Esto mejora día a día. A la izquierda el plato de ducha, el pequeño muro en la derecha es para ocultar la lavadora que irá empotrada ahí dentro. El suelo ha recibido un producto especial para poner al día siguiente la capa de cemento e igualarlo ya que tiene un gran desnivel entre una parte del baño y la otra. Como ha sucedido con las fotos anteriores, si la veis en flickr podréis leer las notas que he dejado.
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De feria fotográfica
El día antes de los despidos había quedado con el colega holandés del trabajo para irnos a una feria fotográfica en Nieuwegein. No es algo que improvisamos un par de días antes. En realidad desde Octubre habíamos quedado para ir ese día siguiendo el tradicional sistema holandés de organizar eventos con medio año de antelación. Un mes antes nos apuntamos en un par de workshops que tendrían lugar esa tarde, uno sobre Adobe Photoshop CS2 y otro sobre Adobe Lightroom, el nuevo producto de dicha empresa que puedo usar gratuitamente hasta final de junio gracias a que tengo un ordenador apple. Por circunstancias de la vida sucedió que al final teníamos esto el día antes de ser despedidos (o eso pensábamos nosotros) y nos sirvió como terapia para evadirnos un poco de toda la mierda que nos rodeaba.
Después del trabajo nos fuimos a la feria, que se celebraba bastante cerca de mi casa. El plan era pasear primero por allí, buscar un lugar donde comer y después asistir a los dos workshops. La primera fase la culminamos con éxito. Estaban representadas las grandes marcas fotográficas y muchas empresas orientadas hacia los fotógrafos profesionales. Mi amigo suele hacer fotos de boda y en uno de los puestos se encontraba la revista más importante sobre el tema en este país. El colega que habló con nosotros tenía el síndrome del julandro y se le iban los ojos detrás de nuestros culetes. Mi amigo es un poco remilgado y no se atreve a sacar partido de estas cosas pero yo nací después de los dolores y sí que carezco de ese tipo de frenillo así que empecé a tocarme el paquetón y a cambiarme de sitio cierto apéndice cual si fuera un limpiaparabrisas. El julándrico me miraba fascinado mientras dicha extensión de mi persona iba de izquierda a derecha y lo engatusé de tal forma que conseguí que mi amigo aparezca en los próximos tres números de la revista con varias fotos de ejemplo y sus datos para que la gente lo pueda contactar y que haga negocio. El colega ni se lo creía lo mismo que el mariquitún que jamás pensó que alguien hiciera algo así delante suyo. Después de tremendo éxito lo demás vino rodado. Algo que me llamó la atención es lo poco que vale un PC con windows en este mundillo. Sólo había un portátil con el sistema de microsoft. El resto eran apple. Pese a quien pese y aunque duela a algunos polladornes que leen esta página, las empresas que hacen software en ese mundo lo hacen sólo para una plataforma y no es la de las ventanas de colores y pantallazos azules. En el puesto de NIK una alemana que estaba como para montarla una y mil veces nos hizo una exhibición de los filtros de dicha empresa. Trincó una foto de la boda de una chichona que tenía más granos que la superficie de la luna y le aplicó un filtro que le dejó la cara tan lisa que te daban ganas de correrte sobre ella para hidratársela. La tía quedó hasta guapa cuando acabó con ella. Nos contó que ese es el filtro que usan para las fotos de revistas en las que salen todas esas modelos perfectas. Hay que ver la diferencia entre lo que vemos y lo que en realidad se fotografió.
Tras esto nos fuimos a comer a un lugar en el medio de la nada que simula los locales americanos de sala de fiestas. Aparcamiento enorme y un local monstruosamente grande en el que la comida no es exactamente la que suele ser habitual en Europa. Comimos unas costillas literalmente «bañadas» en salsa de barbacoa. Al acabar el camarero nos ignoró como la peste y tuvimos que pagar en la caja dejando una generosa propina de cero céntimos para que vean que quien la hace la paga una y otra vez, una y otra vez. Con el espíritu alegre por habernos ahorrado un par de euros nos volvimos a la feria y continuamos paseando en el recinto viendo lo último de lo último en el mundillo.
A la hora acordada comenzó el workshop de Adobe Lightroom, un producto acojonante que permite manipular las fotos, particularmente en formato RAW y dejarlas lujosas e impresionantes. En la hora de demostración aprendí un par de cosas que no sabía sobre dicha aplicación. Estuvo muy interesante y nos dejó con hambre de aprender más. Tras un café comenzó el segundo workshop. Era las nueve de la noche. El hombre que manejaba la aplicación era un virtuoso, un virguero. Nos enseñó a editar fotos borrando indeseables. Mira que yo pensaba que era un experto en el tema pero después de haber visto a ese tío me doy cuenta que estoy en pañales. El hombre agarraba las fotos y en un pis pás quitaba aquello que no le gustaba de la misma sin que se notara. De una eliminó una oveja, de otra un cepillo y en una tercera metió unos cuantos pájaros volando. Después nos explicó como hacer ajustes. Agarró una foto con un montón de chiquillos y les cambió el color de la ropa para que pareciera que llevaban un uniforme. Sencillamente increíble.
Salimos a las diez de la noche babeando de envidia y con el corazón contento nos volvimos a casa.
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Baño día 3
Tras tres días de obras las cosas empiezan a tomar forma. Las paredes vuelven a estar cubiertas y el trono ha adquirido su diseño final. También se puede ver la pared que ocultará la lavadora. Aún no hay azulejos puestos. Fuera de la imagen está el plato de ducha ya colocado. En ese trono se dilucidarán asuntos de importancia capital para la supervivencia de nuestra especie. Junto a la ventana y sobre la repisa que cubre la lavadora pondré una planta carnívora o en su defecto una muñeca hinchable.
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Cervezas y algo más
Mi amigo el chino ha decidido por sí mismo y sin ayuda de nadie más que mi éxito en la empresa y mi capacidad para sobrevivir se debe a que a mí me conoce todo Dios menor de la compañía y ha optado por laparme hasta el infinito y más allá y pegárseme como un grano a un culo peludo. Hoy había quedado con mi amigo el manager (gerente en español) para irnos al cine y el chino se nos enquistó sin remedio. No había nada en cartelera digno de ver así que modifiqué los planes y lo convertí en una salida de copas. Es increíble como todo el mundo me consiente. Yo debería ser político y dedicarme a llenarme los bolsillos con dinero negro, blanco o del color que sea e involucrarme en todo tipo de corruptelas y posicionar amigos y familias en todo tipo de puestos de alto sueldo y bajo trabajo pero por desgracia mi impaciencia me puede y no soporto la falsedad más allá de lo justo y necesario. Es una lástima porque mis dotes para convencer a la gente son gigantescas e inexplicables.
Con el chino y el otro de acuerdo para ir a beber convencí a mi compañero de despacho para que se nos uniera. El hombre este del que no hablo por respeto es más raro que un trebol de treinta y cuatro hojas. Compró a su mujer en un catálogo, una rusa con hija que por venir con descendencia tenía descuento. La rusa le salió super-mega-hiper ingeniera de complejos hiper-mega-maxi-super secretos y la tía sabe leer, escribir, chuparla y gemir sin que se note que simula. El hombre está contentísimo con esta familia de catálogo de tres euros y ya ni se acuerda de aquellos tiempos en los que estampaba su lefa contra las páginas de las revistas del corazón mientras una gota de sudor le resbalaba por la cara. Ahora folla de gratis (o no si consideramos que tuvo que comprar la familia para poder hacerlo). Posiblemente madre e hija lo dejen en el momento en el que consigan el pasaporte y la nacionalidad holandesas pero hasta entonces que les quiten lo bailado.
Con el equipo formado nos fuimos al Café Dudok, otro lugar legendario muy vinculado a mi vida. Nos pedimos cervezas de trigo belga y nos pusimos a hablar de temas mundanos y a especular sobre nuestro futuro más inmediato. Sobre el chino pesa una gran responsabilidad porque él es uno de los tres últimos chinos que quedan en la empresa y ellos han de mantener el pabellón de su país muy alto. Sobre mí pesa aún una responsabilidad mayor porque yo soy el ?LTIMO representante de España y la gran comunidad Lationamericana. Cuando yo salga por perder en alguna de las próximas rondas de nominaciones el español desaparecerá como lengua de esos edificios, ya no habrá sangre latina que alegre la vista de las rubias calentorras ni se podrán escuchar los Coño, joder, mierda e hijo de la gran puta que ahora suenan como música celestial por el complejo de edificios. Yo no quiero pensar en el tema para no agobiarme, que ya sabemos todos que soy muy sensible a estas cosas.
El chino aún no me ha perdonado que haya puesto una foto de su regalo en mi bitácora. El hijoputa pretendía que lo mantenga oculto y que yo me sienta muy orgulloso de tremendo regalo y yo no me canso de recordarle que es una mierda del copón. Encima esta semana le dio otro de esos trajes horrorosos de botella de vino al holandés que camina conmigo y el hombre en su inocencia se lo regaló a su hija. La chiquilla se agarró una perreta del quince con aquella mierda y ahora el colega anda resentido con el chino por haberle dado esa bazofia de regalo que no sirve ni para contentar a una niña de cuatro años.
Estuvimos dos horas tomando cervezas a un ritmo de tres por hora y he terminado un poco inestable, así que tendréis que excusar mis faltas gramaticales y ortográficas porque mis dedos avanzan solos por el teclado sin que pueda pararme a mirarlos, que esto de tener una velocidad de más de trescientas pulsaciones por minuto puede ser una maldición en ciertas circunstancias como la de hoy. Frente a mí se encontraban dos rubias en una mesa tomando cerveza y juro solemnemente que eran más putas que la gallina turuleta, se pegaron todo el tiempo abriendo las piernas para que les viera esas bragas micronésicas y esos coños peludos después de un invierno sin saludar al señor Gillette. El chino les daba la espalda y se pensó que me reía de él cuando me llevaba la mano a la boca y hacía una risilla en plan Pierre Nodoyuna. Las tías también se reían, se miraban entre ellas y al cabo de un rato volvían a hacerlo. No sé por qué me da la impresión de que si hubiésemos querido a esas dos les limpiábamos las cañerías y les dábamos cuatro biberones de buena leche. Ya sé que yo tengo un atractivo animal para cierto tipo de mujeres, particularmente las ciegas y las inmaduras pero tampoco es plan que se me exciten de esa forma. Hay que tener un poquito más de dignidad y procurar cerrar las piernas, queridas, que el mundo está lleno de muy mala gente y algunos hasta tienen bitácoras en las que lo cuentan todo.