Distorsiones

  • Inicio
    • Contactar
    • Acerca de
  • Lo imprescindible
    • Visitar Holanda
    • Índice de álbumes de fotos
    • Índice de viajes
    • Recetas de cocina
    • Hembrario
    • El club de las 500
    • Álbum de fotos de bicicletas
    • Álbum de fotos de cervezas
  • Destacados
    • La Arbonaida
    • Comida en fotos
    • Mi herencia
    • uno+cero
    • Visitar Holanda
    • Mis ratos en la cocina
  • Nederlands niveau vier

    1 de febrero de 2005

    Hace un tiempo que no hablo de mis clases de holandés. La última vez fue cuando hablé del Vredenburg, el día que como colofón a nuestras clases fuimos al concierto de música clásica.

    En enero, tras las vacaciones navideñas, debía comenzar con el segundo curso. Sin embargo lo cancelaron por no existir alumnos suficientes. Nos lo comunicaron dos días antes de que comenzaran las clases, así que no hubo tiempo de mucho. Nos ofrecieron unos cursos alternativos. Cinco de mis compañeras optaron por dar clases particulares con nuestra profesora y continuar haciendo los tres módulos restantes, a dos clases de tres horas por semana y quince horas de trabajo en casa. Para mí eso era demasiado. Llegué a diciembre literalmente agotado. Fue un palizón. Así que la perspectiva de tener que esforzarme aún más no me seducía.

    Lo hablé con mi jefe y decidimos continuar con el holandés a un ritmo más sosegado y así poder dedicarme a otras cosas, como la certificación de Microsoft que quiero hacer este año. Respecto a la lengua del van Gogh, me apunté en un curso que llegará sólo hasta el nivel cuatro y que acaba en Abril. Ahora sólo tengo una clase a la semana, lo cual es infinitamente más relajado. Tengo tiempo de preparar la clase y soy capaz de asimilar la información recibida. He de reconocer que con el curso intensivo aprendí un montón. Aún no hablo con soltura la lengua, pero me defiendo.

    Llevo dos semanas yendo a clase, o he ido dos veces, que suena más justo. No he escrito sobre el nuevo curso porque en tan poco tiempo no se pueden sacar conclusiones y ni siquiera conozco a la gente, pero ya os puedo decir que esto es otro mundo. Donde teníamos rusas, polacas, checas, americanas, tenemos ahora turcas, marroquíes y alguna inglesa. Las musulmanas, todas, hablan holandés perfectamente y están en clase sólo para mejorar. Lo de hablar perfectamente es un decir, porque yo no les entiendo nada. Hablan con un acento horroroso que no soy capaz de descifrar. Los que hayan tratado con hindúes pueden equiparar su habla al inglés de los hindúes, idioma que es un misterio en sí mismo. Aún recuerdo las conversaciones de sordos que tenía con un hindú muy simpático en Lucent. El me soltaba unas retahílas de la muerte y yo asentía y asentía y sonreía cuando el lo hacía y el hombre estaba encantado y me invitaba a sopas hindúes. De vez en cuando me decía algo sonriendo y yo asentía y el se escandalizaba y me decía que como podía estar de acuerdo con aquello y yo me disculpaba y negaba vehementemente. El año que pasé en esa compañía no fue suficiente y aún sigo sin entender el inglés hindú. Al menos me queda la satisfacción de saber que la directora de nuestro departamento, una americana, tampoco los entendía. Eso me daba ánimos.

    Volviendo a mis compañeras de clase, hoy tuve a mi lado a una marroquí. Hablaba y hablaba en holandés pero yo era incapaz de pillar la portadora y sin portadora no hay información. No puedo descifrar los sonidos que emite. Me sentía impotente. De lo poco que le entendí, cuando le dije que era de Gran Canaria, es que tiene dos hermanos viviendo en nuestra isla, además de otros viviendo por toda Europa. Con las turcas no tuve problemas porque están aisladas y no interaccionan. Se sientan en un rincón y no hacen ningún esfuerzo por tratar con los demás y ellos tampoco se les ve muy decididos a hablar con ellas.

    Del resto de mis compañeros, brilla con luz propia una hippie o quizás modernista post decimonónica que me ha echado el ojo. Me fascinan sus botas con cremallera super-retro y que no se priva en abrir completamente para sacar las pezuñas y ambientar la clase. Me encandiló también su pantalón de campana y su poncho de punto. Yo he visto ponchos como ese en las casas de gente del campo, los hacen las mujeres en las tardes del frío invierno y los usan como manteles con los que adornar las mesas. Son muy folclóricos y siempre me han parecido algo exótico. Todos los recuerdos que tengo de la casa de mi bisabuela son con ponchos como ese por todos lados, sólo que allí eran manteles, cubre sillones y cualquier otra superficie que se prestara. Lo que nunca pensé es que se pudieran usar para cubrir hembras y siendo moderadamente objetivo, pienso que las hembras que los usan deberían saber que están enviando señales de apártate de mi y soy un agujero negro a todos los varones que hay en un radio visual de veinticinco metros. No creo que de este curso saquemos una nueva estrella mediática que pueda hacer sombra a LaMasmo

  • El pinchazo

    31 de enero de 2005

    La Poderosa
    Con todo el apego que le tengo yo a de Machtige o la Poderosa para los españoles, comprenderéis que la mañana que me la encontré con la rueda trasera desinflada, me llevara un disgusto. La había dejado en casa porque tenía que ir a Utrecht a primera hora y aún no había llegado a nuestra pequeña familia la Macarena. Cuando volví a buscarla para ir al trabajo, me la encontré de esa guisa. La rueda trasera totalmente desinflada.

    Inmediatamente pensé que era su venganza por haberla dejado en casa. Ella creyó que la había despreciado y para mostrar su enojo, o quizás de la rabia que acumuló, tenía una rueda sin aire. Un sudor frío perló mi frente. Yo, que espero con ansia que llegue la primavera para cabalgar con ella por las praderas holandesas, para irnos juntos a cruzar canales, atravesar bosques, saltar baches, esquivar tráfico y hacer todas las perrerías que el buen tiempo nos permite, yo no quería creer que esto le había pasado a ella. El día anterior, cuando volvimos del trabajo, no noté nada extraño. No hubo ningún indicio, nada que me hiciera esperar esta rabieta.

    Le puse aire y pareció responder bien. Nos fuimos juntos a la oficina. Más tarde, después de comer, fui a visitarla y me la encontré de nuevo pocha, con la rueda sin aire. Oficialmente estaba picada, tenía un pinchazo. Una hembra como la Poderosa no merece semejante insulto. Volví a mi despacho y se lo comenté a uno de mis compañeros. Le dije que me iría pronto para llevarla a la tienda de reparación de bicicletas. Que la ingresen en la UVI de dicha tienda y la reparen lo antes posible, la curen y me la entreguen sana y feliz.

    El hombre me miró espantado. Me preguntó que por qué no arreglaba el pinchazo yo mismo, que es algo que se hace en diez minutos. Le confesé que no tenía ni pajolera idea de como se hace y que no estaba dispuesto a hacer sufrir a mi bicicleta. Mi amigo el Chino, intelectual donde los haya, tuvo una serie de cinco pinchazos sucesivos hasta que se tragó su orgullo y fue a la tienda a que le repararan la rueda. Yo no estoy dispuesto a pasar por esto. Prefiero la humillación pública desde el primer instante y que curen a mi niña.

    Dio la casualidad que este hombre ha pedido algún milagrillo que le he concedido, así que se sentía moralmente obligado a ayudarme. Sacó de su mochila el kit de reparación de pinchazos, que parece ser equipamiento estándar de cualquier holandés que se precie, se puso el abrigo y nos fuimos al aparcamiento de bicis. Me dio un curso acelerado y completo de reparación de pinchazos. Tardó exactamente diez minutos en repararla. La Poderosa estaba un poco abochornada al ver que la habían puesto boca arriba y que le estábamos mirando sus interioridades, pero también era consciente de la gravedad de la situación y de que le esperaban dos kilómetros a paso de procesión funeraria en caso de que la tuviera que llevar a la estación. Finalmente no hizo falta. Tras diez minutos estaba como nueva, esbelta, coqueta y elegante, aparcada en el centro de dicho lugar para que todos la puedan ver y admirar, que la niña me ha salido muy poco modosita.

    Como agradecimiento al holandés que solucionó nuestro problema y me hizo ahorrar entre cinco y trece euros, dependiendo de si sólo reparaba el pinchazo o cambiaba la cámara al completo, le regalé al día siguiente seis magdalenas del carajo y el hombre me ha dicho que a partir de ahora es mi reparador oficial de pinchazos y que la próxima vez que suceda, que le avise.

    Yo cruzo los dedos y prefiero pensar que esto fue un episodio puntual y que no volverá a producirse.

  • ¿Europa así?

    31 de enero de 2005

    He de decir que la última encuesta ha sido un pequeño fracaso. Muy pocas respuestas. Lo más probable es que Piolín tenga el cabezón imantado, si descartamos el Reggaeton como causa y efecto de su deformidad.

    En las próximas dos semanas, la pregunta que hay que responder será: ¿Europa así? Siguiendo estrictos criterios de respeto democrático, hay respuestas para todos los espectros políticos. Da igual que seáis de derechas, de izquierdas, de centro o que no seáis. Nos la quieren meter doblada, con este engaño NO VINCULANTE y tenemos que responder adecuadamente. Que se metan el tocho de documento que han hecho y que no responde ni a los intereses ni al espíritu de los europeos por donde les entre y que hagan algo que realmente beneficie a los ciudadanos.

    Y ahora a votar …

  • Calle privada

    30 de enero de 2005

    Calle Privada
    Cuando uno entra en una calle y se encuentra este cartel se te vienen a la cabeza un montón de preguntas: ¿qué hacen los niños de este barrio? ¿serán normales? ¿tiene el presidente de la comunidad el poder supremo de prohibir animales domésticos? ¿se considerará el hacer el amor como un juego? Y de ser así, ¿cómo engendra niños esta gente?

    Muchísimas preguntas sin respuestas al mirar el triste cartel que preside una triste y vacía calle en el barrio de San Juán, en Telde. No hay niños en esa calle jugando, calle que para más inri está cerrada al tráfico. No hay gente sentada en los bancos que se encuentran dispersos a lo largo de su recorrido. Sólo hay alcahuetas y noveleros controlando desde sus ventanas que nadie rompa las reglas. Infames individuos que en cualquier otra época de la historia de la humanidad habrían sido pasto de la máquina evolutiva pero que en el siglo XXI se asocian y son capaces de imponer criterios estúpidos.

    ¿Cómo se engañarán esos individuos a sí mismos cuando están en casa y les apetece jugar con sus parejas? Se dirán a sí mismos que no es juego, que es obligación evolutiva o que es mandato eclesial. ¿Y cómo harán para controlar los animales? ¿Entrarán en las casas cuando sus dueños se han ido? ¿considerarán que el hecho de ser visitado por moscas o mosquitos en las casas es constitutivo de delito? Y si una mariposa llega arrastrada por el viento y decide embellecer ese triste entorno revoloteando por allí, ¿la matarán?

    ¿Se habrán dado cuenta de que somos animales? ¿también los humanos tenemos prohibida la circulación en esa comunidad?

    Tantas preguntas y sólo un cartel para responderlas …

←Página anterior
1 … 3.536 3.537 3.538 3.539 3.540 … 3.617
Página siguiente→
  • Genin en Encerrado – LockedPasando… Salud
  • huitten en Encerrado – LockedSerá que no tenemos suficiente angustia …
  • Genin en Tercer día de buceo en Madivaru y vientoOjalá que mejore el mar para que puedas …
  • Genín en Segundo día de buceo en Rasdhoo y las 300 inmersionesLeyéndote, con la pasión con que vives t…
  • huitten en Tercer día de buceo en Madivaru y vientoSí que son bonitos esos colores de la to…
  • huitten en Segundo día de buceo en Rasdhoo y las 300 inmersionesA seguir disfrutando.
  • huitten en Primer día de buceo en RasdhooTodo muy bien, menos los madrugones.
  • huitten en Buceo en el atolón de Malé y viaje a RasdhooVaya tute.

Únete a otros 15 suscriptores
Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
  • YO NUNCA – Fui ninguneado
    12/06/2023
  • YO NUNCA – Jiñé a oscuras
    22/05/2023
  • YO NUNCA – Hablé meando
    01/05/2023
  • YO NUNCA – Viví la transición
    10/04/2023
  • YO NUNCA – Conté un secreto de algún colega
    20/03/2023
This website uses cookies
Esta página web usa cookies para recordar tu nombre si comentas. Asumimos que no te importa pero si te molesta, puedes elegir quedar fuera.Aceptar Rechazar Leer más
Privacy & Cookies Policy

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR