
No todos heredamos el cacho con la playa de arena blanca y a este pobre le tocó el risco lleno de piedras y él hizo sus cutre-escaleras de madera de esa que igual te escoñas y le dio un toque exótico y montón un complejo de bungalows allí, en aquel lugar tan salvaje y perdido de la mano de algún Dios o quizás de todos y hay gente que va allí por la paz, la tranquilidad y porque les mola mazo subir y bajar escaleras entre piedras. Yo personalmente, cuando miro desde arriba todo lo que hay que bajar para ir al agua y volver a subir para tumbarme en mi toballa, como que se me quitan las ganas de todo. Lo mejor de la zona está en el agua, que hay corales y mucho pescaíto fresco.