunda con el control efectivo a través de su sesenta por ciento. Hoy despedíamos la filosofía de los cabeza de queso y dábamos la bienvenida a la filosofía de los cantadores de karaoke. Hay mil anécdotas que contar pero no lo haré porque estas cosas mejor dejarlas para pequeñas reuniones con los amigos. Nos lo hemos pasado genial comiendo comida japonesa a destajo. Sé de alguno que lee esta bitácora que se morirá de rabia. Me he puesto ciego a todo tipo de delicias del país del sol naciente y he departido con mis colegas del trabajo en un ambiente bastante relajado. Nos hemos abrazado, reído, hemos cantado juntos, hemos criticado y también disfrutado de todo el evento. Por supuesto que tuvimos que escuchar los discursos y en ocasiones me tuve que morder el labio para no reírme en voz alta pero mereció la pena. En un momento determinado desvelaron el nuevo nombre que podéis ver en la siguiente foto:
La cosa ha estado genial. Salí de allí bastante tarde, inflado a comida y bebida y con la sagrada misión de hacer un montón de magdalenas porque mañana hay mucha gente que espera recibir una para desayunar. Es el precio que hay que pagar por ser popular y por tener cierta fama de buen cocinero ….
Hoy celebramos que SOMOS LIBRES como los pájaros que vuelan en el amplio cielo o los peces que corretean por el mar. Hoy somos una gran familia y pase lo que pase mañana, hoy estamos orgullosos de haber estado allí y de haber escrito este pequeño capítulo de nuestra historia.
… ¡Ah! y cada uno ha recibido un paraguas de regalo con el nombre de la compañía (y más cosillas que nos dieron la semana pasada) y en mi caso también habrá una camiseta para que se me pase el disgusto por no haber ganado cierta camiseta de cierta porra que se celebraba en otra bitácora 😉