Se apagan las luces, un cañón ilumina el escenario instalado en el estadio Rotterdam Ahoy y al ritmo de la música del mejor grupo del mundo e incluso del Universo nos mecemos mientras disfrutamos del concierto. Un paseo por sus dos primeros álbumes y la segunda ocasión en este año en que puedo disfrutar con su música en directo. Ya contaré que tal va la cosa aunque estoy seguro que los que vamos no seremos jueces muy imparciales.
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Muscaria escondida
La Amanita Muscaria se ha ganado su fama por méritos propios. Es una seta con carisma, que enamora a simple vista. Su intenso color rojo y las motitas blancas la hacen especial. Esta la encontré escondida en un rincón y no me pude resistir a sus encantos.
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Diario de Berlín, el prólogo
Mi curiosidad abarca mucho más que el leer libros o navegar por la red. Yo busco y por eso viajo como dicen los libros de lonely planet. Viajo por esta vieja Europa cosida en múltiples guerras y forjada a golpe de batallas y visito ciudades y países y en todos lados encuentro algo hermoso y digno de recordar. No entiendo a aquellos que pudiendo deciden quedarse en sus casas o en sus lugares de residencia sin aventurarse más allá de su ruta preestablecida. Si aún viviera en las Canarias cada año estaría planeando un gran viaje a algún lugar, pero por suerte estoy en el corazón de ese país llamado Europa y puedo saltar de aquí para allá y hacer visitas cortas. Este año ha sido más tranquilo que otros porque todo mi esfuerzo estaba concentrado en acondicionar mi casa y también he procurado que mi empresa no me embarcara en misiones a lugares lejanos, que los muebles llegan cuatro meses después que los has comprado y no es como para estar anulando esas citas. Ahora que la casa está más o menos terminada retomaré las micro-visitas a diferentes sitios y también las visitas a todos esos amigos que tengo desperdigados por el continente. Días de vacaciones no me faltan, aún me quedan veintisiete para acabar el año. Me gustaría visitar a mi amigo Sergio en Málaga y quizás darme un salto corto a los Estados Unidos, aunque esto último siempre lo digo y nunca lo hago. También me gustaría pasar un fin de semana largo en Londres o en Budapest, ciudades que por motivos distintos me llaman la atención. Gracias a que mi amigo Kike se está mudando a Ginebra, Suiza será también próxima parada del gran Tour que es mi vida.
A veces me entretengo coloreando un mapa con los países que he visitado e intentando recordar los nombres de todas las compañías aéreas que he usado o las ciudades que he visto. Comienza a ser difícil pero por suerte tenemos este pequeño rincón que es mi diario en donde puedo apuntar todas esas cosillas y asegurarme que en un futuro podré volver a leerlo y rememorar aquello que vivi en tiempos pasados. Y también tengo las fotos que hago en todos esos sitios, cientos y cientos de fotos que me ayudan a rehacer los pasos que di en el lugar e incluso descubrir detalles que en el momento de tomar la instantánea no pude ver. Es lo maravilloso de la era digital, mis fotos están almacenadas en algún lugar remoto y estoy siempre a un clic de ellas. Y ya sé que muchos no lo creerán pero hay tardes que me entretengo mirando dichos instantes congelados y reviviendo las historias, los olores, las sensaciones de esos momentos pasados. He cruzado el ecuador camino de Sudáfrica, he caminado por playas de California, escuchado el estruendo producido por el agua en las cataratas del Niágara, he visto un amanecer maravilloso en Omán y recorrido las calles del zoco de Mutrah con una temperatura de treinta y cinco grados. He paseado por la selva Negra alemana rodeado por un manto de más de un metro de nieve, rozado con mis manos rincones de la ciudad de Roma por los que hace casi dos mil años paseaba la gente y disfrutado del sol, el vino y la buena comida en Niza. He comido pescaíto frito en Benalmádena y una paella negra que estaba de morirse de buena en Valencia. He vibrado al ritmo de Nueva Orleans durante el festival de Jazz y me he quedado boquiabierto con el festival de luz de la ciudad de Berlín. Vagabundeé por las calles de Brujas y Gante y he andado por un campo de tulipanes rozando las flores con mis manos mientras John Williams ponía la banda sonora. No nos olvidemos de la salida del sol desde las dunas de Maspalomas, un espectáculo único que cientos de miles de Canarios no se molestan en ir a ver al menos una vez en su vida, con la arena volviéndose fuego al contacto de los rayos del sol. He subido al Teide andando una noche de luna llena y he bajado desde Tamadaba hasta Agaete, he cruzado el mar andando diez kilómetros hasta la isla de Ameland un día con marea baja y he navegado por los canales de Giethoorn, la Venecia del norte. He estado también en Venecia y he llorado por esa ciudad moribunda. He rezado en el monasterio del Escorial y en la catedral de Santiago, en la catedral de Bruselas y siempre he tenido la impresión que Dios me estaba escuchando. Es un mundo tan hermoso y hay tanto por ver que debería ser pecado mortal el quedarse encerrado en casa sin salir a explorarlo.
Todo este prólogo es para dar la bienvenida al Diario de Berlín, esa pequeña historia en la que contaré los lugares que he visitado durante estas pequeñas vacaciones en la ciudad que para mí es la capital de Europa. Dicho diario irá acompañado por una serie de fotos de la ciudad y sus monumentos.
Si quieres seguir leyendo esta historia tendrás que saltar al siguiente capítulo, llamado Diario de Berlín – Llegando a la ciudad
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Las dos semanas pasadas en Distorsiones
Parece que fue ayer cuando escribí el último resumen y ya han pasado dos semanas. Mis padres han vuelto a España y la cosa se calma un poco. Hace un par de semanas estuve en Berlín por unos días y esta última semana tampoco he parado quieto. Se puede leer algunas cosillas sobre mi diario en Anotación de Emergencia desde un Cibercafé, Volviendo a coger el paso …, El gran regalo de Virtuditas y Tapita de realidad. También conté otra excursión, en este caso fue Un día en Colonia y entre las cosas que es imposible ubicar en otras secciones tenemos a la Nancy Comansi una foto de una tipa que hay que ver para creer y Hostias y tocamientos o lo fácil que es ir de un extremo al otro.
Sigo poniéndome al día con los audiobooks que he escuchado estos últimos meses. Esta vez le tocó el turno a Forever Odd de Dean Koontz.
La categoría de Desvaríos, el auténtico motor de esta bitácora, ha vuelto a crecer con temas tan importantes y fundamentales como Follables que imagino no necesita explicación, Un problemilla lo tiene cualquiera o lo mal que lo puede pasar la gente en algunos momentos y Pesadilla terrorífica con una friki para celebrar de una forma particular el Halloween americano. Mención especial merecen la Primera Blogoferia y La Saga del Ombligo o por qué escribo una bitácora las cuales forman una trilogía con una entrada anterior sobre la capacidad infinita que tenemos para mirarnos el ombligo.
Finalmente acabamos la serie de Fotos sobre los alrededores de Nueva Orleans y a continuación hemos dado paso a una nueva serie de fotos de setas. Por orden cronológico hemos tenido: Ciprés y hombre, Cipreses en grupo, Tronco de ciprés, Setas trepando en un árbol, Amanita Muscaria, Seta y Árbol muerto, Hermanas junto a hojas caídas, Amanita Psikke, Setas concentradas, Aglomeración de setas, Ciudad de setas, Seta mordida y Seta en la hierba.
Y esto ha sido todo. Ya quedan menos de sesenta días para celebrar mi cumpleaños así que podéis calentar motores y empezar a comprar los regalos. Es muy fácil saber lo que quiero, tanto como ir a los dos siguientes enlaces y mirar:
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