El cine es un arma muy poderosa en las manos adecuadas. Puede provocar emociones bien variadas en los espectadores y cambiar la forma de pensar de los mismos. El cine es también un terreno abierto a la experimentación, a la aventura, a terrenos inexplorados. A falta de cosas decentes que ver en los cines convencionales últimamente estoy yendo todas las semanas a la filmoteca para ver ese otro cine que suele pasar sin pena ni gloria. Son películas que no suelen dejarme indiferente y que de una u otra manera consiguen sorprenderme. Hoy hablaremos de Me and You and Everyone We Know que vosotros posiblemente conocéis como Tú, yo y todos los demás una película que ha ganado varios premios y que llega arropada por un aura mística.
Lo primero que me llamó la atención fue que la filmoteca estaba abarrotada. Lo segundo es que sólo habían dos hombres en la sala y éramos yo y un amigo. El resto eran mujeres jóvenes y viejas, gordas y flacas, maquilladas y de espanto. Nos tuvimos que sentar en la primera fila y el concentrado aroma de tanta laca y tanto chichi nos arrebolaba y nos subía a cimas místicas en las que solo curas dando misas en conventos han podido estar. ¿os habéis parado a pensar como serán las duchas comunes de un convento? Yo daría las manos de mis tres mejores amigos por poder visitar unos cuantos de ellos y esconderme allí a mirar a esos ángeles del buen Dios en sus abluciones matutinas. Dejemos la fantasía …
Superado el momento hembras y con nuestra tacita de café en las manos, porque en la filmoteca se toma o café o vino en tacitas o copas respectivamente nos quedamos en silencio esperando que comenzara la película. No sabíamos mucho de la misma y vista la fauna yo me comenzaba a temer uno de esos bodrios de JLo en los que una putilla de turno chupa pollas por las noches para no tener que comprar leche por las mañanas. En fin ….
La película es todo un descubrimiento. Trata de una friki neurótica y desquiciada que hace arte moderno de ese que no se puede comprender y que se encoña con un vendedor de zapatos. La artista lo sigue y lo persigue acosándolo mientras el tío no muestra ningún interés. El hombre este se acaba de separar y se ha alquilado un apartamento en el que vivir con sus dos hijos. El pequeño, un gañán de seis años le pega al chat en foros sexuales en Internet y se acaba enrollando con una supuesta tía a la que le va la coprofagia. El chiquillo le habla continuamente de mierda y de pasarse la mierda de uno a otro en conversaciones dantescas y con las que te partes la polla de risa. Su hermano, un pre-adolescente de once o máximo doce años es usado como cobaya por dos compañeras de colegio mayores que él que están experimentando esos cambios que las acabarán de convertir en putas sucias y rastreras. Las chicas se alternarán para chuparle la polla al chaval y una vez completada la faena preguntarle quien lo ha hecho mejor y en sus ratos libres se dedican a calentar a un vecino pervertido que las mira desde la ventana mientras se la casca contra la pared de su casa. El chaval se enamorará de otra compañera de su misma edad que lo ha visto mientras se la maman las dos golfas y cuya alteración parece ser la compilación compulsiva de un ajuar para el momento en el que se case y tenga niños. La chiquilla ya ha ido comprándolo todo con sus ahorros y mientras otras se los gastan en golosinas y demás ella los invierte en exprimidoras, juegos de toballas y similares. Mientras estas cosillas suceden la friki artista pasea viejos en un taxi y mantiene conversaciones muy interesantes con ellos. Al final todos estos universos paralelos confluirán en un único punto del espacio tiempo y la vida continuará su cansino caminar.
Espero que no hayáis entendido mucho de lo anterior porque de eso trata esta película. Es una especie de poesía gore en movimiento, un saludo a la vida y a la diversidad, un canto a la diferencia y a lo anormal. Aquí todos hacen lo que deben hacer pero también te dicen que es lo que en realidad querrían hacer y conocer esos anhelos te acerca a esos personajes de una forma muy íntima. La directora es una tal Miranda July que también interpreta a la artista exótica y en la realidad ES una artista que realiza actuaciones como las que podemos ver en la película. Tanto ella como todos los actores y actrices dan una lección soberbia de cine, de entretenimiento inteligente y divertido. Hacía muchísimo tiempo que no me lo pasaba tan bien en un cine, que no devoraba unos diálogos con tanta pasión, que no me reía hasta que me dolían los riñones por una escena tan tonta como cruel. Este no es cine para borregos ni para descerebrados. Esta es una celebración del cine como arte.
Me da miedo recomendarla porque sé que muchos no pasarán de los diez primeros minutos pero si tenéis lo que hay que tener y estáis dispuestos a jugárosla con algo que o amaréis u odiaréis, entonces invitad a vuestro mejor amigo/a, cenad en un sitio bonito y acabad la velada en uno de esos pequeños cines que igual la están dando. Os dejo con una frase de la película: Say, «You poop into my butt hole and I poop into your butt hole… back and forth… forever.»
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