Hay dos mujeres a las que yo admiro de verdad y por las que me quito el sombrero las veces que haga falta. Son dos seres excepcionales que hacen con sus obras que siga teniendo fe en la raza humana pese a todos sus defectos. A una de ellas la llevo siguiendo desde hace más de dos décadas, es Madonna, la Reina del Pop, una mujer como no hay muchas. Ella ha sabido dominar una industria de hombres y mantenerse en lo más alto durante todos estos años. La lista de sus logros sería infinita y hoy no es el día adecuado para hablar de ellos porque tenemos que rendir tributo a la otra mujer.
La segunda la conocí en una guagua no hace muchos meses y cuanto más escucho de ella, más la admiro. Es la hermana del Chino, la China, una joven de menos de veinte años que no dudo ni un solo instante marcará la historia del universo. Algún día se hablará en tertulias de programas de televisión marginales de como yo estaba en la guagua y se subió el Chino con su hermana y como la sentó lejos de mí para que no la pudiera conocer pero ni siquiera así pudo evitar nuestro encuentro. Lo primero que me llamó la atención de ella fue su cabezón. Es desproporcionado, aunque se ve que son familiares porque ambos lo tienen del mismo tamaño. la testa es como un barreño grande y plano en su parte superior con esos ojos como de dibujos animados japoneses. La chica me sonrió con unos dientes negros y grasientos supongo que por efecto de las gárgaras con Coca-Cola, algo muy de esa familia. Tardé meses en volver a tener un encuentro con ella. Mi amigo nunca la saca cuando vamos juntos y supongo que tiene mucho que ver mis amables comentarios sobre ella. El Chino evita el tema pero yo lo provoco y le pregunto si sigue siendo virgen o si ya le han comido el potorro y el me mira con cara de odio y cambia de tema. Me he ofrecido a hacerle un completo y ensancharle las cañerías con la única condición de vestirla como una estudiante japonesa y por supuesto echarle unos faciales pero el hombre no acepta y después se pega días sin hablarme, hasta que la necesidad le puede y vuelve al redil. Yo que estoy dispuesto a sacrificarme por amistad y él que no es capaz de ver el favor tan grande que le hago.
En verano, cuando la universidad en la que estaba estudiando un curso de preparación a la universidad terminó las clases la mandó de vuelta a la China. En mi época salías del instituto y te metían directamente en la universidad sin preparación ninguna y la mayor parte de las veces nos cogía hasta sin confesarnos. Ahora antes de entrar en una universidad de calidad te dan un curso de medio año para prepararte, te enseñan las instalaciones, te ayudan a que conozcas a otros estudiantes para que el primer día no te sientas solo y se desviven por ti. Se ve que el siglo XXI (equis-equis-palito o veintiuno) es diferente al nuestro. Después de sopesarlo durante semanas asumió que si la China se quedaba sola en casa igual salía a la calle, y caminando se conoce gente, y la gente te puede provocar hormigueos vaginales y estos ansía y de allí al deseo hay un paso y con otro pequeño paso ya estamos en el picor uterino y este te solivianta y te atonta y te baja las defensas y sin quererlo su hermana se puede encontrar despatarrada en una habitación o en la parte trasera de un coche, con las bragas a su lado y buscando un miembro gordo, caliente y duro que le alivie el escozor. Y eso no es lo que tiene planeado el Chino para ella y ni mencionemos el que los hombres que abundan en Europa no son de raza pura, no son chinos como ellos y consecuentemente no son dignos de comer semejante papayo. La chica se resignó y viaj ó a la China en donde estuvo cuatro semanas de vacaciones. El Chino volvió a tener la casa para él solo y pudo recuperar su rutina de pajillas en el salón y esas cosillas que hacen los niños malos (según me han contado que yo he solicitado la inscripción en el Opus Dei de lo bueno que soy).
Un día me acordé de ella y le pregunté y me dijo que volvía ese fin de semana. El hombre no parecía muy contento y no quiso hablar del asunto. Yo que soy de natural bien pensado supuse que la chica según volvió a su país buscó una manguera y se la enchufó e igual le habían hecho un bombo o se había encoñado y ya no quería estudiar y solo aspiraba a ser la esposa de un albañil o quizás algo peor. Seguí insistiendo pero él no decía esta boca es mía. Por suerte la perseverancia y el machaque psicológico son virtudes que tengo muy desarrolladas y tanto le lavé el cerebro que al final tuvo que desahogarse y desvelarme el gran misterio, eso que le quitaba el sueño y le hacía agitar ese cabezón que Dios le ha dado y que pone en peligro a los que le rodean porque si te da un cabezazo te mata seguro. Su hermana volvió a la China y allí decidió cambiar de universidad en Holanda. Ya no quería ser abogada de prestigio con trajes de Charmel y perfumes de esos falsos de mercadillo. No. Ella ahora lo que quería era convertirse en diseñadora de modas de prestigio y hacer un par de desfiles al año y alternar con los incultos que pueblan los ambientes culturales y mezclarse con julandrillos, pajarones e incluso mariquitas metidos a costureros. Era la vergüenza de la familia, aún peor que admitir que se la folla un rubio holandés o un moreno español. Todo un drama difícilmente asumible por un espíritu sensible y deshonesto como el de su hermano.
Lo peor estaba por llegar. Los padres consintieron porque la niña es su ojito derecho y el Chino tuvo que inscribirla en una nueva universidad, en este caso en Amsterdam, rodeada de artistas, marimachos y vete a saber qué otros pájaros. Además la chavala necesitaba una cámara Canon 350D y se la tuvo que comprar él. Este hombre lleva cuatro años sin cámara porque estaba esperando a que las reflex valgan cien euros, algo que según él sucedería pronto porque los precios siempre bajan. Perdió su cutre-cámara de cien euros cuando le robaron la mochila mientras dormía en un tren que le llevaba a Luxemburgo. Alguien entró en un vagón atestado de chinos y les bailó de todo sin que se enteraran porque todos dormían. No habían salido el día anterior, no habían bebido, pero a los chinos si los metes en un tren y los meneas se quedan dormidos en seguida, es o una virtud o un defecto según desde donde se mire el asunto. El Chino ha estado todos estos años esperando por esa bajada de precios que no llegaba y en un par de días su hermana expresó su deseo y su padre mandó la orden para que le comprara a la chiquilla lo que quería. Eso podía justificar su abatimiento pero es que aún había más. Pensé que por fin me iba a decir que se había vuelto adicta a la lefa o que le pedía que la meara por encima como pasa siempre en las películas asiáticas pero parece que los tiros iban por otro lado.
Su hermana también necesitaba un ordenador portátil nuevo. ?l, con todo el amor del mundo, le había regalado uno que se compró de segunda mano en el año 2000, un trasto de cinco kilos de peso con un pentium en su interior y cuya batería murió y fue enterrada hace años. Es increíble que se pueda llamar portátil a ese cacharro prehistórico. Ella acudió de nuevo a los ancestros y estos mandaron la orden clara y precisa. Cómprale a la niña un Apple MacBook porque si va a ser diseñadora tiene que tener un equipo estiloso y apropiado para el asunto. Al hombre casi le da un soponcio cuando vio el precio de dicho trasto. Para más inri, la chica en realidad no estaba interesada en el Mac OS X, solo en el estilo y glamour de su hardware y solicitó y consiguió que le pagara también un Windows XP Home en chino LEGAL. Debe ser la primera y única china que se ha comprado una licencia de Microsoft. Mi amigo aflojó la pasta del equipo y del sistema operativo cagándose en todos sus muertos y preguntándose por qué no podía haber sido hijo único como el resto de los chinos. Por supuesto como no tienen Dios no pudo alzar los ojos hacia el cielo y hacerle la pregunta y reprocharle su desidia como podemos hacer nosotros los cristianos. El día que me enteré del tema esa China se convirtió en mi heroína y la respetaré todos los días de mi vida. Esa mujer ha conseguido en tres meses que su hermano tire el dinero que lleva seis años acumulando, que el hijoputa no se gasta dinero ni en pasta de dientes y ha dormido cinco años en el suelo con un colchón que le regalaron otros chinos, ha vivido en casas sin muebles y comido cosas podridas por ahorrar dos euros. Lo dicho, esa mujer merece todo nuestro respeto porque ha logrado sacar dinero de donde todos sabemos que había pero pensábamos que era misión imposible el obtenerlo.